domingo , 24 noviembre 2024

Audi Q7 S-Line: 3.0 TDI: festival de sensaciones

Si soy sincero, debo decir que cuando hago pruebas un coche de este tipo es muy difícil hacerlo de forma totalmente imparcial. Y cuando digo imparcial no me refiero a que tenga intereses especiales en la marca de los cuatro aros, me refiero a que Q7, significa mucho, 3.0 TDI de más de 270 caballos, también y, si además lo aderezamos con el acabado S-Line, es fácil hablar bien de él.

Texto y fotografías de José Andrés Merino

La cifras de prestaciones, los detalles de acabado que tiene, lo imponente de su línea… todo hacen un Q7 espectacular en todos los sentidos y permite que cuando te dispones a conducirlo todo un festival de sensaciones aparezca alrededor y no es fácil abstraerse y escribir sobre él sin que esto influya…, pero la sinceridad pesa y, al final, son tantas experiencias que ofrece que va a ser difícil encontrarle alguna pega.

¿Dónde colocamos al gran Q7? ¿Todo terreno de lujo? ¿Bestia devorakilómetros en asfalto? ¿SUV de grandes dimensiones con 7 plazas y con todo el lujo y comodidad de una berlina premium de última generación?

La primera opción de todo terreno de lujo le queda un poco grande ya que si catalogamos a los TT como coches que equipen reductora y que sean capaces de sortear grandes obstáculos cuando el negro asfalto desaparece, el Q7 no es de estos. Sus dimensiones, altura libre al suelo, ángulos de ataque y salida y unos neumáticos de 22 pulgadas pensados para el asfalto, le alejan de esta definición.

En cambio, si podríamos decir que es una combinación de las otras dos. Un SUV grande, con disponibilidad de 7 plazas, que permite ciertas excursiones of road sin demasiadas complicaciones y que a la hora de “andar” por carretera lo hace de forma majestuosa, este si es el Q7.

Exterior

Con una línea imponente que supera ligeramente los 5 metros de longitud, le falta muy poco para llegar a los 2 metros de ancho y 1,7 metros de altura, debo decir que el Q7 es un coche grande. Tendremos problemas para colocarlo en algunas plazas de garaje, pero como contraprestación a esto, la habitabilidad y el espacio es superlativa.

La imagen que transmite el Q7 es la de un coche fuerte y musculoso. La enorme parrilla delantera que preside el frontal deja paso a unos faros led de última tecnología que hace que se conviertan en día las más negras noches de las llanuras castellanas. Unos enormes paragolpes envolventes acabados en el mismo color de la carrocería le dan el toque definitivo de deportividad y señorío.

En su vista lateral, observamos que la aerodinámica también ha jugado un papel importante en las pautas del diseño de este gigante devorakilómetros. Pero lejos de liarnos con cifra de cx y demás y hablar de datos técnicos, la realidad es que si bonita e impactante es la vista frontal, la lateral lo es aún más con unas espectaculares llantas de 22 pulgadas y unos perfiles laterales en la parte baja de las puertas.

En la vista trasera, también unos espectaculares grupos ópticos unidos a un discreto alerón y al enorme paragolpes que está perfectamente integrado en la carrocería ponen la guinda al pastel.

Sensaciones

Después de todo este festival de sensaciones oculares, vamos a otro tipo de sensaciones. Las que son más reales y menos subjetivas. Solo con abrir la puerta y echar un ligero vistazo, algo te invade y te dice… “venga para adentro…”.

Primera sensación… la puerta no pesa. Con lo grande que es, lo ancha que es y todo el material tecnológico que lleva en sus entrañas, llama la atención lo ligera que es y que, simplemente con cerrar de una forma muy suave y sin ningún esfuerzo, el Q7 ajusta automáticamente el cierre y cuando lo hace parece que estás en la cabina de un avión.

Un pequeño toque y el corazón de 3 litros se pone en marcha y todo el cuadro de mandos se ilumina para ofrecernos un sinfín de posibilidades. Desde las distintas configuraciones del cuadro de relojes pudiendo elegir entre una gran imagen del navegador con las esferas muy pequeñas, o unas grandes esferas de velocímetro y rpm y entre ellas el ordenador de abordo con toda la información que podamos necesitar sobre el funcionamiento del coche, hasta la enorme pantalla escamoteable, todo rezuma calidad y una gran funcionalidad.

Todos los mandos están su sitio y tienen un funcionamiento totalmente intuitivo y fácil desde el primer momento.

Sin duda, en el interior podemos apreciar desde el primer momento el buen hacer de la marca de los cuatro aros, estando por encima de sus rivales más directos. Los materiales están escogidos con gran acierto y cada mando o pulsador tiene un tacto exquisito. Estaríamos todo el día accionándolos por el mero hecho de hacerlo nada más.

Justo debajo de la pantalla escamoteable encontramos una gran rejilla de aireación, dejando paso algo más abajo a los mandos del climatizador. La consola central recoge un buen número de botones así como el mando de la palanca de cambio, el MMI con un gran touch-pad, huecos para las convenientes botellas, recipiente para depositar las llaves o monedas y un gran apoyabrazos divisible de forma independiente para el conductor y pasajero.

En la posición del conductor, la postura ideal se consigue de forma muy sencilla y el volante, de cuero y achatado en la parte baja, ofrece un tacto muy agradable gracias a la calidad de los materiales. Justo a la altura de la visión encontramos también el Head up Display, un toque de distinción calidad que aumentar en gran medida la seguridad del Q7.

No podemos olvidar otro botón “mágico” que permite elegir el tipo de conducción que cambia varios parámetros mecánicos con el fin de adaptarse a las necesidades del conductor. Disponemos de las posiciones de Individual, confort, dynamic, sport…. siempre tendremos la mejor opción dependiendo de nuestras necesidades.

El espacio en la segunda fila de asientos es bastante grande. Permite viajar a tres adultos, no diremos que con la misma comodidad que en las butacas delanteras, pero si con una comodidad más que aceptable. Para hacernos una idea es bastante más que el 2+1 que vemos en otros modelos de menor tamaño. En cuanto a la tercera fila de asientos, es ideal para los más pequeños de la familia. Un adulto lo tiene difícil en esta posición.

Motor y conducción

Sin darnos cuenta apretamos el botón de arranque y en vez de ponerlo en marcha lo paramos. Esto sirve para explicar de una manera muy clara el nivel sonoro que tenemos en el habitáculo. Si da la casualidad de que tenemos el equipo de sonido en un nivel “lógico”, nunca oiremos el propulsor.

Ya en marcha, engranamos la D y pronto el Q7 se mueve. Circulamos por la ciudad y la suavidad de funcionamiento tanto del propulsor como de la caja DSG de 8v hace acto de presencia. Da igual que haya paradas entre semáforos, arrancadas, frenadas, el 3.0 de 272 caballos siempre está lleno y se mueve con extrema soltura.

Salimos a la autovía y tan solo debemos proponernos un destino. Da igual los kilómetros que tengamos por delante. El Q7 se adapta a la carretera como un guante, filtra las irregularidades con total solvencia y vamos en un auténtico devorakilómetros. Estos pasarán todo lo rápido que queramos…. más bien todo lo rápido que debamos, ya que es muy fácil superar los límites legales sin darnos cuenta. Para evitarlo, el control de velocidad automático con alerta de colisión permite viajar a las velocidades legales olvidándonos del pedal derecho.

Si nos adentramos en alguna zona de curvas y queremos jugar con la DSG, podemos accionarla tanto con la palanca situado en la consola central como con las levas que encontramos detrás del volante. Poco podemos decir de las DSG, un prodigio de funcionamiento, suavidad, efectividad y velocidad de actuación.

La tracción Quattro dota al Q7 del extra de la seguridad cuando circulamos por terreno deslizante manda la potencia a las ruedas a través de un sistema de tracción integral permanente con control vectorial, siendo capaz de modificar su reparto en un rango que abarca desde 70:30 a 15:85.

Los datos oficiales del motor van desde los 272 caballos entre 3250 y 4250 rpm, 600 Nm de par, 235 km/hora velocidad máxima y unos consumos oficiales de 6,5 en ciclo urbano, 5,7 extraurbano y 6 de consumo medio. En nuestra prueba de algo más de 3.000 km la media fue de algo más de 7 litros.

Conclusión

Evidentemente no estamos ante un coche para todo los públicos. Su precio indica hacia quién va destinado y estos compradores buscan calidad y potencia por los cuatro costados. El Q7 tiene ambas. Buenas cifras de potencia y una calidad de acabados e interiores a prueba de bombas.

Espacio de sobra para viajar cómodamente por carretera y gran cantidad de extras que elevan los niveles de confort y seguridad a los más altos estándares y que están asegurados en el Q7.

Acerca de José Andrés Merino

Fotógrafo y redactor motor. Pruebas y noticias del mundo del motor…

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