Para hacer honor a la verdad, debo comenzar aclarando que no soy una mujer entendida en leyes, y que puedo incluso perderme con el léxico jurídico, pero sí tengo algo muy claro: que la Prisión Permanente Revisable intenta impedir que queden “libres” los criminales que no expresen su voluntad de reintegrarse en la sociedad… Esto puede ser un resumen un poco de ‘andar por casa’, pero no por ello menos cierto.
Por desgracia, todos hemos escuchado más de una vez a los familiares de las personas asesinadas clamar: “Solo queremos que se haga Justicia”, o “Que caiga sobre ellos el todo el peso de la Ley”, con la fe puesta en que la Justicia cumpla con su cometido.
Varios son los artículos de la Ley que afectan a la Prisión Permanente Revisable, pero no quiero ni debo detenerme en ellos; sólo quiero pedir desde esta tribuna que se escuchen por favor las voces de los familiares, que sin lugar a dudas son víctimas indirectas de las barbaries que cometen algunos seres a los que no me sale llamar humanos.
Me siento orgullosa de formar parte de un partido, como es el Partido Popular, que apoya a las personas en su sufrimiento: madres, padres y hermanos de niñas y niños asesinados, jóvenes violadas y asesinadas, padres que desconocen dónde se encuentran los cuerpos de sus hijos e hijas; padres y madres que sufren por sus hijos asesinados y, además, abusados porque tenían una discapacidad, o porque usaron a los pequeños con la única intención de dañar a la madre ante una inminente separación… Son padres y madres, hermanos que, aún sumidos en el más terrible dolor, sacan fuerzas para recoger firmas solicitando encarecidamente que esta Ley no sea derogada.
Entendemos que nuestra Ley se basa en el principio “in dubio pro reo” –lo que vendría a significar que “ante la existencia de duda, se va a favor del reo”-, y que la prisión debe tener un carácter de reinserción, pero, por favor, protejamos también al resto de la sociedad del peligro de estos personajes.
La lista de desalmados es larga, muy larga. Así, me viene a la cabeza P.L.G, detenido por el asesinado de una joven burgalesa, de su niña y de ocho agresiones sexuales y violaciones, que fue condenado a 273 años, cumpliendo de prisión 22 años, salió y violó a cuatro mujeres más. F.V.A -más conocido como el “violador del estilete” entre los años 80 y 90- cometió más de veinte violaciones con violencia y fue condenado a 70 años, cumplió treinta, salió en 2014, y volvió a reincidir con un intento de agresión; entre sus víctimas ‘favoritas’ estaban las niñas de entre tres y cinco años; pues este violador en serie, está en la calle ‘campando a sus anchas’.
Más reciente es el ‘caso de Pioz’, un cuádruple y cruento asesinato por el que la Fiscalía pedirá la Prisión Permanente Revisable. Y también más reciente –y mucho más cerca- no puedo dejar de pensar en nuestra vecina de Azuqueca de Henares, a quien su marido “presuntamente” asesinó, degollándola “presuntamente” delante de sus tres hijos menores, un niño de 12, una niña de 10 y un bebé de apenas año y medio. Un caso más de violencia de género donde los niños son víctimas directas de estos brutales asesinatos.
Frente a ellos, y en defensa de la Prisión Permanente Revisable, son más de dos millones de firmas las que llevan recogidas los familiares de Diana Quer y Marta del Castillo, con el apoyo de los padres de Mari Luz Cortés, de Ruth y José, y de Candela y Amaia. Lejos de solicitar “cadena perpetua” o “venganza” -como nos quieren hacer creer algunos que presumen de “progres”-, solo piden Justicia para sus hijos. Por mi parte, tanto como madre o como política, tengo claro que estoy con ellos. Aunque eso no les quite el dolor, al menos honramos su memoria y pedimos alto y claro que no se derogue la Ley, y que se haga Justicia.
Aure Hormaechea, presidenta del PP de Azuqueca de Henares y portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento
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