No una, ni dos, sino hasta tres veces el diputado socialista alcarreño Pablo Bellido ha votado en los últimos cinco meses a favor de derogar la Pena de Prisión Permanente Revisable, PPR, una pena en vigor en el Código Penal español que permite castigar los crímenes más horrendos como el asesinato a niños menores de 16 años.
Así, según la página web del Congreso, Bellido votó el 10 de octubre de 2017 a favor de la Proposición de Ley del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), Orgánica de reforma de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, por la que se propone derogar la PPR. Esta propuesta contó con 162 síes, entre ellos el de Bellido; 129 noes y 31 abstenciones.
Y de nuevo, el 15 de marzo de 2018, en dos ocasiones más votó en contra del mantenimiento de dicha Pena, al votar contra las enmiendas a la totalidad presentadas por el PP y Ciudadanos contra dicha derogación.
Esta pena, que está incluida en la mayoría de legislaciones penales de los países de tradición democrática más avanzada de Europa, no es vista con buenos ojos por los nacionalistas vascos del PNV, puesto que la misma amplía los años en prisión para los condenados por asesinatos terroristas, ni por partidos radicales de extrema izquierda, como Podemos, En Comú Podem, En Marea o Bildu, a los que se ha sumado el PSOE de Pedro Sánchez.
De esta forma, delincuentes acusados de crímenes tan detestables como el cuádruple asesino de Pioz; el asesino de Arancha, muerta en Azuqueca ante los horrorizados ojos de sus hijos menores de edad; o, entre otros muchos, la asesina del pequeño Gabriel además de peligrosos violadores y asesinos reincidentes, verán reducidos sus años de cárcel al no haberse propuesto una pena sustitutiva de la Prisión Permanente Revisable.
Precisamente, en las últimas semanas, los padres de algunas de las niñas asesinadas en los últimos años por delincuentes que no han podido ser condenados a esta pena, como los de Marta del Castillo, Mariluz García o Sandra Palo, han conseguido reunir alrededor de 3 millones de firmas a favor del mantenimiento de la PPR en el Código Penal.
Pena que, por otra parte, cuenta con el apoyo del 80% de los españoles encuestados, incluidos los votantes del PSOE y Podemos. Porque, independientemente de que se esté a favor de que las penas han de estar orientadas a la supuesta rehabilitación del condenado, lo que es innegable es que el primer principio de las penas es su carácter punitivo. Y, estas, han de ser proporcionadas al delito cometido. No se puede hacer demagogia como hacen los promotores de la derogación con el tan manido mantra de «que no hay que legislar en caliente». Evidentemente, soberana estupidez solo se la creen ya los muy abducidos o los muy sectarios: la pena está en vigor desde hace tres años y con recurso ante el Constitucional. No esperar a su fallo indica que quien pretende legislar en caliente son aquellos que pretenden ahora derogarla.
¿Este es el peaje que tiene que pagar para hacerse perdonar por Pedro Sánchez el haber renegado de él en las Primarias y haber incluso prometido abandonar los cargos directivos si Sánchez era reelegido Secretario Nacional del partido, como así ocurrió finalmente, mientras que él mismo incumplía su promesa y volvía a presentarse para ser reelegido secretario provincial socialista alcarreño?
El tiempo dirá si no cumplir las promesas realizadas le han rentado los frutos anhelados. Lo que no podrá quitarse nunca de encima será el estigma de haber contribuido con su voto a la derogación de una ley que trataba de mantener lejos de nuestros hijos a los más repugnantes asesinos condenados en firme.