Viajeros somos todos; y… ¡a qué velocidad! ¿El tiempo? Pues…es un concepto escurridizo.
El tiempo es lo que miden los relojes. Se conoce como la duración de las cosas sujetas a cambio. Forma parte de nuestra vida en el estado actual. En ese sentido, el reloj lo llevamos dentro. Tiene un comienzo y se detendrá un día. Pero la vida no nace con el tiempo. Dejará de latir el corazón de nuestra existencia. Pero la muerte no existe. Nosotros, aquí, somos espaciotemporales. Nuestra existencia aquí y ahora, puede ser mensurada, por estar en tercera dimensión. Pero la vida es infinita y única desde el principio hasta más allá de nuestra existencia terrena, porque no tiene fin. La vida es más que el tiempo. Lo trasciende; y lógicamente también al espacio.
Por supuesto no es mi intención escribir sobre la relatividad, ni sobre los límites del universo, fuera de cuyos límites no hay espacio ni tiempo.
El título de artículo viene a cuento porque «Los viajeros del tiempo», han sido invitados al homenaje a Stephen Hawking. Los organizadores han dejado abierta la puerta del tiempo, sabiendo que puede haber viajes al pasado y al futuro.
A petición de los hijos del difunto, Robert, Lucy y Tim, la Fundación Stephen Hawking ha sorteado un millar de entradas gratuitas para los viajeros que desearan asistir a la acción de gracias por el cosmólogo británico Stephen Hawking, en el servicio funerario que se celebrará en la abadía de Westminster, en Londres, el 15 de junio.
El requisito era solicitarlo antes de la fecha límite: la media noche del 15 de mayo y hacerlo a través de la página web de la entidad. Se habían recibido más de doce mil solicitudes.
La aparente paradoja residía en el formulario de solicitud. En la fecha de nacimiento podía ponerse cualquiera fecha comprendida entre 1918 y 2038. Eso incluye la posibilidad de que asistan al acto personas nacidas en el futuro, que puedan teletransportarse en el tiempo. «No podemos excluir la posibilidad (teórica) del viaje en el tiempo, pues no ha sido descartada de manera satisfactoria», señaló un portavoz de la fundación a la cadena británica BBC. «Todo es posible, hasta que se demuestra lo contrario».
Stephen Hawking fue un viajero en el tiempo.
Si para Hawking «la historia de la humanidad es la historia de la estupidez», no podía perderse algo de lo que muchos creían imposible y demostrar que, era posible.
Para una mente privilegiada, existen muchos desafíos; cualquier enigma, y cualquier viaje, – teniendo en cuenta su discapacidad física-, suponía un reto. El veía simplemente una posibilidad a descubrir o conocer lugares, personas o soluciones. Por eso, incluso hizo planes para viajar al espacio en el marco del programa promovido por la compañía Virgin Galactic. «Pensaba que nadie aceptaría llevarme allí, pero Richard Branson (el jefe de la compañía) me ha propuesto una plaza en Virgin Galactic y yo inmediatamente la acepté«. Y pudo experimentar la ingravidez. Pudo flotar y ser libre en el espacio, sin necesidad de ayuda. ¡Algo impensable!
La famosa teoría de la Relatividad que elaboró Albert Einstein en 1905, constituye uno de los avances científicos más importantes de la historia. Puede decirse que alteró la manera de concebir el espacio, la energía, el tiempo y tuvo incluso repercusiones filosóficas. Lo importante es entender que el tiempo depende del movimiento y de la velocidad.
Es esa la puerta clave que deja abierta la posibilidad de movernos en el tiempo.
Así que, de forma más o menos consciente, todos viajamos al futuro. Lo que pasa es que como lo hacemos todos a la misma velocidad parece que, como viaje en el tiempo, no parece muy interesante. Algunos aún creen que no nos movemos. Si se llega a perfeccionar la tecnología y podemos viajar a mayor velocidad que lo hace nuestro entorno, entonces… ya sería distinto.
Bajo hipnosis, en las «progresiones», nos podemos ver dentro de X años o podemos ver nuestra ciudad o la Tierra dentro de 100 años. En las «regresiones», lo mismo, pero hacia el pasado. No es extraño descubrir alguien que vivió otra vida en tiempo de las pirámides, y ahora , en otro cuerpo vive a nuestro lado.
Hawking, viajó hacia atrás hasta los confines del Big Bang. Como científico viajó hasta el punto donde no existía pasado ni futuro. Desarrolló la teoría conocida como «estado de Hertle-Hawking», según la cual antes del Big Bang no existía tiempo ni espacio, porque ambos empezaron a existir justo después, cuando el Universo empezó a expandirse en el espacio y en el tiempo.
Precisamente hizo su tesis doctoral, en los años setenta, con el título: «Propiedades de los universos expansivos». Su tesis ya lleva millones de descargas.
No contento con eso, viajó también a un gran abismo: los agujeros negros. Llegó a descubrir muchas cosas sobre ellos; entre otras cosas… que no eran tan negros, lo cual es un gran logro. Según lo que se sabe, estos cuerpos celestes son tan masivos que su campo gravitatorio absorbe todo lo que se acerca y lo deforma, incluso la luz. Pero él descubrió que tienen temperatura y emiten radiación (-en su honor se la conoce como radiación Hawking-). Esa radiación puede devolver al exterior cierta información de lo que absorben.
Ese viaje científico hacia los agujeros negros supuso una gran contribución hacia una teoría de la gravedad cuántica que englobaría la de la relatividad, de la gravitación, el espacio y el tiempo y la mecánica cuántica. Queda mucho para encajar todo eso y mucho por descubrir. Los «cristales del tiempo», plantean una nueva física. Porque están quietos y se mueven sin gastar energía. Los otros cristales, no se mueven.
Una persona tan inquieta y viajera por el mundo, obsesionada con el tiempo, y clavado a una máquina, le plantearon la pregunta desde el punto de vista teórico, si lograremos realmente algún día «viajar en el tiempo». Piensa que sí, y que será posible asomarse a cualquier época, pero necesitamos vehículos hiperrapidos que se muevan a velocidades cercanas a la velocidad de la luz (300.000 km/segundo).
Por casualidad, en uno de sus viajes sucedió…un encuentro.
¿Hay casualidades?
El 21 de septiembre de 2008, llegaba Hawking con su equipo especial, al aeropuerto de Alvedro, uno de los agujeros negros en forma de aeropuerto que tenemos en España. Lo llaman así los gallegos porque termina absorbiendo todo el dinero que se ha puesto en él. El Proyecto se aprobó en el 1953 declarando que la obra es de urgente realización. Aún no está terminado. Aunque ya es el aeropuerto de la Coruña.
Desde allí lo trasladaron al hotel donde se iba a alojar durante su estancia, en una suite del hotel «Puerta del Camino«. Venía para recibir el Premio Fonseca, lo que suponía una agenda apretada.
Casualmente en ese mismo hotel se alojaba un matrimonio de Guadalajara que había ido a pasar unos días de descanso; el prestigioso Dr. Mayo y su esposa Amparo. Eran muy conocidos, ya que Dr. Mayo era gallego; tenían familia, amigos y conocidos no solo en Santiago sino en muchos lugares de Galicia.
Y en la Cena-Homenaje al Dr. Mayo, en 1997, S. Salanueva, del hotel Puerta del Camino, había sido quien le hizo entrega de un hermoso cuadro, como recuerdo.
Lógicamente, fueron informados de la llegada del eminente científico. Y, como es natural, ellos también deseaban ver de cerca a Hawking y, si fuera posible saludarle.
El día 22, cuando Amparo bajó a buscar el periódico, se encontró con uno de los acompañantes de Hawking. Como las mujeres suelen ser más espontáneas y decididas a la hora de entablar una conversación, se presentó, y le pidió que si fuera posible, deseaban saludar al científico. Pero el interlocutor, con rasgos achinados, no respondió nada. Él, terminó su café y se fue. Ella no supo siquiera si la había entendido.
Transcurrido un tiempo, cuando se preparaban para salir, un empleado del Hotel, llamó a su suite para comunicarles que Mr. Stephen Hawking, tendría mucho gusto en recibirles.
Así que, emocionados, pasaron a saludarle y departieron con él y algunas personas que le acompañaban. Estaba terminando de desayunar. Hablaron distendidos. Pero como es normal, no permitían fotos mientras tomaba algo. Al enterarse de que deseaban conocer algo de Galicia que no estuviera muy lejos y mereciera la pena visitar, ellos y su amiga Pili, le sugirieron un lugar que conocían bien: Noia; en efecto, Julio Mayo, había nacido precisamente allí. Quedaron en hacerse una foto con él a la vuelta de la excursión y les contaría su experiencia.
Al día siguiente Pablo Sax, músico noiés y Geno Paredes, en La Voz de Galicia, describian ese viaje con el título: «El día en que Hawking pisó el corazón de Noia«. Cuenta Pablo que mientras iba caminando, se le acercó un miembro del equipo de Hawking y le preguntó por el casco histórico. Les llevó a O Tapal, la plaza en el casco antiguo de esa hermosa villa marinera, donde podían tomar algo, a la sombra, y para su sorpresa le dice: «e pedíronme que sentara con eles» (fotográfica de esa tarde de septiembre).
Regresaron tarde y comprendieron todos que no era momento para foto. Y… no la hubo.
Todos aprendieron que el tiempo no se compra ni se improvisa. Solo el instante presente nos pertenece.
Esa semana Galicia se volcó con Hawking. La prensa y las instituciones lo rodeaban continuamente. En el Obradoiro se le tributó un recibimiento multitudinario. Y cuando decidió visitar la Catedral de Santiago, el Cabildo activó el botafumeiro. Después, todo el mundo le rodeó para fotografiarse con él. La pareja alcarreña, prefirió la discreción y no fueron. Al estar sus habitaciones contiguas en la misma planta, le veían a menudo. La foto importaba menos. No volvieron a insitir.
Todos aprendieron que el tiempo no se compra ni se improvisa. Solo el instante presente nos pertenece.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/barbanza/noia/2018/03/16/dia-hawking-piso-corazon-noia/0003_201803B16C5992.htm#
A veces los encuentros y las personas, no se recuerdan tanto por lo que duran, sino por la huella que dejan. La mejor foto quedó en la retina y en el corazón. ¡No lo olvidarán!
La pareja alcarreña, se trajo un recuerdo especial de aquel encuentro. Julio, cuando aludía a ese encuentro repetía lleno de admiración: «ha sido una de las cosas más grandes por lo que estoy agradecido a la vida: haber conocido y podido saludar y departir un poco de tiempo con uno de los científicos más grandes de la humanidad, aunque hablara a través de una pantalla, es impagable, es algo incomparable»
Julio, emprendió, el 30 de mayo de 2017, su último vuelo. Es posible, que sin prisas y sin tiempo, en otra dimensión, hayan podido proseguir, la conversación que habían comenzado aquel otoño gallego, en el Hotel Puerta del Camino. Incluso que hayan intercambiado su experiencia sobre los misterios del tiempo y de por qué se detiene el corazón de un niño y la mano y el amor de un médico pueden lograr que viva.
En su último viaje Hawking descansará para siempre entre 2 grandes.
El servicio religioso previsto para el 15 de junio «celebrará la vida y la obra» del científico Stephen Hawkin, y sus cenizas se enterrarán entre las tumbas de Isaac Newton y Charles Darwin, según ha señalado el deán de Westminster, el reverendo John Hall.
Los hijos de Hawking han expresado su agradecimiento a la abadía por ofrecerles «el privilegio de un servicio de acción de gracias» y por dar a su padre «tan distinguido lugar de descanso».
José Manuel Belmonte.