Decía Saza casi al final de “Amanece que no es poco” y lo digo yo, si me permiten la cita y lo espontaneo de la reflexión, en torno a los territorios de las Españas. Aclarar que desde 1979 que se aprobaron los primeros estatutos de autonomía; sin negar avances en otras cuestiones fundamentales y remarcando que no coincido en modo alguno con ese 22% de ciudadanos que según el CIS crece y no desean autonomías; la realidad es que los mismos territorios que entonces estaban a la cabeza en PIB, renta per cápita, desarrollo industrial, infraestructuras…siguen a la cabeza y los de cola, a la cola. El Norte en el Norte y el Sur en el Sur.
En estas estaba yo cuando vino a decir el Ministro de Fomento: “Invertir en Cataluña posibilitará un marco de entendimiento”. No me entiendan mal, podía haber dicho Madrid y yo escribiría esto mismo, ya que el Señor de la Obra Pública cambió el paso o se le trasmutó el ánimo y las intenciones desde el día de su toma de posesión, cuando dijo que usaría la obra pública para fomentar la “cohesión social y territorial”.
Mostraba, también por esas fechas, el periodista y poeta Julio Llamazares su extrañeza por el hecho de que la publicación del mapa de la “Evolución de la población española 2017” no haya suscitado debate alguno. Lo pueden consultar, pero para seguir el hilo ya les digo que pinta mal para esa España intermedia a la que pertenece Castilla-La Mancha.
Se preguntaba Llamazares: “¿Cómo corregir esto?. La pregunta se la hacen a menudo los habitantes de esa España perdedora ; pero la solución no la tienen ellos”, concluía, y señalaba después la necesidad de aplicar “soluciones estatales” que, reconoce, le parecen “imposibles mientras las comunidades más ricas sean las que más exigen”.
Otro Llamazares, Gaspar; reflexionaba parejo a esto y lo hacía señalando la responsabilidad previa del Presidente Rajoy en cuanto a lo que llamaríamos, digo yo, “procrastinación de la financiación autonómica” y los graves efectos que traerá sobre los servicios que gestionan las comunidades autónomas.
Señalaba también Don Gaspar, extrañado, que el nuevo Gobierno de España parecía no reconocer su legado, lo que junto a la renuncia del Presidente Sánchez a acometer la reforma de la financiación autonómica, constituye una mala noticia para las comunidades autónomas, pero sobre todo para la sostenibilidad de los servicios públicos esenciales. Oído el Ministro Ábalos, la mala noticia no será tan general, seguro, y los millones irán más a donde están los votos que a donde ya urgen las necesidades.
Resulta clarificador para este escribiente ocasional que el pasado mes de enero el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, presentara el documento “Diez acuerdos de país”, entre los que había financiación y derogaciones, con el compromiso de presentarlo en el Congreso el pasado mes de junio. Se le habrá trasmudado el interés con el cargo al ahora Presidente Sánchez o “por el interés te quiero Andrés”, que es más sencillo.
Por otra parte y para ir concluyendo, recordar, sin que sirva de precedente, un informe de la OCDE donde se destaca que en todos los países que la conforman y sobre todo en España el “ascensor social está averiado”. Más de casa, el INE señalaba que la desigualdad en nuestro país se manifiesta de distintas formas: en la renta de las personas, en el acceso a la vivienda, impuestos… pero también en la distribución geográfica. De tal forma que aquí, al Sur del Sur de Europa, somos más o somos menos según donde nacemos. Incluye este estudio dos novedades y sí, una de ellas es la esperanza de vida que tiene también un Norte y un Sur.
Comprenderán, los que han llegado hasta aquí, el inicio y que termine como lo hizo Berlanga en “La escopeta nacional”.
“Y ni fueron felices, ni comieron perdices… porque donde haya ministros un final feliz es imposible”.
Carlos Pedrosa Serrano, secretario general de UGT CLM
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