El cuádruple asesino Patrick Nogueira, el asesino confeso de sus tíos y sus primos en un chalet de la localidad de Pioz (Guadalajara) en 2016, ha hecho uso de su derecho a la última palabra este miércoles en la última jornada del juicio con jurado popular que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Guadalajara.
Su alegato final ante el jurado ha puesto punto y final a un juicio por el que han pasado testigos, investigadores, familiares, forenses… y en el que la defensa ha querido convencer a la sala de que Patrick sufre un daño en el cerebro que le impide ser buena persona, una tesis que ha tratado de ser desmontada por la acusación, que solo ve en él maldad intencionada y un peligro para la sociedad si vuelve a pisar la calle.
«Yo pido perdón, no lo niego, no lo cuestiono, he causado demasiado daño», ha señalado el acusado ante el jurado, según informa MiraCorredor.
Después, el frío y despiadado asesino que iba comentando en Whatshapps a un amigo que se encontraba en Brasil cómo había degollado a dos indefensos niños, uno de ellos un bebé, que lejos de huir «lloraban y se abrazaban», ha añadido: «Pero yo también sufro, yo sufro porque yo soy un hombre de solo destino, he cavado mi tumba de niño, son un cúmulo de delitos, de mierdas… una evolución de desgracias, unas detrás de la otra. He bebido hasta no aguantar más, he cambiado de ciudades pero simplemente no ha cambiado nada».
Y no ha dudado en presentarse como víctima: «He llegado a este punto y no puedo arreglar el pasado, no puedo cambiar nada más. A mí me gustaría decir que se me tratara, porque la impresión que tengo es que las cosas van a empeorar y va a continuar la misma mierda que siempre he sido. No me importa que se me haga una incisión en mi cabeza, que se me empastille hasta los cojones, lo que sea. Yo quiero cambiar y pido perdón por todo eso».
Unas palabras del acusado y argumentos de la defensa que no han convencido a la fiscal Rocío Rojo, que en la última jornada se ha mostrado contundente: «Piensen en las víctimas, piensen en que ellos no han podido estar aquí para contarnos lo que pasó, piensen en que los psicólogos y los forenses han dicho que es muy posible que reincida, piensen que Patrick no es una persona enferma, es una persona con una tremenda maldad, que como tal, por esa tremenda maldad al cometer estos hechos, deberá ser castigado con la pena máxima que prevé el Código Penal, que es la prisión permanente revisable».
Ahora, la última palabra la tienen los nueve miembros del jurado que tendrán que deliberar si aplican la prisión permanente revisable por cuatro asesinatos, como solicita la Fiscalía y la acusación, o le imputan una pena menor (dos asesinatos en el caso de los niños y dos homicidios por los padres) como quiere la defensa. En los próximos días habrá veredicto y será después la jueza quien dicte sentencia con las penas establecidas.