El jurado popular ha declarado culpable a Patrick Nogueira, el descuartizador de Pioz, del crimen que cometió el 17 de agosto de 2016 en la localidad de Guadalajara.
El jurado popular ha considerado que el joven brasileño acabó con la vida de cuatro miembros de su familia: sus dos tíos mayores de edad y sus dos primos menores, a los que asesinó sin piedad a cuchilladas.
Nogueira ha sido declarado, por tanto, culpable de cuatro asesinatos, como pedía la Fiscalía y la acusación familiar, según informa MiraCorredor.
El veredicto rechaza además atenuante de daño cerebral alegado por la defensa y por el propio asesino durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Guadalajara, quien pedía que fuera condenado por dos asesinatos, en el caso de los niños, y dos homicidios por los padres.
Patrick podría enfrentarse a prisión permanente revisable, la pena máxima en España, tal y como solicita el Ministerio Público, siempre y cuando no sea derogada tal como pedían el PSOE y Podemos cuando gobernaba el PP de Mariano Rajoy.
Tras la deliberación del jurado será la juez quien dicte sentencia condenatoria en los próximos días y determine las penas en función de la gravedad de los delitos, de las peticiones y del veredicto conocido este sábado, y más teniendo en cuenta que, tal como explicaron los peritos forenses psiquiatras durante el juicio, cuando salga de la cárcel es muy probable que vuelva a reincidir. «Es un psicópata con todos las características propias del mismo como son egocéntrico, con ninguna empatía e insensible», señalaron estos peritos, quienes advirtieron al tribunal sobre «las graves probabilidades de reiteración delictiva».
Un crimen que conmocionó a España y Brasil
Los hechos ocurrieron el 17 de agosto de 2016 en el chalé de Pioz alquilado por la familia, donde acudió el presunto asesino con el afán de acabar con la vida de los cuatro, según la Fiscalía. Primero mató a la mujer y después a los dos niños, y esperó la llegada de su tío.
Durante la espera, seccionó el cuerpo de su tía y lo introdujo en bolsas de plástico y también metió en bolsas los cuerpos de los pequeños, a los que no seccionó. Después limpió la sangre y, cuando llegó su tío, lo atacó por la espalda y lo mató, descuartizando el cadáver para ocultarlo. La ejecución de su macabro plan la fue retransmitiendo por WhatsApp a Marvin Henriques, su mejor amigo de Brasil.
Fue un mes después, el 17 de septiembre, cuando los vigilantes de la urbanización, alertados por el mal olor que salía de la vivienda, entraron y encontraron los cuerpos, lo que provocó el miedo entre los vecinos de la urbanización, según el vídeo de EL HERALDO DEL HENARES que se reproduce bajo de estas líneas.
El asesino, tras cometer el crimen, se marchó del lugar a una habitación en un piso compartido que tenía en Alcalá de Henares y, conforme avanzaba la investigación, decidió poner tierra de por medio y huir del país. Finalmente, la Guardia Civil consiguió que regresara de Brasil y se entregara por el cuádriple asesinato, que acabó confesando.
«Compré una navaja uno o dos días antes, en una tienda del centro comercial Parque Corredor de Torrejón. También compré dos rollos de bolsas de basura de color verde y dos rollos de cinta americana plateada, en Alcampo, por las mismas fechas que la navaja», admitió ante la Guardia Civil, que encontró su ADN y numerosas pruebas en el chalet, aunque el arma homicida nunca llegó a aparecer.
El asesino confeso, tal como se observa en el vídeo que se reproduce debajo de estas líneas, se mostró frío, tranquilo y desmemoriado el día de la reconstrucción judicial de los hechos, en los que llegó a decir a los agentes que “esto no es como una película. Yo sé que soy yo, pero es como si… es diferente a mí”.
Patrick y sus tíos vivían en un piso alquilado en Torrejón. Según relataron en rueda de prensa los agentes que investigaron el caso, una discusión entre tío y sobrino porque la familia decidió mudarse al chalet de Pioz, al parecer, sin contar con él, desató la ira del asesino, unido a los constantes reproches que le hacía su tío porque no trabajaba, acompañados en algunos casos de insultos.
«Patrick actuó probablemente por venganza. Una vendetta al sentirse abandonado por la familia, que se trasladó al chalet de Pioz para perder de vista al sobrino. Pero también hay algo de venganza por los desaires, que en su cabeza, le hacía Janaína, con la que estaba absolutamente obsesionado», expusieron en rueda de prensa los agentes encargados de la investigación. «Es nuestra principal hipótesis pero solo Patrick podría aclarar qué le pasaba por la cabeza».