Puerta grande en la novillada picada de la tarde de ayer para dos jóvenes que apuntan maneras. Las reses, magníficamente presentadas, correspondían a la ganadería de Polo Saiz (Ciruelas-Guadalajara).
Antes de empezar el festejo, la plaza de las Cruces guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de los maestros Iván Fandiño y Sebastián Palomo Linares, ambos recientemente fallecidos.
La de ayer fue la primera ocasión en la que la ganadería presentaba utreros en una novillada picada, y los cuatro sirvieron. Por la tipología de su embestida, tres de los cuatro dieron vuelta de campana con el capote.
Abrió plaza Mario Palacios, novillero madrileño, que acabaría saliendo a hombros. El chaval hubiera podido, sin duda, redondear su triunfo de no haber fallado a espadas, y con el descabello, en su segundo, llegando a escuchar los tres avisos. Serio con la muleta, entendió pronto a sus dos enemigos, sacando en ambos casos, series de mérito con ambas manos.
Alejandro Gardel, en la imagen de portada, que fuera apoderado por el maestro Palomo Linares, estuvo bien, cortando una oreja a cada uno de sus enemigos. Gustó en Sigüenza sobremanera su estética en la composición del toreo, y su planta delante de sus dos enemigos. Quienes le siguen confirman que tiene una progresión excelente, además de un buen dominio de la espada.
Presidió la novillada la teniente alcalde del Ayuntamiento de Sigüenza, Eva Plaza.