Nos han enseñado a ver películas de una determinada manera. Incluso, la propia idea del cine se ha ido modificando en el transcurso de los años. Si hace unas décadas, cuando este cronista era joven, el cine era un elemento imprescindible de nuestra vida cultural y, por tanto, de nuestra formación, actualmente no es más que un mero entretenimiento que, enredados en los mundos digitales, nos propone relacionarnos con nuestros amigos o amores, en busca de un rato divertido. Finalmente las “redes” nos atraparon como a peces perdidos.
Perdidos en París ha llegado para cambiarnos del lugar que ocupamos como espectadores convencionales y, cual máquina del tiempo sentimental, nos ha devuelto a aquel tiempo en el que el cine nos enseñaba a vivir y en el que nuestra mirada buscaba, en cada película, con ilusión, una forma de la emoción.
Aunque solo fuera por esos motivos, esta bellísima película debería ya formar parte de nuestro corazón, limpio y puro, el de aquél niño que fuimos, extasiado ante las viejas películas de Charlot que podíamos ver en televisión. También, por supuesto del joven o del adulto (elige, posible lector desconocido) que ahora somos.
Esta película es un viaje al mejor pasado del cine, un viaje radical y tierno, de una originalidad literal y emocionante. Original, porque nos traslada a los orígenes del cine, alejándonos del manido y previsible producto hollywoodense que estamos acostumbrados a consumir. Radical, porque nos muestra con alegría y vitalidad, las raíces de una forma de experimentar el encanto y la fascinación de las imágenes, homenajeando a los viejos sabios de la comedia: Jacques Tati, Charles Chaplin, Harold Lloyd, aquellos profundos comediantes de la velocidad, la gestualidad y el movimiento imparable del gag; capaces, también, de ofrecernos una nueva visión subversivamente irreal de una vida demasiado real, a veces, permitiendo que nos asomemos a nuestro interior con la más amable y cordial de las alegrías, llenos de ternura hacia unos personajes deliciosamente ingenuos.
En definitiva, Perdidos en París, nos regala el sueño de volver a ser niños otra vez y a mirar la realidad, nuestra vida, con los ojos enamorados y un cándido y veraz sentido de la maravilla.
Sinopsis: Fiona, una bibliotecaria de Canadá, llega a París para ayudar a su tía Martha, amenazada con ser internada en una residencia de ancianos. Fiona pierde su equipaje y además descubre que Martha ha desaparecido. Es el comienzo de una cadena de alocados enredos, que le harán cruzarse en el camino con Dom, un vagabundo egoísta y presumido, con quien surge un extraño encanto en la Ciudad de la Luz.
Ficha técnica:
Título original: Paris pieds nus
Año: 2016
Estreno en España: 21 diciembre 2018
Duración: 83 min.
País: Francia
Dirección: Dominique Abel, Fiona Gordon
Guion: Dominique Abel, Fiona Gordon
Fotografía: Claire Childeric, Jean-Christophe Leforestier
Reparto: Emmanuelle Riva, Pierre Richard, Dominique Abel, Fiona Gordon, Balla Gagny Diop, Emmy Boissard Paumelle, Philippe Martz, Isabelle de Hertogh, Bruno Romy
Productora: CG Cinéma / Courage Mon Amour / Moteur S’il Vous Plaît
Género: Comedia