La reducción del límite máximo de velocidad a 90 kilómetros por hora en carreteras convencionales entrará en vigor este martes, 29 de enero de 2019, y afectará a tres carreteras de Guadalajara: N-320, N-211 y N-204.
El subdelegado del Gobierno, Ángel Canales, ha recordado que siete de cada diez accidentes con víctimas mortales registrados el año pasado en Guadalajara ocurrieron en vías convencionales.
“Esto nos dice claramente dónde hay que poner el foco para redoblar esfuerzos si queremos continuar con la tendencia a la baja de la siniestralidad”, ha señalado en un comunicado.
Además, ha subrayado que “la velocidad es un factor determinante en la mayoría de los accidentes y, por tanto, una disminución de la velocidad media está directamente relacionada con una menor siniestralidad”.
De hecho, casi la mitad de los accidentes mortales se producen por salidas de vía y cerca de otro 30% por choques frontales, en ambos casos directamente relacionados con el exceso de velocidad.
Con la entrada en vigor de la nueva normativa, en ninguna carretera de Guadalajara se podrá circular a más de 90 kilómetros por hora, con la excepción de la autovía A-2 y la autopista de peaje R-2.
El ministerio de Fomento ha procedido durante este mes a la sustitución de un total de 142 señales para indicar debidamente a los conductores las nuevas limitaciones en las tres vías afectadas.
El subdelegado ha recalcado que los límites de velocidad “son el instrumento adecuado para equilibrar movilidad y seguridad, minimizando las consecuencias negativas de un accidente”.
Así, mientras que a 90 kilómetros por hora se necesitan 70 metros para detener un vehículo, esa distancia se eleva hasta 84 metros a 100 kilómetros por hora. Del mismo modo, en caso de atropello, a 60 kilómetros por hora casi no se salva nadie, pero a 30 kilómetros por hora se salva el 95%.
Por otro lado, Canales ha explicado también que establecer el límite máximo en 90 kilómetros por hora en carreteras convencionales nos homologa la mayoría de los países europeos. Incluso, algunos tienen fijado un límite aún más bajo, como Países Bajos, Dinamarca o Suecia.
En todo caso, el subdelegado ha incidido en que las medidas no deben acabar aquí, sino que se deben combinar con un mejor diseño de las infraestructuras desde el punto de vista de la seguridad vial para minimizar las posibilidades de que ocurran accidentes y, en caso de producirse, que tengan las mínimas consecuencias.