En un principio, y leída la sinopsis, parecería que nos vamos a encontrar con una comedia crítica con cierto estado de cosas que llevaron a este país a una de sus mayores y más desastrosas crisis económicas de los últimos años.
Sin embargo, Bajo el mismo techo, desemboca finalmente en una extravagante e irregular comedia que lleva hasta el extremo más delirante la tan traída y llevada “lucha de sexos”. Y lo hace utilizando todas las herramientas del tópico que le ofrece el imaginario social que sobre las relaciones de pareja, y sus diferencias más superficiales y chuscas, domina en el pensamiento más común y vulgar.
Es cierto que, en algunas ocasiones –pocas- la película alcanza momentos realmente desternillantes, sobre todo en el primer tercio de la película, cuando se están planteando los pilares dramáticos de todo lo que se sucederá a continuación; pero, poco a poco, la escalada sucesiva de situaciones surrealistas, a veces demasiado tópicas, y a veces demasiado frívolas, termina por llevar al espectador al callejón sin salida del cansancio o, quizás, para algunos, del aburrimiento.
El tratamiento visual de esta historia es realmente formidable, técnicamente atractivo e, incluso, deslumbrante gracias al diseño gráfico de los intertítulos (que separan en capítulos el camino de esta catastrófica relación de pareja), de un aire ingenuamente naíf, simple, infantil y de colores vivos, muy moderno y jovial, en consonancia con una fotografía luminosa que otorga, por momentos, a la película de un aire de cuento maravilloso y estrafalario, cuyos minutos finales corroborarían.
Pero, su desarrollo dramático, pese a las extraordinarias interpretaciones de sus actores, junto a una puesta en escena plana, y televisiva, basada en los planos cortos de los personajes, resulta, en definitiva, poco arrebatador, alcanzando momentos narrativamente delirantes que destruyen el posible, y deseado, potencial cómico.
En todo caso, el sentido del humor resulta ser tan subjetivo, y los temas tratados tan próximos a las vidas de los espectadores, que seguro que los habrá que disfruten de esta propuesta de la premiada directora Juana Macías, capaz de hacer un producto bien elaborado, que con su radical sarcasmo de la vida en pareja puede hacernos olvidar durante unos momentos que la realidad, a veces, es fría y gris, como los días de invierno y que el amor sigue siendo, a lo mejor, la mejor manta para resguardarnos del temporal.
Sipnosis:
Un divorcio, una hipoteca, y la peor pesadilla de una pareja que se rompe: tener que compartir casa con tu ex. Cuando Nadia (Silvia Abril) y Adrián (Jordi Sánchez) deciden separarse tras años de convivencia, se dan cuenta de que ninguno de los dos puede permitirse abandonar el precioso chalet que compraron en el apogeo de su matrimonio… y de la burbuja inmobiliaria. Atrapados por la deuda, al no encontrar a un comprador de la vivienda, se ven obligados a cohabitar, y acabarán declarándose la guerra y montando su particular campo de batalla bajo el mismo techo.
Comedia dirigida por Juana Macias (Embarazados, Planes para mañana), cuyo reparto está formado por Silvia Abril, Jordi Sánchez, Daniel Guzmán, Malena Alterio, Álvaro Cervantes, Cristina Castaño y Ana Morgade.
Ficha técnica:
Título original: Bajo el mismo techo
Año 2019
País España
Guion: Juana Macías, Daniel Corpas, Anna R. Costa, Juan Moreno
Música: Pablo Trujillo
Fotografía: Guillermo Sempere
Productora: Feelgood Media. Distribuida por Sony Pictures España
Género: Comedia
Distribuidora: Sony Pictures
No recomendado menores de 12 años
Fechas de estreno: 01 Febrero 2019