Hay una ley no escrita que afirma que la industria cultural siempre vuelve la mirada al pasado de los que la dirigen y deciden sus contenidos. Y ahora, esos magnates y creadores cuarentones recuerdan los años de su adolescencia, de los veranos en los que los sueños eran irresponsables y el deseo –y la revolución hormonal- se sublima en la posibilidad de una aventura imposible, leía o vista en nuestros libros o películas favoritos.
Los directores de esta Verano del 84, ¡que son nada más y nada menos que tres!, han hecho un viaje al pasado con este pastiche que, para conseguir su propósito, debería ser visto, ¡ay!, con los ojos de los chicos que fuimos o, en el peor de los casos como un honrado homenaje a una educación sentimental que, en este mundo inevitablemente globalizado, tiene muchos parecidos, sea cual sea cual sea tu país, tu idioma o tu condición social.
Evidentemente, los destinatarios de esta película, por obvias razones naturales, deberían ser aquéllos adultos que fuimos criados a los pechos de Spielberg, los Goonies o las aventuras escritas de Los Cinco o de Los Siete Secretos. Sin embargo, son los jóvenes de ahora, aquellos para los que los años 80 no son más que unos juguetes viejos guardados en un baúl o los recuerdos, ¡argh!, de sus padres, los que paradójicamente disfrutarán enormemente de esta película.
Pastiche, homenaje, nostalgia, recuerdos… pero también vivir la experiencia del crecimiento y de recorrer el camino de la madurez. De ahí, el deseo sexual siempre insatisfecho, la emoción de un misterio por solucionar –metáfora del descubrimiento del mundo y de su verdad- o el primer amor imposible, ese camino directo al más doloroso fracaso vital.
La película, conforme a esta estrategia sentimental de la melancolía y la representación de la intensa e infinita incompresión que siente el adolescente, está repleta de referencias a la cultura popular de esa generación y, en concreto, de la figura y del imaginario narrativo que representa Steven Spielberg (al que se cita sin fin y de todas las formas posibles a lo largo de la película).
Esta celebración de los veranos de los 80 convoca el sentido del misterio conjugando los dos géneros ejemplares en los que se manifiesta la presencia del joven y su búsqueda del sentido a su aburrida vida: el criminal (o como se dice ahora, thriller) y el terror. Es decir, el miedo a crecer y la necesidad de una respuesta al enigma de vivir.
Creo que todos disfrutaremos de esta encantadora (literalmente) película, porque nos habla de nosotros sin alharacas, con complicidad y emoción, de lo que pudo haber sido y no fue, de lo que –inevitablemente- llegamos a ser, de lo que somos.
Andrés P. Paz
Sinopsis
Ambientada en los nostálgicos ochenta, un grupo de adolescentes de quince años, liderado por Davey, comienza a sospechar que uno de los vecinos del barrio en el que viven, que trabaja como agente de policía, puede ser un asesino en serie que sale en las noticias. La decisión que toman es pasar sus vacaciones de verano vigilándole con el objetivo de conseguir cualquier tipo de prueba que confirme su teoría. El grupo comienza su búsqueda pero, a medida que se van acercando a la verdad, el peligro que corren va siendo cada vez mayor.
Ficha técnica:
Título original: Summer of ’84
Productora: Brightlight Pictures, Gunpowder & Sky
Director: Anouk Whissell, Francois Simard, Yoann-Karl Whissel
Guion:Matt Leslie, Stephen J. Smith
Reparto: G aham Verchere, Judah Lewis, Caleb Emery, Cory Gruter-Andrew, Tiera Skovbye, Rich Sommer, Jason Gray-Stanford, Shauna Johannesen, William MacDonald, Harrison Houde, Aren Buchholz, Susie Castillo, Reilly Jacob, Jaiven Natt,
Calificación: No recomendada para menores de 16 años.
Estreno en España: 01/02/2019