No dijo que se iba a presentar, tan solo que meditaba hacerlo. Fue suficiente para que todo el aparato oficialista del Partido Socialista castellanomanchego cerrara filas en torno a su líder, Emiliano García Page, y le pidiera a José Luis Blanco Moreno que ni se planteara dirigir el partido en la región. Lejos de eso, el alcalde de Azuqueca ha cogido carretera y manta y aprovechando que es agosto, se dedica a hacer campaña ora en Talavera, ora en Consuegra, ora en Bargas –a pesar de que le cierran el local municipal sin previo aviso- ora en Ciudad Real; ora en…
Pero, ¿por qué un militante completamente desconocido para la militancia castellano manchega quiere hacer frente al diplodocus de García Page y no duda en enfrentarse a todo un ejército de colocados y agradecidos por el manto salvífico de quien controla el maná del presupuesto autonómico? Si hasta su primer mentor, el exalcalde azudense, Florentino García Bonilla, con quien correteó -políticamente hablando- sus primeras carreras allá por 1991, cuando lo nombró concejal de Urbanismo, le ha pedido que se retire de la pugna…
La historia de la ambición política de José Luis Blanco Moreno comienza mucho antes. Bueno, mejor dicho, comienza por ascendencia paterna, Gaspar Blanco Faustino, la sombra omnipresente de García Bonilla en el consistorio azudense en la época en que ambos dirigían con mano de hierro el municipio rojo del Corredor del Henares. Tras Córdoba con Julio Anguita y poco más, Azuqueca era la tachuela roja que el PCE clavaba en un mapa de España rodeado de tachuelas rosas y azules. Antonio Rico era el ideólogo, García Bonilla el gestor y Gaspar Blanco el fontanero, el que a través del club de jubilados arrastraba a una masa de abuelos hasta los colegios electorales para que el milagro rojo siguiera en Azuqueca.
Tras su paso como edil de Urbanismo, Blanco Moreno se tuvo que tomar una excedencia forzosa en las listas municipales entre disensiones internas en la asamblea local de Izquierda Unida, en la que se había integrado el PCE. Poco después, García Bonilla y toda su cohorte de ediles liberados se dejó llevar por los cantos de sirena del sibilante Pepe Bono y a cambio de un sillón en el Convento de San Gil y promesas de inversiones en el municipio, García Bonilla cambió la hoz y el martillo por la rosa del albaceteño de ascendenciajoseantoniana.
Fue en 2007 cuando este empleado de Renfe aficionado a la fotografía y al que tuve como tal en mi primera época como director de la entonces revista Azucahica vuelve al Consistorio. García Bonilla había dado paso a Pablo Bellido como cabeza de lista y el PSOE se resintió en votos: casi 200 menos que en 2003 y, por primera vez, menos que el PP en unas municipales. Eso, unido al nulo feeling que Bellido tenía con el entonces cabeza de lista de IU, Emilio Alvarado, impidió en un primer momento que se repitiera el acuerdo de cuatro años atrás con la coalición de izquierdas y consiguiera la Alcaldía el partido más votado, el PP.
Esta situación apenas duró unos meses, de junio a diciembre de 2007, cuando en un pacto a varias bandas y en el que tuvo mucho que decir el Gobierno regional, PSOE e IU desalojaron al PP tras una polémica moción de censura. Bellido conseguía la Alcaldía y José Luis Blanco es designado tercer teniente de alcalde con las delegaciones de Ordenación del Territorio, Desarrollo Sostenible, Régimen Interior y Hacienda.
Una vez de vuelta en el Ayuntamiento, comienza su lucha por hacerse con el control del partido a nivel local, algo que consigue en 2008 con gran ayuda en la sombra del otro Blanco… Gaspar, el mismo que contra todo pronóstico lo lleva en volandas en las Primarias para la Alcaldía en 2015, tras anunciar Bellido que no repetiría. De nada sirvieron los esfuerzos del exalcalde para impedir que Blanco ganara las Primarias. No lo soportaba ni en público ni en privado y lo llegó a acusar en algunas asambleas internas de ser el culpable de todos los males que aquejaban al PSOE azudense. De hecho, llegó a exprimir todos los resortes del partido para promover la candidatura de su alter ego político, José Luis Escudero, que no era afiliado al PSOE, y quien cayó humillado en dichas primarias ante Blanco a pesar de contar con todo el apoyo del ex primer edil. Desalojados del partido a nivel local e institucional por Blanco, todo el clan bellidista se libró del frío que se pasa en las colas del Inem al encontrar refugio en las ubres del Ejecutivo autonómico y de las Cortes regionales. Y desde ahí le han empezado a llegar las primeras andanadas a Blanco.
Algunas de estas críticas -con poco estilo, en todos los sentidos, y que de no estar protegidos sus autores por el sector oficialista del Ejecutivo regional les habría costado el cargo público que deben a Page o a Bellido-, acusan a Blanco de ser el responsable de todos los males que aquejaron a Bellido durante sus dos mandatos. Principalmente el calvario que tuvo que sufrir por la querella que el PP interpuso contra él y Blanco por supuesta estafa y malversación en las obras del Centro Joven. Querella de la que todos salieron muy bien parados y por cuyos hechos aún nadie ha dado explicaciones políticas a, por ejemplo, por qué unas farolas de 3 metros de altura y a 3.000 euros la unidad, se convirtieron por arte de birlibirloque en pequeños adornos fluorescentes de bazar chino. Pero bueno, eso es otra historia que ya hemos contado aquí muchas veces. Que no siempre, aunque discrepemos, lo que dicen los tribunales que no es delito no significa que se haya hecho bien, solo que no es delito.
Pues bien, en esta nueva versión hagiográfica del mártir Bellido, político medianillo cuya única virtud ha sido estar en el sitio justo en el momento oportuno y del que no se recuerda nada relevante en su gestión, salvo quizá que más que un Ayuntamiento dirigía una ONG, pero con dinero público, sus deudos en nómina lo convierten en faro que ilumina occidente. Se trata de deslegitimar a su contrario, Blanco, sin dar un solo argumento en contra de su candidatura, tan solo que Page, por llevar más de treinta años pisando moqueta está mejor preparado que él para seguir rigiendo los destinos de la región. Tan torpe ha sido la estrategia de los oficialistas, que veían próximo el fin de su soldada mensual si Blanco llegaba a la Junta, que el aspirante les ha dejado sin argumentos con una sola palabra: bicefalia, con un líder político y otro institucional.
Ítem más. El aspirante ha puesto a todos los abajofirmantes ante sus propias contradicciones: “Los socialistas de Castilla-La Mancha quieren un partido coherente y creíble, para el que reivindican el valor de la palabra dada de sus dirigentes”. O lo que es lo mismo, Page y Bellido dijeron que ligaban su futuro político a lo que ocurriera en las Primarias a la Secretaría General del PSOE. Y ganó Pedro Sánchez. ¿Dónde está la palabra dada, se preguntan en el equipo que organiza la candidatura de Blanco?
Pero lo peor de todo es que le piden que no se presente. ¿Por qué, por si gana? ¿Tienen miedo que pase igual que con las Primarias nacionales? ¿Tanto llenárseles la boca de democracia interna y ahora no quieren que se vote y prefieren se aclame al líder por unanimidad? ¿Por qué no dicen de verdad qué es lo que no les gusta del candidato y se dejan de circunloquios?
Mientras, en Ferraz, miran y dejan hacer. De momento no hay postura oficial, pero no olvidan que García Page fue uno de los principales instigadores del cese de Sánchez en la rebelión de octubre del 2016 y eso tiene que ir pagándolo poco a poco. De momento, le han obligado a ejercer de conejillo de indias en un pacto con Podemos impuesto desde Ferraz que avergonzaría a cualquiera con respeto por las hemerotecas y que no se llame García Page. Pero no será la última prueba de Hércules que el antiguo delfín de Bono y Barreda tenga que pasar: aún tendrá que dejarse más pelos en la gatera si quiere seguir en su refugio de Fuensalida.
Y ahí es donde entra Blanco, quien tras apoyar a Eduardo Madina en las Primarias de julio de 2014, las primeras que ganó Sánchez, apostó a mejor caballo en 2017 y se la jugó por el renacido. Y le salió bien la jugada. Bellido y García Page, sus principales rivales, besaban el polvo y él viajaba en volandas hasta elCongreso Federal en el que era nombrado miembro del Comité Federal, un premio a su lealtad.
Por eso, su candidatura, o meditación de candidatura, que es lo que es por ahora, no es otra cosa que un recordatorio a Page de que tiene que ceder poder, que podría entenderse que Blanco es en este momento el tonto útil de Ferraz -que no ha querido quemar a ningún candidato con prestigio-, para mostrarle a Page que a partir de ahora la lealtad tendrá que demostrarla día a día. Por eso han lanzado al ruedo a Blanco, un peón fácilmente recambiable y prescindible si llegara el caso, pero que sirve para que una vez ha dado jaque a Page, este sepa que a partir de ahora tendrá que contar con los sanchistas que estarán vigilantes para desactivarlo a la menor señal de rebeldía y evitar más asonadas como la de octubre de 2016. Luego, conseguido el objetivo, a Blanco se le premiará con un sillón en el Convento de San Gil o canonjía similar y aquí paz y después…
¿Qué pasa en la piscina de Azuqueca?
Este año 2017 se recordará como uno de los más trágicos en materia de ahogamientos. En agosto, eran 50 personas más que en el mismo periodo del año pasado las que habían perdido la vida en ríos, playas, albercas, piscinas… Algo sorprendente si tenemos en cuenta que en la mayoría de municipios, por pequeños que sean, se imparten cursos de natación todos los veranos, e incluso inviernos en localidades con piscinas cubiertas, en los que participan niños incluso con pocas semanas de vida.
Fotografía de Álvaro Díaz Villamil, Ayuntamiento de Azuqueca de Henares
En la provincia de Guadalajara hemos tenido varios casos este año, sobre todo en piscinas privadas. Pero hay dos casos que llaman la atención especialmente: en las piscinas municipales de Azuqueca, dotadas con servicios de socorrista, se han producido dos ahogamientos en lo que va de verano. En un caso, un menor de edad ya está completamente recuperado. En otro caso, el de un hombre de mediana edad, se desconoce la entidad de sus secuelas tras ser derivado inmediatamente al Hospital.
https://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=34856
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Por eso, no está de más hacernos una pregunta: ¿Qué está pasando este verano en las piscinas municipales de Azuqueca? ¿Existe un servicio adecuado de socorrismo? ¿Sería necesario ampliar el mismo? ¿Se cumplen las normas de seguridad adecuadas para impedir el vandalismo y los juegos peligrosos? ¿Está debidamente preparado el personal de socorrismo para atender este tipo de emergencias?
Lo de la casta era esto
Tanto dar la matraca con lo de la casta y a la primera oportunidad que se les brinda, el Pacto de Gobierno con el desmemoriado Page, y resulta que se ponen a trincar sillones y asesorías como locos. Quién ha visto y quién ve a estos chicos de Podemos…
España, un país enfermo
Al final de un verano de canícula inusualmente sostenida en el calendario y sin más momentos de respiro que alguna que otra noche por debajo de los 22 grados, observamos con tristeza el páramo yermo en que se está convirtiendo nuestro bello y gran país. Y no solo por la sequía, que también.
Un país en el que la agenda política la marca una panda de pijos antisistema –no es un oxímoron, al menos cuando hablamos en términos políticos- tan reñidos con la inteligencia como con el desodorante… un país en el que la agenda judicial del juzgado más humilde al mismísimo Tribunal Constitucional la diseña una secuestradora de niños, con la dulce comprensión del presidente de Gobierno… un país en el que a los sediciosos se les apacigua con dinero público en vez de despojarlos de sus cargos y juzgarlos por sedición o rebelión… un país en el que el fascismo no solo anida en la extrema derecha, sino también en su contraria… un país en el que se pide comprensión para el terrorista y se culpabiliza de sus actos a las víctimas como sociedad en su conjunto… es un país enfermo.
@HeraldodelHenar