El exportavoz socialista en el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares, Silvio Rojo Solana, falleció en la tarde de ayer sábado como consecuencia de un cáncer de pulmón, según informaron fuentes cercanas a la familia.
Rojo Solana, maestro de Primaria, fue concejal del Ayuntamiento azudense en los periodos corporativos de 1987 a 1991 y de 1991 a 1995.
Miembro de la asamblea local del PSOE, fue expulsado del partido junto a otros trece militantes por sus discrepancias con la composición de la candidatura impuesta por la ejecutiva provincial de su partido para las elecciones municipales de 2003.
En concreto, no estaban de acuerdo con la elección a dedo por parte de la Ejecutiva provincial del PSOE del que había sido alcalde por el PCE y luego por IU, Florentino García Bonilla, como candidato socialista a la Alcaldía sin pasar por un proceso de Primarias.
Entre los expulsados, se encontraban también Gregorio Matesanz Vallejo y Eduardo Sánchez Baranda, entre otros.
Silvio Rojo, que se consideró “socialista” hasta la muerte, inició junto al resto de expulsados, entre los que también se encontraban su mujer y miembro de la Ejecutiva regional del PSOE, Justi Redondo, y su hija, Leticia Rojo, una larga lucha judicial para recuperar “su dignidad como socialista”.
Esta batalla, que se inició en los juzgados de Guadalajara y llegó hasta el Tribunal Supremo, concluyó el pasado mes de enero, cuando el Tribunal Constitucional no admitió el recurso de amparo de los expulsados.
Rojo era muy crítico con las nuevas generaciones de políticos en general y de socialistas en particular, de los que no entendía que “nada más llegar al cargo de concejal lo primero que hacen es ponerse un sueldo”.
Él siempre recordaba los años que pasó en el Ayuntamiento “trabajando en mis horas libres y pidiendo muchos permisos en el colegio para poder sacar adelante los asuntos del pueblo sin cobrar nunca un duro”.