Uno de los segmentos más duros que actualmente hay en el mercado español es el de los SUV. Pero dentro de él, encontramos notables diferencias entre ellos por sus propias características. Los hay 4×2, 4×4, con orientación exclusiva al asfalto, otros que admiten pequeñas incursiones por caminos… y luego tenemos el Jeep Compass. Una apuesta segura si lo que buscamos es un SUV con vocación de TT y con el que podemos hacer muchas cosas inimaginables para estos coches. Pero claro, estamos ante un Jeep….
Por colocarlo temporalmente y entre sus hermanos de marca, el Compass lleva en nuestro mercado desde 2007 y esta segunda generación, desde el 2014, año en el que sufrió una renovación. Dentro de su marca, lo debemos situar un poco por encima del Renegade y por debajo del campeonísimo Cherokee.
Entrando de lleno en la prueba por el diseño, siempre recuerdo que para los gustos están los colores, estéticamente es un coche de los que más me gustan en esta categoría. A pesar de que sus más directos rivales son más jóvenes, el diseño del Compass enamora. Si eres amante de la marca Jeep, pronto reconocerás en alguno de sus rincones, detalles que recuerdan a los míticos de la marca.
Uno de los rasgos identificativos de la marca es sin duda la parrilla delantera, de generosas dimensiones y con grandes “rectángulos cromados” que son su seña de identidad. Su carrocería deja un buen espacio libre respecto al suelo, que junto con sus neumáticos de generosas dimensiones y su ángulo de ataque conseguido gracias al diseño de sus paragolpes, le convierten en un compañero ideal para nuestras aventuras.
Las medidas exteriores del Compass son casi 4,40 metros de largo, algo más de 1,80 de altura y 1,64 metros de ancho. Es un coche grande, pero en la justa medida para desenvolverse con soltura en la ciudad y que, gracias a sus asistentes de parking, es muy fácil “colocarlo” en los huecos más inverosímiles. La capacidad del maletero llega hasta los 438 litros y el peso total del conjunto alcanza los 1.619 kilos.
Interior
Después del breve paseo por el exterior rodeando al Compass para descubrirlo, nos adentramos en su habitáculo. Espacioso es la primera sensación que transmite a la hora de sentarnos en el puesto de conducción. Los pilares grandes delanteros y traseros hacen necesaria una buena colocación de los retrovisores para tener buena “cobertura” visual en todo momento. Las regulaciones del asiento y volante permiten encontrar rápidamente la posición ideal para disfrutar del Compass.
El volante multifunción, con buen tacto, permite controlar las funciones del teléfono móvil, equipo de sonido, ordenador.. etc, El cuadro de relojes dispone de dos grandes esferas con información de velocidad y entre ellas encontramos la información que transmite la consola central y podemos elegir, bien consumos, indicaciones navegador, sonido….
La disposición de estos controles del volante, lleva incluso pulsadores en la parte de atrás, y de los limpias e intermitentes, las primeras veces que los usas cuesta trabajo identificarlos y recordar para qué sirve cada uno de ellos. No debemos prestarle ni la más mínima importancia a estos detalles, ya que en dos días está todo memorizado y se convierte en facilidad de uso.
La consola central está presidida por la pantalla táctil multifunción que ya es habitual en los coches del grupo, escoltada por la dos grandes toberas de ventilación. Evidentemente, desde esta pantalla, tenemos todos los accesos a las funciones de navegador, sonido, ordenador y es compatible tanto con iOS como con Android. Justo un poco más abajo, disponemos de una ruletas para controlar el volumen del sonido y algunos aspectos más de la radio, así como los interruptores de los asistentes de ayuda al parking y de cambio de carril involuntario. En la última “fila” y continuando con la posición vertical, disponemos de los mandos del control del climatizador.
Colocado justo delante de la palanca de cambios, encontramos el botón mágico del compass. Se trata de la ruleta que dependiendo de su posición y modificando el comportamiento del coche, podemos movernos por terrenos con distintos firmes. Empezamos activando las tracción total con el botón 4WD lock, al que se suma la posición AUTO en la que el coche circula en tracción delantera hasta que la perdida de adherencia se hace patente y pasa a 4×4, siguiendo con la posición de SNOW para la nieve, SAND para terreno arenoso y por último la MUD, ideal para cuando el barro hace acto de presencia.
Hablando de habitabilidad, al Compass podemos declararlo como un coche espacioso en las plazas delanteras. No da la sensación de agobio y la comodidad está asegurada. Las traseras son otro cantar… pero como es habitual en estos coches y este segmento. Las dos plazas laterales, si no eres muy grande y mides menos de 1,80 no vas a ir mal. En la central, encontramos el inevitable túnel de transmisión para el 4×4 y el espacio disminuye considerablemente.
En marcha
La unidad que hemos tenido a nuestra disposición era la 2.0 Multijet de 140 caballos, asociada en este caso, equipamiento opcional, a la conocida caja automática d 9 velocidades. ¿Son necesarias las 9V? Pues no me atrevo a decirlo, pero lo que es cierto es que es un coche que muestra una suavidad de funcionamiento encomiable.
En la ciudad se mueve con soltura, evidentemente no con la misma rotundidad de un turismo pequeño, pero el tráfico urbano no debemos considerarlo como un enemigo. A la hora de circular por las autovías, permite mantener velocidades crucero, siempre legales, sin ningún problema y no es excesivamente perezoso a la hora de realizar adelantamientos.
El consumo del Compass varía mucho dependiendo de cómo tratemos al pie del acelerador. En conducción tranquila y sin excesos, en el ciclo mixto podemos llegar a bajar incluso de los 6 litros, pero si buscamos algo más en el 140 cv, lo vamos a encontrar y no será difícil superar los 8,5.
Conclusión
Un coche de una marca mítica como Jeep, que gracias a su trasmisión Active Drive nos va a permitir mucho más que circular por ciudades o autovías. Integra aditamentos que son ADN de Jeep y una línea muy agradable a la vista. Sin duda, solo con mirarlo desde su frontal, gracias a su enorme y característica calandra delantera, sabremos que tenemos un Jeep delante.