viernes , 22 noviembre 2024

Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara: ‘María, madre nuestra’

El papa San Pablo VI, en el discurso que pronunció con ocasión de la promulgación de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano II, reconocía y declaraba a “María Santísima, Madre de la Iglesia”. En aquel momento, los padres conciliares, puestos en pie, aplaudieron con entusiasmo y alegría, expresando así su homenaje a la Madre del Hijo de Dios, a nuestra Madre y a la Madre de la Iglesia.

María, del mismo modo que acompañó a los discípulos de su Hijo, después del encargo recibido de Él junto a la cruz, hoy sigue acompañando y protegiendo con su corazón maternal a todos los cristianos y a cuantos aún no han tenido la dicha de conocer a su Salvador hasta que todos podamos vernos felizmente reunidos, en paz y concordia, en el único Pueblo de Dios para gloria de la Santísima Trinidad (LG 69).

Confiados en la protección y la fidelidad de la Madre, millones de hombres y mujeres de todos los países del mundo se dirigen a Ella cada día en sus santuarios para que permanezca siempre a su lado y para que les muestre el verdadero camino que han de recorrer para llegar al encuentro con el Padre por toda la eternidad.

María nos sólo está atenta a las necesidades de sus hijos, como hizo en las bodas de Cana con los jóvenes esposos, a los que les faltaba el vino, sino que también nos habla por medio del testimonio de su entrega incondicional al Padre y a los hermanos. Ella siempre nos invita a confiar en su Hijo, a escuchar sus palabras y a dejarle franquear la puerta de nuestro corazón para que renueve la fe heredada de

nuestros mayores.

Cuando respondemos de verdad a Dios, como lo hizo María, percibimos que nuestra existencia recibe una luz nueva. De este modo, en medio del sufrimiento, podemos experimentar el consuelo; ante las dificultades de la vida, percibimos nuevo aliento; y cuando aparecen las oscuridades en el camino, experimentamos una nueva luz que nos permite afrontarlas con paz.

La contemplación de la Santísima Virgen y la acogida de sus enseñanzas, pueden ayudarnos a todos sus hijos a pasar del egoísmo al servicio, de la soledad a la comunión con nuestros semejantes, del sufrimiento a la confianza, de la tristeza a la alegría de sabernos amados por su Hijo y acompañados por Él en todos los momentos de la vida.

Atilano Rodriguez

Pongamos nuestra confianza en la Madre del cielo, demos gracias a Dios por haberla puesto en nuestro camino como faro luminoso y pidámosle que, transformados interiormente por esta luz, podamos ofrecerla a nuestros hermanos. En comunión con María, sigamos contemplando los misterios del Santo Rosario y no dejemos de pedir su protección para nosotros y para todas las personas que sufren.

Atilano Rodríguez, 0bispo de Sigüenza-Guadalajara

NOTA DE LA REDACCIÓN: EL HERALDO DEL HENARES acepta el envío de comunicados, cartas y artículos de opinión para ser publicados en el diario, sin que comparta necesariamente el contenido de las opiniones ajenas, que son responsabilidad única de su autor, por lo que las mismas no son corregidas ni apostilladas.

EL HERALDO DEL HENARES se reserva la posibilidad de rechazar dichos textos cuando no cumplan unos requisitos mínimos de respeto a los demás lectores o contravengan las leyes vigentes.

Acerca de El Heraldo del Henares

Diario digital de Guadalajara y el Corredor del Henares fundado en 2009.

Ver también

Tribuna libre de Antonio de Miguel Antón, miembro de SOS Rural: ‘La DANA de Valencia no solo ha provocado cientos de muertes: dejará un profundo daño emocional durante años’

Esta DANA de Valencia no solo va a dejar barro y multitud de vidas y …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.