El sacerdote diocesano Antonio Herrera Riofrío ha fallecido en el hospital General Universitario de Guadalajara, a los 94 años de edad, de muerte natural y por causas naturales ajenas al Covid 19.
Según han informado esta semana fuentes de la delegación de medios del obispado de Sigüenza Guadalajara en un comunicado, el fallecimiento tuvo lugar en la mañana del miércoles 29 de abril.
Herrera Riofrío había nacido en Membrillera el 13 de junio de 1926, onomástica de san Antonio, y fue enterrado en el cementerio parroquial de su pueblo natal.
Estudió en el seminario de Sigüenza, donde fue ordenado sacerdote el 3 de mayo de 1951.
Durante toda su vida sacerdotal, sirvió en distintas parroquias de la diócesis, entre ellas, con sus entonces respectivos anejos, Hiendelaencina, Yélamos de Arriba, Albalate de Zorita, Brihuega y finalmente en San Antonio de Padua de Guadalajara.
Entre 1987 y 1988 fue vicario episcopal territorial.
Hasta su muerte, fue el capellán de la residencia Hogar “Los Olmos” y del vecino cuartel de la Guardia Civil de Guadalajara.
Según estas fuentes, Antonio Herrera Riofrío estaba «dotado de cualidades musicales y organizativas, don de gentes y celo apostólico».