jueves , 21 noviembre 2024
Chorreras de Despeñalagua. Fotografía de Julio Real González

Parque Natural de la Sierra Norte: Las Chorreras de Despeñalagua, un fenómeno hídrico entre serranías de Guadalajara

En la confluencia de las sierras de Pela y Ayllón se acuna la villa de Valverde de los Arroyos, bellísimo y destacado pueblo de la arquitectura negra del noroeste de Guadalajara, situado en el corazón del Parque Natural de la Sierra Norte. Confluencia perfecta de arquitectura popular y naturaleza, este municipio se constituye en la antesala de uno de los milagros hídricos más impresionantes que nos ofrece la provincia: las Chorreras de Despeñalagua

Texto y fotografías de Julio Real González*

Saliendo de Guadalajara por la autovía A-2, hasta la localidad de Taracena se toma la carretera CM-1003 hasta la localidad de Heras de Ayuso, donde se enlaza con la carretera GU-183 que nos conduce hasta la población de Humanes, donde incorporándonos a la carretera CM-1004 seguiremos hasta la localidad de Tamajón.  

Salimos de dicho pueblo por la carretera GU-186 y enlazaremos, en apenas 700 metros, con la carretera GU-211 que nos deja a la entrada del pueblo de Valverde de los Arroyos.

Pico Ocejón visto desde Valverde de los Arroyos

Total,  poco más de una hora y veinte minutos y 84 km. de recorrido durante el cual disfrutaremos de unos hermosísimos paisajes, del que resaltará la Sierra de Ayllón, con el sobresaliente  pico del Ocejón (2.048 m.).

Un destacado ejemplo de la Arquitectura Negra

Este rincón noroccidental de la provincia de Guadalajara, aparte de sus impresionantes valores paisajísticos y medioambientales, se caracteriza por la preservación en sus pueblos de una arquitectura rústica popular absolutamente peculiar.

Casona en Valverde de los Arroyos. Fotografía de Julio Real González

La abundancia de la pizarra en esta comarca,  y su relativo aislamiento secular, favoreció que sus habitantes emplearan este material para la construcción de sus viviendas, casas de labor, edificios pecuarios, etc. Las lajas de pizarra se emplearon tanto en muros como en cubiertas, y la progresiva despoblación de estos municipios impidió su renovación con nuevos materiales y técnicas constructivas, constituyendo por tanto en la actualidad sus edificaciones y el conjunto de los núcleos de población auténticos testimonios etnográficos supervivientes de épocas pasadas y dotados de características únicas.

Y este municipio de Valverde de los Arroyos es uno de los ejemplos más destacados de la comarca. Situado a 1.255 metros sobre el nivel del mar, con una extensión de unos 45 km2 y poco más de 90 habitantes censados, el turismo rural se convierte en uno de sus principales acicates económicos.

Plaza Mayor de Valverde de los Arroyos. Fotografía de Julio Real González

Su bella y rústica arquitectura, remozada y puesta en valor en los últimos años, se pone especialmente de manifiesto en su plaza Mayor, que exhibe sus edificaciones de portentosos muros de pizarra y sus tradicionales balcones de madera, características presentes, asimismo, en la mayoría de las casonas que se alzan en las restantes calles de la población.

Un cómodo y corto paseo hasta las Chorreras

Tomando como punto de partida la misma plaza Mayor de la población, nos encaminamos hacia nuestro objetivo natural, las Chorreras, por una ruta cuyo recorrido, y según la condición física de quien lo emprenda, nos exigirá entre una hora u hora y media, aunque lo catalogamos de muy baja dificultad y de apenas cuatro kilómetros de recorrido contando ida y vuelta.

A la salida del pueblo nos encontramos con las antiguas eras, ahora transformadas en campo de fútbol, en cuyo punto más elevado encaminaremos nuestros pasos por el sendero que se encuentra de frente y tomaremos como referencia a partir de ese momento la cascada que se contempla entre las dos laderas del monte.

Chorrera de Despeñalagua. Fotografía de Julio Real González

Tras remontar una cuesta, coincidiremos con una acequia de riego, denominada el “Cacerón”, que capta las aguas sobrantes desde el pie de las chorreras, y siguiendo nuestro paseo en paralelo al mismo alcanzaremos la impresionante cascada.

Un salvaje espectáculo acuático natural

Las Chorreras son el fruto de multitud de pequeños arroyos que desaguan de dos montes principales, como son el Pico Ocejón, y el Cerro El Campo. Sus aguas tienen origen pluvial y también son producto del deshielo en la estación primaveral. Dos de los principales arroyos, tienen en sus riberas los caminos que permitían tradicionalmente a los habitantes de Valverde encaminarse hacia los vecinos municipios de Majaelrayo y Campillo. El arroyo principal, denominado precisamente la Chorrera es el que da el nombre a esta cascada; es el afluente principal del río Sorbe,  y su origen se encuentra en la falda norte del ya mentado Pico Ocejón.

Chorreras de Despeñalagua. Fotografía de Julio Real González

La totalidad de la cascada alcanza una altura de unos 120 metros, siendo las épocas ideales para su contemplación en primavera, en la época del deshielo, en que la cascada se muestra en su plenitud.

Muchos senderistas prefieren acercarse en inviernos especialmente gélidos y tener la oportunidad de escalar esa gran “estela helada” en que se convierte la cascada, aunque en estos casos se recomienda ser personas altamente experimentadas en la escalada.

La época en que tuvimos la oportunidad de visitar este maravilloso ámbito paisajístico, así como las impresionantes Chorreras, coincidió con una época de prolongada sequía y escaso cauce del arroyo de las Chorreras por lo que las fotografías que de las mismas obtuvimos y ofrecemos al amable lector no hacen justicia a su maravillosa belleza, que recomendamos conocer y disfrutar personalmente en la próxima escapada.

Julio Real González

(*) Julio Real González es guía turístico y cofundador de la revista histórico artístico cultural La Gatera de la Villa

En próximos capítulos continuaremos con nuestra ruta, que incluirá Campillo de Ranas, y Majaelrayo. Esta serie de artículos ha sido posible gracias al viaje promovido el pasado mes de abril de 2019 por la Diputación de Guadalajara y CEOE Guadalajara

Capítulos anteriores de este viaje:

 Parque natural de la Sierra Norte. Naturaleza y ‘arquitectura negra’: La villa medieval-renacentista de Cogolludo (I)

Parque natural de la Sierra Norte. Naturaleza y ‘arquitectura negra’: Aire puro y románico rural en Campisábalos (II)

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