El proceso de vacunación contra la COVID 19 va más lento de lo esperado. Según datos del propio ministerio de Sanidad, una semana después de comenzada la campaña, tan solo se han administrado el 28% de los viales de que disponen las Comunidades Autónomas.
Algunas regiones, como la castellanomanchega, no llegan siquiera a esas cifras: Castilla-La Mancha ha administrado tan solo 4.092 dosis de las 35.550 que ya ha recibido, es decir, apenas el 11,5%.
Entre las excusas para justificar tan bajas cifras se encuentra que estamos en periodo navideño, con vacaciones de numerosos profesionales, o que el transporte de los viales de la vacuna de Pfitzer es complicado al necesitar su conservación en frío a unos -80º.
Esto ha supuesto que en las residencias de mayores de nuestro país apenas se hayan administrado 99.000 vacunas de las 350.000 que ya han dispuesto en la primera semana.
Esta circunstancia, unida al hecho del incremento de casos de COVID que se están dando entre la última semana de diciembre y la primera de enero de 2021, con un repunte de fallecidos, ha generado una amplía crítica social y política contra el propio ministerio de Sanidad y las consejerías del ramo de cada Comunidad Autónoma.
Entre los más críticos, se encuentran los propios profesionales sanitarios de algunos centros de mayores de Guadalajara, que, en conversación de varios de ellos con EL HERALDO DEL HENARES, manifiestan sentirse ‘humillados y ninguneados’ profesionalmente por la consejería de Sanidad de la Junta de Castilla La Mancha.
«Estamos perfectamente capacitados para administrar esa vacuna, llevamos años administrando las vacunas de la gripe, por lo que nos molesta que se diga que no estamos preparados», señala uno de ellos a este diario, si bien tras solicitar que su identidad se mantenga en el anonimato: «La consejería de Page ha amenazado con expedientes a quien hable con los medios de asuntos relacionados con la pandemia», aclaran.
Pues bien, según estos profesionales, la administración de la vacuna contra la COVID solo tiene alguna pequeña diferencia con la de la gripe, «nada que en menos de un cursillito de apenas 5 minutos profesionales de la sanidad como médicos y enfermeras no sepan entender». Y mucho menos, aclaran, porque la mayoría de ellos proceden de la sanidad pública o compatibilizan su labor en esta Administración.
«Estamos perfectamente capacitados para hacer extracciones de sangre, para llevarlas a los centros de salud, se cogen vías para sueros, se ponen sondas etc, pero ¿no estamos capacitados para poner una simple vacuna? Esto tiene un nombre: desconfianza ante los sanitarios de la región», añaden.
También se refieren a las supuestas diferencias entre otras vacunas y la de la COVID en relación a la cantidad a administrar a cada paciente, como excusa de la Administración para no permitirles formar parte del procedimiento: «Entre las diferencias está que cada vial contiene varias dosis, no una, pero no es nada complicado administrar varias vacunas a otros tantos internos una vez que se divide cada vial», añaden a este diario.
«Están dejando enfermar y morir a muchos internos en nuestras residencias por negligencia e incapacidad política para dirigir la gestión de una pandemia como esta», aclaran estas fuentes.
Por lo que respecta a la conservación de estas vacunas, estos profesionales niegan que no se pongan más vacunas porque haya que mantener los viales a -80º de temperatura: «Una vez fuera de los centros de almacenamiento, conservadas en frío aunque no sea tan extremo, nos deja un margen de hasta cinco días para administrarlas».
«La vacuna no ha llegado de golpe, desde hace semanas se viene preparando el proceso, pero la Administración regional no se ha preocupado de organizar la campaña, de preparar a sus profesionales ni de ofrecer un cronograma claro de vacunación en todas las residencias de la provincia de Guadalajara: ha sido todo una improvisación y una chapuza que está costando vidas», añaden.
Estos profesionales manifiestan que han preguntando en los centros de salud por la vacuna y en todos la respuesta ha sido tajante: «No podemos ponerla nosotros. No entendemos por qué, y más cuando escuchas que ahora se les ofrece el apoyo de los médicos del Ejército; o incluso en algunos países las ponen hasta médicos y enfermeros voluntarios, o incluso con colaboración de la sanidad privada para avanzar más deprisa».
«Es terrible la situación, a este paso, acabará el invierno, llegará la primavera y el verano, y el próximo otoño seguiremos con restricciones porque no se ha vacunado ni a la mitad de la población. O quizá es eso lo que se pretende», finalizan estas fuentes.