Los días 5 y 6 de octubre, un grupo de profesionales pertenecientes a unos 30 medios periodísticos especializados en turismo, invitados por la Diputación de Guadalajara y la CEOE-CEPYME alcarreña, han tenido la oportunidad de recorrer uno de los parajes naturales más hermosos, desconocidos y también despoblados de España: la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo.
Crónica y fotografías de Julio Real González (*)
Su divulgación y promoción turística interesa enormemente a sus patrocinadores, buscando, sobre todo, que dicha comarca sea sostenible, y constituya al mismo tiempo fuente de empleo y riqueza para sus propios habitantes, garantizando, por añadidura, el futuro de dicho territorio.
Esta rápida e intensa visita organizada de cara a los medios de comunicación y sectores especializados del turismo, tuvo su punto de inicio en un hotel de la capital provincial, el Tryp Guadalajara.
Pasadas poco más de las ocho de la mañana del día 6 de octubre del año en curso, fueron llegando profesionales de distintos medios de comunicación, ya fueran periodísticos, televisivos, radiofónicos, como destacados “blogueros” de Internet, los cuales fueron invitados a recorrer la hermosa y desconocida comarca caracense por las entidades anteriormente aludidas.
Concentrados en el vestíbulo del hotel, los saludos y parabienes entre los convocados, alguno de ellos ya experimentados en este tipo de lides, y otros más noveles, anticipaban el buen ambiente y camaradería que iban a imperar en las dos jornadas que se avecinaban.
El origen de los profesionales era variopinto, ya que procedían de los cuatro puntos cardinales de nuestra vieja “piel de toro”: Navarra, Extremadura, Cataluña… y unos cuantos madrileños y naturales de la propia Guadalajara, claro. Resumiendo, unos 40 profesionales de un total de 32 medios de comunicación.
Pasados unos minutos de las nueve de la mañana, la expedición se puso en camino en animado ambiente, en un autocar de mediano porte, por el viejo camino real de Aragón, actual A-2.
Una vez llegados a la altura de Alcolea del Pinar, el vehículo enfiló la comarcal CM-2113 hacia nuestro primer destino, la Cueva de los Casares, en el término municipal de Riba de Saelices. Dicha caverna, habitada al menos desde hace 40.000 años, ya por el homo neanderthalensis, es un impresionante “museo” de grabados del periodo paleolítico, con representaciones de animales y antropomorfos, que pudimos admirar gracias a la excelente guía y explicaciones del geólogo y director científico del Geoparque, Antonio Martínez.
Tras una breve colación para recuperar fuerzas, continuamos la ruta hacia el municipio de Olmeda de Cobeta, en cuyo término se encuentra un rincón impregnado del espíritu de recogimiento y misticismo cristiano, favorecido por una naturaleza privilegiada: el monasterio cisterciense de Santa María de Buena Fuente del Sistal, fundado en el siglo XII.
El lema “ora et labora” de San Benito de Nursia continúa vigente entre la comunidad de religiosas cistercienses que observan estricta clausura, aunque no dejan de invitar a cualquier cristiano a que acuda al monasterio a “apartarse del mundanal ruido” y aproximarse a Dios en la oración y la meditación.
Reanudamos la marcha hacia el municipio de Zaorejas, en una carretera estrecha que se ciñe a los montes cubiertos de bosques, desde donde observamos incrédulos las vueltas y revueltas del río Tajo por estrechas hoces y gargantas, e inesperadamente hacemos “estación” en el puente de San Pedro para contemplar las aguas verde esmeralda del río más largo de la península ibérica.
Ese momento de calma fue aprovechado por el presidente de la Diputación de Guadalajara, José Manuel Latre, para dar la bienvenida a los representantes del periodismo especializado en medio ambiente y turismo y animarles a dar la máxima divulgación a los indudables valores de la comarca que se encontraban recorriendo.
Continuando la ruta, por fin llegamos a uno de los paisajes más espectaculares que se pueden contemplar en toda la provincia de Guadalajara, y gran parte de Castilla-La Mancha, el mirador del Tajo en Zaorejas.
Como la jornada ya iba avanzada, y el desayuno se encontraba ya por los talones, acto seguido nos dirigimos a la misma localidad de Zaorejas, donde el grupo se dispuso a dar gustosamente cuenta de un gran almuerzo en el Hotel Peñarrubia de esta localidad.
Tras los postres, nuevas declaraciones del presidente de la Diputación, acompañado del alcalde de Zaorejas, Miguel Gil Polo, quien dirigió unas palabras de agradecimiento a los medios periodísticos allí presentes por su labor en pro de la divulgación de los valores de la comarca.
Embarcada la alegre comitiva, se encaminó hacia el barranco de la Hoz, y en concreto al sector conocido como “el rodenal”, magnífica formación de rojizas rocas de arenisca del triásico inferior, formadas desde hace más de 230 millones de años, que forman una fantástica “ciudad encantada” no tan conocida como los es la conquense.
Seguidamente descendimos el barranco por escalones naturales tallados en la roca hacia el fondo de la hoz, en la que se halla la ermita de Nuestra Señora de la Hoz, edificada en el siglo XIII, en estilo románico de transición al gótico, y que se encuentra en el municipio de Corduente.
La jornada culminaría con la cena celebrada en Molina de Aragón, en el palacio de los Molina, del siglo XVI, al final de la cual su alcalde, Jesús Herranz, dedicó unas sentidas palabras a los periodistas presentes invitándoles a regresar para conocer más detenidamente una hermosa y variopinta tierra imposible de disfrutar en tan solo dos jornadas.
Segunda jornada y nuevos paisajes impresionantes
La segunda jornada, correspondiente al 6 de octubre, se iniciaría tempranamente para los periodistas, a fin de aprovechar el día. La primera parada de efectuó en el castillo de Zafra, perteneciente a la localidad de Campillo de Dueñas, en plena Sierra de los Caldereros, donde Miguel Ángel Casado, hijo del maestro albañil Jesús Casado, que dirigió su reconstrucción, nos explicó de forma amena su historia y la ardua labor de su recuperación en la que él también tomó parte activa, y que fue impulsada por su propietario, ya fallecido, Antonio Sanz Polo.
Sin perder el ritmo, continuamos la ruta, esta ya plenamente urbana, para conocer la riqueza histórica y patrimonial de Molina de Aragón de la mano de la eficaz guía de Yolanda Asensio, técnico en turismo.
Del cúmulo de arquitectura y arte, variado y de gran nivel que pudimos disfrutar en esta inolvidable ciudad de poco más de 3.400 habitantes, desde el románico al neoclásico, y cribándolo dolorosamente para no alargarnos demasiado, destacaríamos la preciosa iglesia románica de Santa Clara, Bien de Interés Cultural, B.I.C., con categoría de monumento nacional datada en el siglo XIII, de depuradas formas, y aún habitada en su zona conventual y desde el siglo XVII por una reducida comunidad de religiosas carmelitas de muy avanzada edad.
Tras una necesariamente rápida pero completa visita a la localidad, nos embarcamos hacia Peralejos de la Truchas, en cuyo hotel Los Acebos, y en compañía de su alcalde, Timoteo Madrid, que aprovechó para recordar a los asistentes el paso a la final de su pueblo en el programa de TV “El pueblo más bonito de Castilla-La Mancha”, disfrutamos de la gastronomía incomparable de esta comarca. El autor de estas líneas puede dar fe de ello.
Con cierta melancolía por el buen trato dispensado por los responsables de la Diputación, CEOE y CEPYME, y los ayuntamientos visitados, así como por las maravillas disfrutadas en apenas dos jornadas, intensas, y que animan a regresar con más calma, iniciamos con el ocaso del día el viaje de retorno a nuestras localidades de origen y a sus inherentes rutinas.
(*) Julio Real González, colaborador de EL HERALDO DEL HENARES, es guía turístico y cofundador de la revista histórico artístico cultural de Madrid, «La Gatera de la Villa»