Una gran industria con importancia social, económica y artística contribuyó al auge de la ciudad de Sigüenza. Fueron los arquitectos y maestros de obra, junto a un gran número de canteros, entalladores, rejeros, bordadores, doradores, maestros de cantería, herreros, orfebres, carpinteros, plateros, escultores y artistas los que en su taller dibujaron y trazaron una ciudad cincelada y tallada por manos hábiles.
Talleres que fueron viveros de la expresión artística de la silueta y del perfil de la ciudad, a cuya maestría debemos las edificaciones que hoy contemplamos. Patrimonio que crearon y tenemos el deber de preservar en todo su esplendor posible. Ciudad en la se aprecia la perfecta conjunción entre arquitectura y escultura.
La Sigüenza de la industria artística del barro y la cerámica, en su calle Alfarerías, lugar del arroyo Valdemerina donde se bañaron los cántaros y trabajaron el barro el gremio de alfareros.
Siguiendo el camino del arroyo hacia la fuente el hierro y subiendo los cerros cerca de Sigüenza. El complejo industrial alfarero La Pelegrina, donde crearon alfarería, platos, vajillas, jarras, fuentes, tazas, vasos, baldosas, azulejos, tejas, incluso vidrio junto al gran botamen para la botica de la farmacia del Hospital de San Mateo.
Larruga, ya en 1792 escribió en su libro “En Sigüenza hay una fábrica de loza que para el país la tienen por fina (…) Esta industria alfarera tuvo gran importancia económica, allí en La Pelegrina residían unos 14 alfareros. En los últimos años llamado “El Acierto”.
La Sigüenza artística del hierro
En Sigüenza se oye el murmullo del cincel que recorre las formas dibujadas de sus piedras, de sus relieves y de sus rejas. Se sienten las manos de los artistas que doblaron el hierro y forjaron la ciudad.
La calle de los Herreros y la puerta del Hierro delatan su cuna. Rejeros y plateros vistieron con rejas excepcionales y cancelas las capillas, el atrio, los claustros, en sus calles herrajes y cerrojos en las puertas medievales, rejas de ventanales. Picaportes de hierro forjado con formas de animales fantásticos, de lagartos y con formas de manos,
Del hierro forjado al hierro de las campanas de Sigüenza, que voltean sonidos de llamadas al viento, Sigüenza tuvo dos talleres que se dedicaron a la construcción de campanas, hoy podemos disfrutar de los sonidos de más de veinticinco campanas al vuelo.
La importancia de los oficios y talleres para la continuidad del patrimonio es sin duda las manos de su conservación.
Ana Blasco, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sigüenza
Artículo incluido dentro del proyecto Letras Vivas Seguntinas con el que Sigüenza reivindica sus atractivos para convertirse en Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO.