La comunidad de monjas cistercienses del monasterio de Santa Ana, en Brihuega, deja la que ha sido su morada desde 1615.
Según han informado fuentes del obispado de Sigüenza Guadalajara en un comunicado, tras el fallecimiento de dos hermanas el pasado invierno, tan solo quedan cuatro monjas, por lo que se hace inviable el mantenimiento de la comunidad con tan pocas religiosas.
Por este motivo, las villa briocense y la diócesis las han despedido con tres actos: el sábado 17 de julio, a las 10,00 horas, se descubrió un tótem informativo en su memoria en la céntrica plaza del Jardinillo; ese mismo día, por la tarde, a las 20,00 horas, se realizó un tiempo de lectura en el convento; y finalmente, se celebró un concierto de la Banda de Música de Brihuega y unos parlamentos de agradecimiento.
Por su parte, el obispo diocesano, Atilano Rodríguez, presidirá el lunes 26 de julio, a las 20,00 horas, una eucaristía en la explanada del convento, con el acompañamiento musical del Coro Virgen de la Peña.