En dos años, pocos se han atrevido a hablar claro sobre el Covid-19 ni sobre las vacunas. Ni los gobiernos se han atrevido a consensuar unas pautas claras, que la población -en cualquier país- entienda y deba aceptar. Se ha aceptado -en general- cobijarse bajo el paraguas de la OMS y en Europa bajo la EMA (Agencia Europea del Medicamento), sin información y sin rechistar. Pero… han sucedido muchas cosas.
Es posible que las decisiones, en España, hayan llegado consensuadas por los Directores Generales de Salud que antes se reunían en Consejo de Salud Pública pero como allí también hubo discusiones y discrepancias entre Gobierno y Comunidades, no ha podido quedar negro sobre blanco porque las actas no están aprobadas «y no lo estarán hasta que no haya un Consejo Interterritorial ordinario». Por tanto, han sido -dicen- extraordinarios y eso ha servido para imponer las pautas a la población.
Además de esas reuniones, al ser libre el pensamiento, ha habido voces autorizadas que han dado su opinión o criterio, sobre un tema que interesa a todos.
El Dr. Cavadas dijo ya el 9-11-2020 : «es la primera vez en la historia que se anuncia que se van a iniciar los estudios de una medicación, no que se va a empezar a vender. Solo con el anuncio, los países, hacen cientos de miles de pedidos, que suponen trillones de beneficios».
¿Qué vacuna es eficaz en estos momentos?, le preguntaron. Respondió: «Ninguna,en el concepto de vacuna eficaz, segura y útil.
Las vacunas son algo demasiado complejo, ya que convergen demasiados intereses, demasiado potentes y demasiado volátiles. Si las farmacéuticas piden que se firme un acuerdo de que no se hacen responsables de los daños causados… no hay más que decir.
Las vacunas en general requieren de 5 a 10 años para evaluar los efectos secundarios en los pacientes voluntarios. Por mucha tecnología de vanguardia que se utilice, tiene que pasar tiempo suficiente para saber si los efectos adversos son admisibles en pro de evitar un mal mayor. Y creo que hasta dentro de un par de años el tema no se va a aclarar».
Casi un año después, Profesionales por el Bien Común, el 5 de octubre de 2021, trataron de hacer entender algo sobre el entramado de la sanidad y la biopolítica.
Decían que «la presión ejercida por la “lucha contra el virus” ha servido para implementar muy rápidamente una constelación de medidas políticas, sociales, económicas, en un tiempo record…Decisiones que hubieran tardado años en tomarse y en asimilarse, se han ejecutado de la noche a la mañana sin que haya habido, en muchos casos, una justificación pública razonada«.
Las decisiones contra reloj o bajo presión, no son buenas o son interesadas. La sensación general es caótica, porque, además, sin un análisis serio, se han delegado decisiones en políticos y/o profesionales de segunda fila, que dieron la cara y tenían que hacer frente a la crisis, a veces sin la debida protección «socio-sanitaria».
Añadían que «En esta crisis sindémica del virus del COVID, el nivel de desinformación y contradicción ha sido de tal magnitud que se ha provocado el miedo y la incertidumbre para implementar medidas sociosanitarias sin que hubiera ningún tipo de explicación pública sobre las causas y la evolución de la pandemia. Es por ello que, se ha realizado una experimentación de ingeniería social mediante confinamientos masivos, restricciones a los movimientos de la población y de la inmigración, o también, mediante el control de las cadenas de suministro de bienes…(lo que) ha favorecido un discurso monolítico en torno a la pandemia haciendo juego así a los grandes intereses del poder».
Dos años después ¿dónde estamos?
Hay muchas vacunas y mucho en las vacunas que inquita y preocupa. Y se está aconsejando una dosis de refuerzo a mayores de 40 años. Además la EMA aconseja vacunar ya a los niños menores de 12 años.
Lo está anunciando la ONU: «A fecha de 19 de noviembre, la información de Naciones Unidas dice que hay 132 vacunas en desarrollo clínico y 194 vacunas en desarrollo preclínico. El desarrollo preclínico se refiere al periodo en el que se recoge toda la evidencia científica de una vacuna en el laboratorio, tanto en modelos in vitro como en modelos animales. La fase clínica, la alcanzan aquellas vacunas cuyos resultados preclínicos avalan que se ensayen en personas, primero en grupos pequeños para evaluar su seguridad y después en grupos más numerosos para confirmar esa seguridad y probar su eficacia. De todas estas vacunas frente a la covid en desarrollo, solo 10 han alcanzado ya la fase 3 o 4 de estudio clínico. Es decir, que solo 10 vacunas han demostrado su seguridad y eficacia, se han comercializado de forma global y ahora se pueden evaluar para conocer sus efectos a largo plazo».
Prosigue el estudio o no ha concluido esa fase. Aunque se hayan comprado e inyectado a millones de personas que no eran precisamente voluntarios. Las vacunas contra el coronavirus no son neutralizantes y la inmunidad disminuye con el paso del tiempo.
El doctor Pablo Campra Madrid, investigador en la Universidad de Almería, en una entrevista en El Toro TV, «Vivir en Salud», el 12-11-21, hablaba de indicios razonables de óxido de grafeno en vacunas COVID
El 25 de noviembre de 2021 se ha hecho público un estudio realizado en Israel sobre 80.000 vacunados, la eficacia de las vacunas de Pfizer desciende a partir de los 90 días y que el riesgo de infección es casi 3 veces mayor a los 5 meses.
Se habla de vacunas, de una nueva dosis y de aumento de contagios, pero se sabe poco de las posibles olas (vamos por la sexta) y el por qué de sus efectos adversos. Acaba de llegar amenazadora la variante sudafricana ómicron, (está ya en Europa) y acumula más de 30 mutaciones nunca vistas, tiene mayor capacidad de contagio y escapar a las defensas humanas. Los países de la Unión Europea han acordado establecer «restricciones temporales» a los vuelos que procedan de países del sur de África en los que se haya detectado la variante.
Algunas posibles vacunas en estudio están utilizando ahora como retrato robot o inmunógeno la espícula viral de variantes diferentes a la original de Wuhan, es el caso de la vacuna HIPRA, que se está ensayando en España en estos momentos.
DATOS A TENER EN CUENTA
Primer dato, para las farmacéuticas la salud es un negocio. Los gobiernos que compran esos productos y dicen velar por nuestra salud, entran en ese juego, como en la venta de tabaco.
Con la información y el uso de las restricciones han manejado el control sobre la población y la presión sobre los no vacunados y se sigue haciendo. Pero no se recuerda que miles de enfermos no pudieron despedirse de sus familiares. Fallecieron solos. Únicamente algunos médicos y sanitarios estuvieron a su lado. ¿Quién se ha hecho responsable de esas decisiones?
Ha habido, en muchas partes del mundo, voces discrepantes sobre estas vacunas, como la del Dr. Thomas Jendge, Director de una de las clínicas más importantes de Alemania.
También en España, ha habido sentencias, aunque se difunda menos en los medios.
Incluso el 9 de noviembre 2021 Valerie Oyarzun Fontanet, Fiscal de la Audiencia provincial de Lérida ha dicho: «Se ha sometido a la población mundial a un experimento humano ilegal«. Según sus informes se violan derechos fundamentales y ponen en peligro la vida y la integridad física de los ciudadanos.
Segundo dato: el virus se sigue propagando incluso en países incluso con alto porcentaje de vacunados. «Está en estudio la capacidad de las vacunas covid19 para producir inmunidad de grupo. Las vacunas contra la covid19 no cortan la cadena de contagios pues no impiden que el virus SARS-CoV-2 se aloje y prolifere en las mucosas de las personas vacunadas«. (https://www.thelancet.com/journals/lanmic/article/PIIS2666-5247(20)30226-3/fulltext)
«Las vacunas constituyen un excelente instrumento en pro del bien común, pues protegen al vacunado, generando en él inmunidad frente a posibles contagios. No ocurre lo mismo con las terapias génicas experimentales, como demuestra un estudio que acaba de publicar la prestigiosa revista médica ‘The Lancet’ («Community transmission and viral load kinetics of the SARS-CoV-2 delta variant in vaccinated and unvaccinated individuals in the UK: a prospective, longitudinal, cohort study»), donde se reconoce sin ambages que el coronavirus se extiende también en «poblaciones con altas tasas de vacunación», incluso entre «personas totalmente vacunadas», quienes, además, cuando se contagian de nuevo, tienen una carga viral similar a la de las personas no vacunadas».
Luego, se puede concluir como hace Juan Manuel de Prada, que: «Las terapias génicas experimentales que nos han inoculado, no son vacunas».
Por esa razón muchos países están valorando volver a las restricciones. En España, el debate se centra ahora en vincular determinadas actividades a la presentación del pasaporte Covid, (10 autonomías lo han solicitado) para acceder al interior de la hostelería y ocio nocturno etc., con el fin de animar a cerca del 10% de la población española no vacunada a que lo haga.
Respecto a los mayores de 60, mientras, Fernando Simón, nombrado Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha señalado que «no ve necesaria una tercera dosis «en general» y ha sugerido que «es mejor darlas a países del tercer mundo«. Algunas regiones siguiendo instrucciones, han comenzado a poner la 3ª dosis de vacuna.
Se escucha repetidamente en los informativos que el 80% de los hospitalizados por COVID-19, no estaba vacunado. Así que con grandes titulares en mayúsculas escriben en la pantalla de su telediario LA PANDEMIA DE LOS NO VACUNADOS y al fondo la entrada de un Hospital.
¿Puede haber mayor presión de los medios sobre los telespectadores y sobre los no vacunados? Están sometiendo a una campaña muy sucia y nadie asume responsabilidades políticas ni judiciales.
Tercer dato: los niños. Como siguen subiendo los contagios, las nuevas variantes del coronavirus convierten «la inmunidad de rebaño» en una meta inalcanzable a corto plazo. Los expertos sitúan la protección de grupo alrededor del 90%, una cifra imposible de conseguir sin vacunar a los niños, que suponen el 11% de la población.
Sin un estudio científico previo sobre los efectos de las vacunas a esa edad, se podría estar hipotecando el futuro y la propia vida de los niños, aunque la dosis del suero sea un tercio de las mismas en adultos.
La Casa Blanca anuncia que vacunará a 15 millones de niños, pero el gobierno federal ha comprado suficiente dosis para alcanzar a los 28 millones de niños en esa franjad de edad.
Anna Popova, la jefa sanitaria rusa, ha señalado por su parte: «nos preocupa mucho el incremento de contagios entre los niños, por el hecho de que todavía no tenemos una vacuna infantil y que cada vez es mayor la proporción de casos graves«.
En España, tampoco se ha llegado a la inmunidad de grupo, como anunciaron que se iba a alcanzar cuando se hubiera vacunado el 70% de la población. Sin embargo, a nivel ministerial se estaba preparando para cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA)tomara una decisión, sobre la idoneidad de administrar el suero de Pfizer al colectivo menor de 12 años. La EMA ha dado su consentimiento. Hernández Merino, dice que hay que pensar en beneficio de los propios niños. Limitar el impacto de la enfermedad en ellos, porque aunque de forma mayoritaria la sufran de una forma leve, “hay un coste en vida y salud importante si consideramos los datos de forma absoluta. En España han fallecido varias docenas de niños de forma directa o indirecta por el covid y ha habido 177 ingresos en UCI. Los niños que desarrollan la enfermedad grave son muy pocos si comparamos los datos con los adultos, pero son víctimas y son casos que hay que evitar”.
Sin embargo, quien fuera portavoz del Gobierno durante muchos meses, Fernando Simón, ha dicho que «existen dudas» sobre la vacuna Covid para los menores de 12 años, » porque a los niños, «les afecta muy poco la enfermedad», por lo que se tienen reticencias a someterlos a los posibles efectos secundarios de la inoculación, aunque sean mínimos».
Valerie Oyarzun Fontanet, fiscal en la Audiencia Provincial de Lérida: “Nadie puede presionar con la vacuna ni preguntar si se está vacunado”. «El certificado COVID, carece de fundamentación científica, médica y legal, por lo que su exigencia es ILEGAL»
Para la fiscal Oyarzun (arriba citada) el hecho de que existan en muchos países informes científicos que cuestionan la seguridad y eficacia tanto de las mascarillas como de las vacunas hace que “las recomendaciones impositivas supongan la sumisión de la población a un experimento humano no consentido…“particularmente inadmisibles con relación a menores de edad, respecto de los que toda la población tiene el deber de velar por el interés superior del menor”.
«No sabemos si la vacuna covid19 previene la infección y protege contra la transmisión ulterior. La inmunidad persiste durante varios meses, pero aún no se conoce su duración exacta. Se están estudiando estas importantes cuestiones. Mientras tanto debemos mantener las medidas de salud pública que funcionan: mascarillas, distancia física, lavado de manos, higiene respiratoria y de la tos, evitar las aglomeraciones y asegurar una buena ventilación». (https://www.who.int/news-room/feature-stories/detail/the-moderna-covid-19-mrna-1273-vaccine-what-you-need-to-know)
Debería primar la prudencia y el respeto tanto a vacunados como a los no vacunados (sean negacionistas o indecisos). Como comentaba Julia Melgar, en mi anterior artículo: somos libres y responsables de nuestras decisiones y de las consecuencias sobre nosotros y sobre los demás, ya que vivimos en sociedad.
José Manuel Belmonte