Desde el día 24 al 29 de enero, los obispos de las Provincias Eclesiásticas de Valladolid, Madrid, Toledo y el arzobispo castrense viajaremos a Roma para realizar la visita “ad limina apostolorum”. Además de orar ante los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo, fundamentos de nuestra fe, tendremos oportunidad de dialogar con el papa Francisco, sucesor de Pedro, para acoger cordialmente sus orientaciones, desde la plena comunión con él. Así mismo, tendremos la oportunidad de escuchar a los responsables de los distintos organismos de la curia romana con el fin de conocer sus orientaciones para el impulso de la evangelización en nuestras diócesis durante los próximos años.
Esta visita-peregrinación la realizamos todos los obispos católicos del mundo cada cinco años, más o menos. Es una forma de vivir y de expresar nuestra comunión de fe con el sucesor de Pedro y con la Iglesia universal. Nuestra fe es católica y apostólica, porque está en continuidad con la fe testimoniada y predicada por los apóstoles, los primeros que vivieron con Jesús. Solo así nuestra fe es auténtica y nos pone de verdad en comunión con Jesucristo y con el Dios verdadero, autor de nuestra salvación.
Por voluntad expresa de Jesús, Pedro y el obispo de Roma, su sucesor, es signo e instrumento de la unidad de la Iglesia universal con la Tradición apostólica. Por eso, la comunión con el Santo Padre, la obediencia a sus enseñanzas y la aceptación cordial de sus recomendaciones nos garantizan la comunión con Jesucristo .
En nuestros días, debido a las informaciones tendenciosas o engañosas de algunos medios de comunicación, bastantes creyentes tienen una imagen deformada de las enseñanzas del Papa y de sus actuaciones en la Iglesia y en el mundo. Ante esta realidad, los buenos católicos no solo hemos de procurar conocer de primera mano las enseñanzas del Pontífice, sino que hemos de acogerlas cordialmente y ponerlas en práctica, pidiendo al Padre celestial que lo ilumine en la realización de su difícil misión.
Para que esta visita-peregrinación produzca abundantes frutos para la Iglesia de Dios que peregrina en España y, por tanto, para nuestra diócesis, os pido a todos los diocesanos que nos acompañéis con vuestra súplica confiada al Señor. Por mi parte, os recordaré a todos en mis oraciones para que el encuentro con los fundamentos de nuestra fe nos ayude a todos a renovarla y nos impulse a ser mejores discípulos misioneros de Jesucristo en este momento de la historia de la Iglesia.
Lo más importante es que, con ocasión de la visita “ad limina”, todos nos sintamos miembros vivos y activos de la Iglesia, asumiendo nuestro origen en los apóstoles y primeros discípulos de Jesús. Todos unidos al Sucesor de Pedro formamos la única Iglesia católica y apostólica, celebramos la presencia del Resucitado en medio de su pueblo y recibimos el don del Espíritu Santo para nuestra salvación y para el servicio a todos los hombres, especialmente a los necesitados y marginados de la sociedad.
Con mi cordial saludo y bendición, pido a Dios que su amor y y bendición llenen de alegría vuestros corazones y vuestros hogares.
Atilano rodríguez, obispo de Sigüenza Guadalajara
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