Jornada de derbi en el Centro Deportivo Wanda-Alcalá de Henares. Los dos grandes clubes femeninos de la capital, Atlético de Madrid y Real Madrid, se medían en una cita apasionante que no defraudó lo más mínimo. Además de ganar al equipo vecino, que siempre entraña un estímulo extraordinario, estaba en juego la lucha por alcanzar un billete para Europa. El duelo se saldó con victoria blanca por 0-2, por lo que el conjunto dirigido por Alberto Toril se hizo con los tres puntos y se coloca a sólo cuatro de las colchoneras con dos partidos menos. Los primeros pronósticos en internet dan como favorita a la formación blanca en esto de clasificarse para la Champions, aunque habrá que esperar a la resolución de las seis jornadas que restan para que concluya el campeonato. Por el momento, las apuestas deportivas son seguras y ayudan a reflejar las sensaciones que está dejando el equipo en el campo, que son excelentes. Así lo están mostrando las cuotas de los aficionados.
Arrancó el encuentro con un Atlético enérgico, decidido a dejar claro que quería la posesión e instaurar un tono especialmente ofensivo desde el pitido inicial. Había argumentos para un planteamiento así, y es que la línea de medios rojiblanca, repleta de centrocampistas, estaba sirviendo para elaborar numerosas circulaciones de balón. Esto, sumado al juego de desmarques incesantes, estaba dibujando un escenario prometedor para el cuadro de Óscar Fernández. No obstante, las ocasiones surgidas en los diez primeros minutos, en su mayoría con forma de balón colgado al área, no terminaban de materializarse. Tan sólo un par de disparos lejanos y algo blanditos pusieron en alerta a la zaga visitante.
Supo responder el Real Madrid al dominio de su rival con un esquema muy preciso en defensa, donde el orden extremo acabó siendo la consigna perfecta. No saltaban las blancas a la presión mientras la movía el Atleti, pacientes en todo momento y seguras de que la tónica del encuentro se acabaría rompiendo tarde o temprano. Por su parte, insistían las rojiblancas por el costado derecho a base de combinaciones entre Shei y Amanda, y fue precisamente de esta dinámica de donde surgió en el 23 una de las aproximaciones más peligrosas de las locales: casi la engancha Ajibade dentro del área, pero la anticipación de Kaci evitó males mayores.
Sufría el Madrid y empezaba a necesitar soluciones inmediatas ante el despliegue incisivo que tenía en frente. Athenea supo ver el momento y decidió adentrarse por el carril izquierdo hasta poner desde la esquina del área un centro medido al corazón de la misma. Allí estaba Caroline Moller, que con un remate de cabeza un tanto anómalo pudo ajustar la pelota al palo para batir a Lola Gallardo. De nada sirvió la estirada de la guardameta local. Las merengues lograban sellar así el 0-1 en el minuto 29 sin apenas haber invertido en la zona de tres cuartos.
Con el asombro todavía encima, se aventuró el Atlético a intensificar el ataque frente a una defensa blanca que continuaba asumiendo su rol de bloque sólido y que parecía buscar la vía del contraataque por todos los medios. El asedio rojiblanco tuvo la más clara en el 38, con Bárbara Latorre percutiendo en el extremo izquierdo, regateando a dos rivales y dejando la pelota en bandeja para que Ajibade la enganchara dentro del área pequeña. Remató la delantera nigeriana, pero ahí estuvo la intervención de la portera visitante para evitar la igualada.
Arrancó el segundo tiempo sin sorpresas, con la misma dinámica que nos había dejado el primer tramo: dominio atlético y riguroso orden blanco en defensa. A los seis minutos de reanudación se lanzó el Atleti a reducir diferencias. Lo intentaba esta vez a balón parado, botando un saque de esquina por la derecha que llegaba a las botas de Aajibade en el segundo palo. Su remate a bocajarro lo acabó interceptando Misa con su propio cuerpo. Paradón y vuelta al trabajo.
No tardaron en reaccionar las de Alberto Toril. Sólo un par de minutos más tarde llegó el 0-2 gracias a la efectividad de Esther González, que se sacaba un disparo potente desde la frontal para enviar la pelota a la malla y firmar así el gol número diez en su cuenta particular.
Seguían las rojiblancas intentándolo, amasando el juego una y otra vez sin conseguir un premio más justo. No obstante, en el 61 les llegó la oportunidad de meterse en la lucha por la victoria. La colegiala les pitaba un penalti a favor después de que una defensora merengue tocase la pelota con la mano dentro del área. Amanda se encargó de lanzarlo y Misa de pararlo. El balón iba muy ajustado al palo izquierdo, pero la portera logró atrapar el cuero con una estirada salvadora.
La desesperación y el tiempo empezaban a correr en contra del conjunto rojiblanco, que aún así gozó de varias ocasiones claras de gol en las jugadas sucesivas. Por su parte, Toril vio claro que tocaba asegurar el resultado y realizó un par de cambio en el 73 para fortalecer todavía más la zaga. Terminaba así el técnico de dormir un derbi que las locales acabaron con diez y que estuvo marcado en todo momento por la efectividad del Real Madrid. La pugna por Europa sigue abierta.