El Heraldo del Henares
La familia de la joven que fue agredida sexualmente por un celador en el hospital de Guadalajara ha criticado duramente la actitud de la dirección del hospital alcarreño, del Sescam y de la psiquiatra del centro que atendió a su hija, por no denunciar los hechos y no hacer nada contra el agresor.
«Es una vergüenza que el hospital no se personara en nada, ni denunciara los hechos. Esto queremos decirlo muy alto, ahora que ya tenemos sentencia, para que no le pase a más gente. Y es una vergüenza también que una psiquiatra del centro intentara que mi hija no lo contara. Esto no puede ser», han declarado al diario EL MUNDO.
Incluso la psiquiatra le llegó a decir que «es un problema que tengo que gestionar, yo decido si sigo adelante con el tema y denuncio; o si, por el contrario, ellos hacen como que no ha pasado nada y se queda todo ahí”.
La joven salió del despacho de la profesional enrabietada y le pega un puñetazo a la pared del pasillo, por lo que se hizo un daño enorme en la mano y se marea, tras lo cual cayó redonda al suelo con tal mala suerte que se reventó la dentadura al caer. Sus padres fueron llamados en el acto y la chica se lo contó todo al llegar.
Además, después de todo lo ocurrido, según dicho diario, la joven descubrió que ese celador había seguido trabajando en el centro hospitalario un año y medio más. “Se le prohibió que volviera a la planta pero es verdad que coincidimos en el ascensor”, lamenta esta chica.
Uno de los directivos del hospital en 2020, el actual diputado nacional socialista por Guadalajara, Aurelio Zapata, sustituto en el Congreso de los diputados de Magdalena Valerio tras ser esta designada por Pedro Sánchez para presidir el Consejo de Estado.
Zapata, entonces director de gestión del centro sanitario hasta septiembre de 2021, ha señalado a dicho diario que «nosotros no podíamos denunciar nada, por la presunción de inocencia. Lo que podíamos hacer era tomar medidas cautelares para evitar problemas entre un trabajador y una paciente, como hice al separarle de ese servicio, y desde luego ponernos a disposición de la familia, como hicimos también. Pero no podíamos denunciar, eso debían hacerlo ellos».
No obstante, lo que no hizo el hospital ni el Sescam fue personarse nunca en la causa contra el trabajador, que ahora ha acabado con sentencia condenatoria a cuatro años de cárcel y 10 de alejamiento de la joven.
Ingresada por trastornos alimentarios y abusada sexualmente por un celador
La joven, que cuando ocurrieron los hechos tan solo contaba con 18 años, perdió varios dientes al desmayarse tras la agresión sexual
Según un reportaje emitido por Antena 3 TV, los hechos tuvieron lugar en julio de 2020, cuando el país todavía sufría los confinamientos -luego declarados inconstitucionales– decretados por el Gobierno socialista de Pedro Sánchez.
En esa época, esta joven, como tantos otros jóvenes que resultaron afectados psicológicamente por culpa de la restricción inconstitucional de libertades individuales que sufrieron los españoles durante aquellos meses, sufrió desórdenes psicológicos, en su caso en forma de trastornos alimentarios. Por ese motivo, fue ingresada en el hospital de Guadalajara. Allí, siguiendo un estricto protocolo sanitario, también estaba aislada de su entorno familiar y social.
Es durante esa estancia cuando la joven comienza a sufrir el acoso de un celador del hospital alcarreño. Al comienzo, con besos supuestamente amigables y tocamientos casuales. Finalmente, con abusos más evidentes que concluyeron en una agresión sexual y amenazas para que no diga nada.
Esta chica, de 18 años, queda en shock y es incapaz de articular palabra hasta pasados unos días gracias a una auxiliar del propio hospital que la nota muy decaída y consigue sonsacarle la verdad: ha sufrido una agresión sexual por parte de otro trabajador del centro.
Al poner su caso en conocimiento de los sanitarios sufre un ataque de ansiedad, se hace una lesión en la mano y pierde varias piezas dentales porque se desvanece y cae al suelo.
Finalmente, consiguen llevar a juicio al celador y este resulta condenado a cuatro años de cárcel y a una orden de alejamiento de la víctima durante 10 años.
Lo peor, según la joven es que además de que la pena es escasa, fue que el hospital de Guadalajara y sus responsables hicieron oídos sordos a su denuncia de la joven: “La psiquiatra me dijo que es un problema que tengo que gestionar, yo decido si sigo adelante con el tema y denuncio; o si, por el contrario, ellos hacen como que no ha pasado nada y se queda todo ahí”.
En su relato la joven sigue insistiendo en el mal proceder: “Cuando lo conté pedí por favor que se revisaran las cámaras y la psiquiatra me dijo que esas cámaras eran de vigilancia y no de grabación. Mi abogado descubrió que sí grababan y se destruía en unos días”, según el reportaje de Antena 3.
Además, después de todo lo ocurrido, la joven descubrió que ese celador había seguido trabajando en el centro hospitalario un año y medio más. “Se le prohibió que volviera a la planta pero es verdad que coincidimos en el ascensor”, según ha denunciado la joven en el diario ELMUNDO.es.
Es más, según la agredida, la dirección del hospital, en manos de cargos del PSOE, lo que defendió durante esos meses era que había que respetar la presunción de inocencia de este celador. Por eso lo mantuvieron trabajando un año y medio.
En la sentencia que condenó al celador, el juez también condenó al SESCAM, dependiente de la consejería de Sanidad de Emiliano García Page, como responsable civil subsidiario por los daños causados a esta joven. Pero tan solo a pagarle 4.000 euros de indemnización a pesar de haber sufrido una agresión sexual.
Ahora esta joven tiene 21 años y quiere “visibilizarlo y que no vuelva a ocurrir y si vuelve a suceder que no se trate de esta manera”.
La familia critica duramente la pasividad de la dirección del hospital de Guadalajara
La familia de la joven que fue agredida sexualmente por un celador en el hospital de Guadalajara ha criticado duramente la actitud de la dirección del hospital alcarreño, del Sescam y de la psiquiatra del centro que atendió a su hija, por no denunciar los hechos y no hacer nada contra el agresor.
«Es una vergüenza que el hospital no se personara en nada, ni denunciara los hechos. Esto queremos decirlo muy alto, ahora que ya tenemos sentencia, para que no le pase a más gente. Y es una vergüenza también que una psiquiatra del centro intentara que mi hija no lo contara. Esto no puede ser», han declarado al diario EL MUNDO.
Incluso la psiquiatra le llegó a decir que «es un problema que tengo que gestionar, yo decido si sigo adelante con el tema y denuncio; o si, por el contrario, ellos hacen como que no ha pasado nada y se queda todo ahí”.
La joven salió del despacho de la profesional enrabietada y le pega un puñetazo a la pared del pasillo, por lo que se hizo un daño enorme en la mano y se marea, tras lo cual cayó redonda al suelo con tal mala suerte que se reventó la dentadura al caer. Sus padres fueron llamados en el acto y la chica se lo contó todo al llegar.
Además, después de todo lo ocurrido, la joven descubrió que ese celador había seguido trabajando en el centro hospitalario un año y medio más. “Se le prohibió que volviera a la planta pero es verdad que coincidimos en el ascensor”, lamenta esta chica.
Uno de los directivos del hospital en 2020, el actual diputado nacional socialista por Guadalajara, Aurelio Zapata, sustituto en el Congreso de los diputados de Magdalena Valerio tras ser esta designada por Pedro Sánchez para presidir el Consejo de Estado.
Zapata, entonces director de gestión del centro sanitario hasta septiembre de 2021, ha señalado a dicho diario que «nosotros no podíamos denunciar nada, por la presunción de inocencia. Lo que podíamos hacer era tomar medidas cautelares para evitar problemas entre un trabajador y una paciente, como hice al separarle de ese servicio, y desde luego ponernos a disposición de la familia, como hicimos también. Pero no podíamos denunciar, eso debían hacerlo ellos».
No obstante, lo que no hizo el hospital ni el Sescam fue personarse nunca en la causa contra el trabajador, que ahora ha acabado con sentencia condenatoria a cuatro años de cárcel y 10 de alejamiento de la joven.
