En estos días ha concluido la renovación del recubrimiento de la tubería DN900, la conducción de acero que traslada el agua desde la ETAP de Mohernando a todos los municipios del Corredor desde Marchamalo, hasta llegar a Alcalá de Henares.
Fotografía de portada de archivo que no corresponde a esta incidencia
Esta intervención ha sido necesaria debido al estado de deterioro en el que se encontraba un tramo de 175 metros de esta vía, la más importante de abastecimiento a los municipios del valle del Henares, y que había perdido su función protectora, causando la corrosión del acero.
Los trabajos se han llevado a cabo bajo la Radial 2 (R-2) en el término municipal de Meco, antes de la llegada de la tubería a los depósitos de Alcalá de Henares.
“El equipo técnico de la Mancomunidad de Aguas del Sorbe lleva a cabo, de manera continuada, casi diaria, numerosos trabajos de revisión del estado de las tuberías, con el propósito de actuar a tiempo antes de que se produzca una avería y, por consiguiente, evitar la pérdida de agua”, asegura José Luis González León, vicepresidente de la MAS.
“Estos trabajos se agudizan más si cabe en períodos como el actual, en el que el estado de sequía nos obliga a ser muy escrupulosos. Hace tiempo comprobamos el deterioro que estaba sufriendo esta tubería, que transporta diariamente más de 500 litros de agua por segundo a la zona más poblada de la provincia de Guadalajara y al municipio más grande de la Mancomunidad, Alcalá de Henares. La capa de protección externa de la tubería estaba bastante dañada, y decidimos actuar antes de que la cosa fuese a mayores”, ha añadido.
Para poder ejecutar correctamente la nueva protección era necesario que no existiese humedad por condensación en la superficie. Esta circunstancia ha obligado a que los trabajos de reparación se realizasen obligatoriamente entre los meses de octubre a diciembre, período que, según el informe técnico, se ajustaba a los niveles de humedad y temperatura adecuados.
Los trabajos realizados han consistido en el granallado de la tubería para eliminar los restos de óxido y la posterior imprimación anticorrosiva, así como la aplicación de un revestimiento de dos componentes epoxi con espesor de 125 micras.
En total se han invertido cerca de 30.000 euros en los que se ha incluido la renovación de los 15 soportes que sujetan la tubería en los 175 metros sobre los que se ha actuado.