La Asociación de Municipios Ribereños propone dejar de saquear la cabecera del Tajo para crear una verdadera reserva estratégica de agua que haga frente a la sequía en épocas extremas, como la actual. Desde 2011 se han trasvasado 2.173 Hm3 de agua; sin el Trasvase, el consumo humano estaría garantizado en la ribera del Tajo y todos sus afluentes.
Mancomunidades como las del Sorbe o el Tajuña presentan planes para hacer frente a la escasez de agua que vivimos, la Confederación Hidrográfica del Tajo crea la Oficina Técnica de Sequía. Guadalajara, Toledo, Talavera de la Reina, Cáceres y Alcalá de Henares, entre otras, ven las orejas al lobo. La sequía asusta, el agua es un problema del futuro inmediato, por no decir del presente. Pero si los embalses de cabecera del Tajo no hubieran sido saqueados impunemente durante años, ahora no tendríamos que lamentarnos. El Tajo tenía agua, pero la pésima gestión y la codicia del SCRATS lo han secado.
Los embalses de Entrepeñas y Buendía estaban preparados para afrontar tiempos así, se construyeron precisamente para eso: son de gestión plurianual, podrían soportar varios años de intensa sequía. Pero no les han dejado, los han saqueado. Desde 2011, cuando los embalses estaban al 52 por ciento, se han trasvasado 2.173 Hm3 de agua. Hoy languidecen rozando el nueve por ciento.
“Proponemos a la flamante Oficina Técnica de Sequía del Tajo crear una verdadera reserva estratégica de agua para su uso únicamente en situaciones de extrema necesidad, como la que se puede dar a partir de ahora si continúa, como parece, sin llover”, anuncia el presidente de los municipios ribereños, Francisco Pérez Torrecilla. «Esta situación, por desgracia, va a ser cada vez más habitual por culpa del cambio climático, así es que hay que dejarse de ocurrencias y buscar una solución realista y coherente».
“Esa reserva estratégica de agua estaría almacenada en el embalse de Entrepeñas, manteniéndolo a un nivel del 85% (unos 700 Hm3) y pasando el resto del caudal hasta el embalse de Buendía por medio del canal que los une”, explica Pérez Torrecilla. “El infame Memorándum, lejos de ser la solución, no ha servido más que para garantizar un techo máximo de 400 Hm3 de agua en cabecera, porque ya hemos comprobado y sabemos a ciencia cierta que todo lo que esté por encima se trasvasará… y en ocasiones, por debajo también”.
Con los embalses de cabecera cumpliendo esta función de reserva estratégica, el panorama sería diferente. Por eso, debe primar el interés general por encima del particular económico de una minoría.
¡Con el agua no se especula!
Asociación de municipios ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía
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