«La Alcarria es un mosaico de colores, no necesitas irte a ningún sitio porque tienes mares de tierra, tienes unos valles maravillosos…».
Así define Jesús Campoamor en declaraciones a EL HERALDO DEL HENARES las sensaciones visuales que recibe de su amada tierra alcarreña y que luego vierte en su paleta como en un crisol en el que se funden con la propia interpretación para ser servidas en magníficos lienzos.
Crónica y fotografías de José Luis Solano Provencio
Colores imposibles y texturas de la tierra conforman paisajes en los que el espectador se adentra intentando encontrar el horizonte entre lo onírico y lo real, entre la creación del artista y la propia experiencia.
«Yo veo el paisaje distinto a como lo ve casi nadie, y lo idealizo. Yo hago una Alcarria que es mía, y pretendo que cuando el espectador lo vea pueda crear dentro de mi paisaje algo, y descubra cosas que quizás yo no descubra y entonces el paisaje lo hace más suyo. Para mí todo esto es muy importante», afirma Campoamor.
Estas premisas y más de seis décadas de oficio avalan a este pintor y escultor guadalajareño que comenzó su formación en un Madrid de posguerra en el que mantuvo un intenso contacto con las corrientes culturales de la época y que ahora muestra parte de su obra Azuqueca de Henares, localidad en la que residió durante 20 años pero en la que aún no había expuesto.
«Acudí a Azuqueca a una conferencia sobre José Luis Sampedro y el alcalde me invitó a mostrar mis cuadros. Me hizo mucha ilusión; me hizo muy feliz» afirma el artista.
Crear para creadores
Como gran amante del arte, y siguiendo la estela de las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, Jesús Campoamor ha cultivado su interés por las fusiones sensoriales, consciente de que el mensaje del pintor puede llegar de un modo mucho más certero cuando este es canalizado de manera simultánea junto con la poesía o la música.
Al menos así lo entendió quien fue su gran amigo, el periodista Manu Leguineche, que llegó a afirmar que los paisajes de Campoamor, «huidos del espacio y del tiempo«, «relajan y civilizan«.
«En periodos de abatimiento puede uno sentarse frente a un cuadro de Jesús, con música de Bach al fondo. Hagan la prueba: ayuda mucho» llegó a recomendar el escritor.
Con Leguineche y Campoamor también compartió tertulias otro gran amante de la Alcarria y amigo del pintor como fue el Nobel de Literatura Camilo José Cela.
«La pincelada de Jesús Campoamor, al acariciar y fijar en el lienzo el aire de la Alcarria, cumple con el designio del arte que manda dar cuerpo al espíritu y mover el mundo con el ala tenue del alma», afirmaría Cela al definir el modo en que plasma su tierra el pintor guadalajareño con quien tantas vivencias compartiera.
Tal y como recuerda Campoamor al referirse a su relación con Cela y Leguineche, «nos veíamos constantemente y de ellos aprendí muchísimo y eso te influye en el momento de crear».
Campoamor escultor
A pesar de que la faceta más conocida de Jesús Campoamor es aquella relacionada con el arte de los pinceles, la escultura también ha sido uno de los campos de la expresión que ha cultivado el artista afincado en Torija.
«En Guadalajara tengo esculturas en dos glorietas y en el hall del Colegio Alto Tajo, además de un obelisco de 11 metros de altura y 10 toneladas de peso que realicé para conmemorar la boda de Camiló José Cela con Marina Castaño y que está instalado en El Espinar, la casa de Camilo«, afirma el artista.
No obstante, la muestra escultórica que ha acercado a Azuqueca es mucho más recatada que las mencionadas, al menos en sus dimensiones.
Seres imaginarios de apariencia atropomórfica se retuercen y entremezclan en las tallas y bronces de Campoamor en un conjunto de obras que consiguen transmitir un dinamismo surrealista, desazonado e inquietante que enseguida capta la curiosidad y admiración tanto de profanos como de eruditos.
Relevancia internacional
Muchas son las colecciones y eventos que han exhibido obras de Jesús Campoamor a lo largo del espacio y del tiempo y entre ellas destacan la exposición «La España de cada provincia«, en la que la visión que el artista tiene de Guadalajara recorrió varios países europeos así como la exposición que realizó en la Escuela de Bellas Artes de Guadalajara (Mexico), institución le otorgó la distinción de Huésped de Honor de la Ciudad de Jalisco.
Por otra parte, el pintor y escultor ha realizado o colaborado con su obra en decenas de exhibiciones particulares y colectivas que dan muestra de la valía y el reconocimiento que le preceden y que hicieron que uno de sus cuadros representara a nuestra provincia en la Expo ’92 de Sevilla.
No en vano, Jesús Campoamor fue consejero provincial de Bellas Artes entre 1978 y 1991 y recibió la distinción de Castellano-Manchego del año en 2013 de manos de la Casa de Castilla-La Mancha por su amplia trayectoria pictórica y su modo de hacer partícipe al espectador de su particular forma de contemplar la Alcarria.
«Cada cuadro tiene su historia, su momento. Yo desnudo el paisaje para dejar su esencia, su momento, y pretendo que el espectador imagine parte de la visión de estos paisajes y así la obra será más suya«, afirma Campoamor al hablar de su pintura la cual, incluso, llega a retratar de manera magistral a ritmo de soneto.
Con malvas, sienas, semejando albores
pinceles mecen campos nacarados,
aún más bien tierra y cielo enamorados,
aderezados con pájaros y flores
Musas predican limpios los colores
donde halcones arriban cincelados
y alacranes de azur, bien engarzados,
señorean páramos y alcores
Decid, decid si légamos florecen,
si de oro se visten los eriales,
si glaucos y azules estremecen
O si de miel se cubren los jarales
cuando pinto paisajes que me crecen
cuando sueño con lienzos inmortales.
- Campoamor
La exposición de Jesús Campoamor se podrá visitar en la Casa de la Cultura de Azuqueca de Henares hasta el próximo martes 19 de diciembre.
Horarios: lunes a viernes, de 10 a 14 y de 17 a 21 horas y los sábados, de 17 a 21 horas.