La gastronomía de Guadalajara es fiel a sus tradiciones y basada principalmente en la calidad de sus productos. Las distintas comarcas de Guadalajara ofrecen productos tradicionales elaborados según las costumbres más ancestrales.
Fuente: Diputación de Guadalajara
Pueden destacarse los sabrosos asados de cordero y cabrito, aromatizados con las más variadas hierbas tan abundantes en nuestros campos (goza de gran reconocimiento el cabrito jadraqueño, por su peculiar y misterioso “breve”), las finas truchas y los suculentos cangrejos de los numerosos ríos y arroyos serranos y molineses, las migas, las gachas, las suaves hortalizas y verduras de nuestra rica Campiña, los afamados productos de chacinería (lomos, chorizos, jamones), sin olvidar los exquisitos platos de la caza (perdiz, codorniz, conejo, jabalí, venado etc..) y la numerosa y exquisita diversidad de hongos, resaltando el níscalo, el boletus, las setas de cardo y la codiciada trufa autóctona de la paramera molinesa, que aromatiza numerosos platos de nuestra cocina.
Mención especial merecen los sabrosos productos de la matanza del cerdo: morcillas, chorizos, lomos en adobo, tocinos, somarros, etc.
No podemos olvidar, por otra parte, el afamado Cordero de La Alcarria. Tiene una excelente calidad y así es identificada su exquisita carne desde hace tiempo, por su jugosidad y terneza y su peculiar aspecto rosáceo, con una fina capa de grasa externa color marfil, que le confiere un bouquet excepcional. Ello ha sido reconocido por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en el mes de mayo de 2009, otorgándole el distintivo ‘Marca de Calidad Diferenciada’ como Figura de Calidad Agroalimentaria de Castilla-La Mancha.
En este apartado cabe resaltar igualmente la reciente aprobación, por parte de la consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha, de la Marca de Calidad Ternera Guadanorte, que constituye una certificación de calidad para la ternera de la Sierra Norte de Guadalajara. De esta forma se garantiza la totalidad del proceso de producción de una carne que destaca por poseer unas características organolépticas muy especiales derivadas de las condiciones naturales en las que se cría el ganado.
Finalmente, entre los dulces, ocupan un lugar preferente los conocidos bizcochos borrachos de Guadalajara, sin dejar de lado las Yemas del Doncel de Sigüenza, las “Patas de Vaca”, de Molina de Aragón, y los populares sequillos, roscas y alajús.
Indudablemente la calidad de la gastronomía de Guadalajara queda bien patente en sus tres Denominaciones de Origen que constituyen por sí solas una buena muestra de la riqueza gastronómica de Guadalajara.
D.O. Miel de la Alcarria
La Miel de La Alcarria está protegida por la Denominación de Origen desde el año 1992. Se trata de una amplia zona que se extiende entre los macizos secundarios de la meseta de Sigüenza y la Serranía Conquense al Norte hasta los ríos Tajo y Guadiela al Sur. La zona de producción coincide íntegramente con la zona de envasado, incluyendo 150 municipios de la provincia de Guadalajara y 70 municipios de la provincia de Cuenca.
La Miel de La Alcarria es exclusivamente floral y su consistencia puede ser fluida, viscosa o cristalizada. La cristralización, que es el cambio natural del estado físico de la miel, es la garantía de su autenticidad. En base a su origen floral, la Miel de La Alcarria se clasifica en tres tipos: Miel monofloral de espliego, miel monofloral de romero y miel multifloral.
D.O. Aceite de la Alcarria
La Denominación de Origen Aceite de La Alcarria es la más reciente, pues data del año 2006. Abarca la zona natural de La Alcarria que se extiende por las comarcas del sudoeste de la provincia de Guadalajara y el noroeste de la provincia de Cuenca, incluyendo a un total de 137 municipios, de los cuales 95 pertenecen a Guadalajara y 42 a Cuenca. Lo que realmente distingue a este sello de calidad es la variedad de su aceituna y las características de los aceites.
El aceite de oliva virgen extra con D.O. “Aceite de La Alcarria” se elabora con una variedad conocida como castellana, denominada también en muchas zonas como verdeja, siendo prácticamente la única utilizada en la elaboración de estos aceites. Los aceites que se producen son untuosos, muy equilibrados y saludables. Tienen una intensa presencia de frutados y aromas, rotundos en su olor a hoja, en los que se entremezclan sabores a hierba, avellana o plátano y con una ligera presencia de amargos y picantes.
D.O. Vino de Mondéjar
La Denominación de Origen Vino de Mondéjar, que consiguió tal categoría en 1997, convirtiéndose en una de las denominaciones más jóvenes de España, se produce en viñedos que tienen como marco un paisaje ondulado, de pendientes suaves, con suelos rojos sobre sedimentos limoarcillosos, con una pedregosidad escasa y ricos en potasio, situados en el límite norte de la meseta sur de la provincia de Guadalajara, a una altitud media de 800 metros.
Debido a la climatología característica de la zona, con una temperatura media anual de 18º y una pluviometría de 501,28 mm anuales, la brotación de las hojas de la vid se inicia a mediados del mes de Marzo, produciéndose su caída en la primera quincena de Noviembre, dando lugar a unos vinos, elaborados con el método tradicional, con un intenso color y cierta astrigencia.
La zona de producción abarca 2.100 Has., que se dividen en 1.423 en el término de Mondéjar y 240 Has. en el término de Sacedón, aunque la extensión total de la Denominación es de 93.962 Has. que comprende además los municipios de Zorita de los Canes, Albares, Almoguera, Almonacid de Zorita, Driebes, Escariche, Escopete, Fuentenovilla, Illana, Loranca de Tajuña, Mazuecos, Pastrana, Pioz, Pozo de Almoguera, Sayatón, Valdeconcha, Yebra y Zorita de los Canes. Los vinos de Mondéjar ya gozaban de un importante reconocimiento en la corte de Felipe II.