El Heraldo del Henares
El profesorado de Castilla-La Mancha está saturado con el tiempo y esfuerzo que le lleva la cantidad de ‘estándares de evaluación’ que ha de especificar por cada asignatura, en detrimento del tiempo que dedica a la atención del alumnado y al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Desde que El PP se puso al frente del gobierno regional, la burocracia para los docentes de esta comunidad se incrementó hasta límites insospechados. Con la entrada en vigor de la LOMCE se agudizaría la pesadilla del profesorado con la implantación de los llamados ‘estándares de aprendizaje’.
El Real Decreto 126/2014 de Primaria los define como “especificaciones de los criterios de evaluación que permiten definir los resultados de aprendizaje, y que concretan lo que el alumno debe saber, comprender y saber hacer en cada asignatura; deben ser observables, medibles y evaluables y permitir graduar el rendimiento o logro alcanzado. Su diseño debe contribuir y facilitar el diseño de pruebas estandarizadas y comparables”.
Tratan, pues, de definir los criterios de evaluación con los que establecer hasta qué punto cada alumno ha logrado alcanzar los conocimientos requeridos en su nivel.
En principio, puede parecer que los estándares agilizan el proceso de evaluación del alumnado, pero nada más lejos de la realidad.
Pongamos un ejemplo: En primero de Primaria en el área de Lengua se llegan a evaluar un total de 130 estándares, categorizados en tres niveles (básicos, intermedios y avanzados). Para cada estándar hay que determinar qué herramienta de evaluación utilizaremos. Si contamos con 25 alumnos, los ítems evaluados ascienden a 3.250. Estamos hablando únicamente de la asignatura de Lengua. Si tenemos en cuenta que este proceso se lleva a cabo con todas las asignaturas, el resultado en la práctica es insostenible. Además, se da el hecho de que el número de estándares varía en función de la Comunidad en la que ejerzamos.
Frente a los 130 estándares de primero de Primaria en Lengua que se requieren a los profesores en CLM, Extremadura cuenta con 58 y Madrid con 31.
Por tanto, el hecho de desempeñar la función docente en CLM implica que el profesorado debe enfrentarse a una tarea mucho más ardua.
La Federación de Enseñanza de CCOO viene pidiendo reiteradamente a la consejería que ponga solución a esto. Y aunque el actual gobierno regional se comprometió desde el inicio de la legislatura a reducir la carga burocrática, seguimos a la espera.
No sabemos si la Administración es consciente de que la legislatura está acabando y en lo que respecta a este tema continuamos en la misma situación que con el gobierno anterior.
Instamos a la Consejería a que, de una vez por todas, tome medidas.
Eva Garrido, secretaria de Política Educativa de la Federación de Enseñanza de CCOO-CLM
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