Venezuela es un país hermoso y rico, donde los niños mueren de hambre; los jóvenes y cuantos manifiestan su protesta son perseguidos, encarcelados o torturados y tiroteados; donde a las familias les falta de todo, y del que muchos tienen que escapar, porque les han robado la libertad y el futuro. No son ellos quienes deberían irse. Un país insostenible, al borde de la quiebra, al que aprecian todos los países, pero cuyo mandatario, no es bienvenido ni siquiera en los países de su entorno, si se exceptúa Cuba.
1) Niños y adolescentes mueren de hambre.
Pero, allí está prohibido morir de hambre. En ciertos hospitales públicos morir de hambre está prohibido por orden del gobierno, ya que los médicos, según el citado periódico tienen prohibido escribir la «malnutrición» como causa de muerte. Lo suelen sustituir por «infección respiratoria». A falta de datos actuales, se recurre a los últimos datos existentes para reflejar la situación. El Informe del Poder Popular para la Salud en 2015 reconoce que la tasa de mortalidad de niños menores de 4 semanas se multiplicó por 100.
En 2016 murieron en Venezuela 11.446 bebés. El gobierno nunca dijo la causa de esos fallecimientos. Tras investigar 5 hospitales, el periódico The New York Time ha concluido: «la mayoría ha muerto por hambruna o por las penurias económicas».
Los niños y los enfermos adultos mueren por falta de medicamentos. Para un niño acceder a un hospital no significa sobrevivir. No se dispone de los 193 medicamentos básicos. Falta hasta la leche infantil.
La realidad supera dolorosamente al sentimiento y la palabra. En esta penuria, el 70% de los niños padecen desnutrición. Hay padres que están entregando sus hijos a asociaciones benéficas porque no los pueden alimentar. Dicen que sin ayuda internacional no será posible vencer la hambruna ni la desesperación.
Un ejemplo. Oriana Caraballo , de 29 años, alimenta a sus hijos 3 hijos, de 8, 6 años y 22 meses, después de haber hecho cola durante 2 horas para conseguir una «sopa popular». Ante el sufrimiento de no poder atender a sus hijos, la madre intentó suicidarse. Sus propios hijos lo evitaron.
En un país que posee la mayor reserva petrolera del mundo no deja de ser impactante la inflación en 2017, según el FMI fue de 2.300%. Las Farmacias y los Supermercados están desabastecidos. Alimentar a una familia es una aventura y un combate diario. Sin ley, la corrupción lo invade todo. Ante la grave crisis institucional, el régimen ha logrado silenciar o encarcelar a la oposición, y pretende perpetuarse en el poder, mientras no cesa la persecución, ni el hambre, ni la emigración.
Cada vez más adolescentes dejan sus casas y se lanzan a las calles para sobrevivir. Se organizan en pandillas y se reparten los territorios para recorrer restaurantes y las zonas más adineradas de Caracas. La ciudad se ha convertido ya en una de las más peligrosas del mundo. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, se produce un homicidio cada 18 minutos. La Federación Médica Venezolana ha declarado a Maduro «culpable de un holocausto en su propio país». De hecho hay una denuncia, con más de 120.000 firmas ante la Corte Penal Internacional para pedir investigaciones por «crímenes de lesa humanidad». Hay 3.000 muertes violentas al año por causa de homicidio y con un 97% de impunidad.
http://xlsemanal.abc.es/actualidad/20180213/muerte-por-desnutricion-infantil-hambruna-en-venezuela.
2) Los venezolanos se van… emigran, para sobrevivir.
Hay en España más de 300.000 mil. Después de la colonia de Estados Unidos, la de España es la más numerosa. Según datos de diciembre de 2017 los venezolanos eran los ciudadanos que habían experimentado un mayor crecimiento en España: más de 10 .000.
Me impresionó el relato de un venezolano, José Luis Pombo Soler quien se encontró con otros compatriotas en un tren de cercanías, en Madrid y descubre la otra cara de la emigración. (España&Venezuela @POMBOPAK 4 feb. . https://twitter.com/POMBOPAK)
«Encontrarse con venezolanos en Madrid es el pan nuestro de cada día. Somos ya tantos, unos 26.000 oficialmente, que ni sorprende ni extraña en lo más mínimo oír a un paisano. Y digo oír porque normalmente al venezolano uno lo “escucha” antes que lo ve. Lo identifica por el acento…Como emigrante uno respeta muchísimo el silencio y la privacidad ajena. Pero está atento por algún problema, por si se puede ofrecer algún consejo, por si necesitan saber alguna dirección. Todos los venezolanos, quiero creer, hacemos lo mismo… Es una solidaridad automática que nunca supimos que teníamos por dentro.
En la ruta de Renfe que une Chamartín con Alcalá de Henares, justo en la parada de Atocha, una joven pareja de venezolanos con su bebé se subió al mismo vagón en el que yo iba a mi hogar. Eran cerca de las diez de la noche… La mayor parte de la gente que toma el tren luego de las nueve, son personas que trabajan jornadas maratónicas de diez y más horas, empleados de los desfavorecidos turnos nocturnos, o emprendedores por cuenta propia que luchan por cada euro. Bastantes de ellos son extranjeros que intentan labrarse un futuro en España.
Esa noche, ese miércoles 31 de enero del 2018, María Gabriela ya había aprendido que el hambre pega y pega duro. Que llegar a la casa pasadas las diez de la noche, luego de reventarse el lomo todo el día, y ponerse a cocinar además de atender al niño, era “demasiado arrecho”. Y en un afán de conciliar las necesidades básicas del ser humano, con la crudeza de la realidad del emigrante, María Gabriela había hecho un tupper de comida para cenar ellos dos rápidamente en el tren vía a la casa…
– Ya va papi, ya va.
Cinco palabras que con ternura y agotamiento pronunció María Gabriela en un suave y líquido caraqueño, fueron suficiente para confirmarme – sin margen de error – que era venezolana. El niño intentaba desesperadamente sacar algo del tupper…
Cuando se acercó y se presentaron descubrió la realidad. José Tomás le proponía a su mujer negociar una tregua con el chamito. El, trabaja de camarero en la zona de Recoletos, ella de dependienta en dos tiendas distintas: una cerca de Goya otra por Nuevos Ministerios. Todos los días la pareja sale a las siete de la mañana…, todos los días regresan a casa pasadas las diez de la noche. En Venezuela ella era Licenciada en Administración de Empresas, ,él, Ingeniero. Aquí, como José Tomás dice con el alma en la boca “Somos los papás de Tomás Alejandro. Eso es lo que importa. Que nunca le falte comida. Que crezca en un sitio seguro». María Gabriela se dirigió al niño:
– Que rico que te guste mi vida! Se llama arepa.
3) Quienes deberían irse?
Llegado a casa, el venezolano que encontró a esa familia, en Madrid, concluye: «Aunque se puede sacar a la gente del país – forzosamente como nos han sacado – gracias a Dios – y a las arepas – no se puede sacar el país de la gente».
No hace mucho, el periodista Risto Mejide, en el periódico El Mundo, escribió una durísima carta a quienes, sin el menor escrúpulo, desde las instituciones han robado lo que era de todos. No se dirigía a los políticos venezolanos, pero…la situación de hambre, miseria e indignidad que sufre el pueblo por culpa de sus dirigentes corruptos, es igual en cada país.
«Devolvedlo-decía Risto-. Devolvedlo todo. El dinero, las propiedades, los cargos, las dietas, los sobresueldos, las comisiones, la dignidad que os quede y la honorabilidad que algún día se os supuso. Y cuando hayáis acabado, devolved la nacionalidad que se os dio por error. Porque no merecéis formar parte ni de este ni de ningún país. No hagáis ni las maletas, saltad por la borda, como las ratas, salid nadando. Y quien no sepa, que se joda, francamente nos da igual«.
Algo parecido dijeron a los jóvenes los obispos venezolanos, el pasado enero: “No son Uds. muchachos los que deben irse; si alguien tiene que irse de Venezuela son los responsables de habernos conducido a este desastre (…) Si alguien tiene que irse es quien es responsable de que miles de niños hayan ya atravesado la frontera de la desnutrición severa (…) Si alguien tiene que irse es quien es responsable de que haya miles de venezolanos hurgando en la basura buscando un desperdicio para saciar el hambre (…) Si alguien tiene que irse es quien es responsable de la corrupción que condena a los enfermos a morir por falta de atención en los hospitales (…) Si alguien tiene que irse de Venezuela es quien está empeñado en pisotear la dignidad de los venezolanos al pretender convertirnos en mendigos y pordioseros dependientes sólo de las dádivas que ocasionalmente y clientelarmente nos ofrezcan”.
Por supuesto, eso llegó a los oídos del Dictador bolivariano que montó en cólera y calificó a los representantes de la Iglesia de “diablos con sotana”. Su gobierno pretende controlar todas las instituciones, además de controlar las armas.
4) Un indeseable, según las naciones de su entorno.
Ni la Comunidad Internacional, ni los países del entorno que van a celebrar en Lima, el 13 y 14 de abril, la Cumbre de las Américas, son indiferentes a la deriva del régimen venezolano.
La Ministra de exteriores peruana, portavoz de los cancilleres de los 14 países que preparan la Cumbre, anunció que revocaban la invitación a Maduro, pues la presencia del mandatario venezolano, «ya no será bienvenida» en la Cumbre.
Lo dijo por dos razones fundamentales: 1) que 8 días después, el 22 de abril, ha convocado elecciones presidenciales en Venezuela. Y que como sucedió en el mes de julio, cuando hubo elecciones para la Asamblea Nacional Venezolana, no hubo garantías democráticas, y «reiteran que unas elecciones que no cumplan con esas condiciones carecerán de toda legitimidad y credibilidad«.
2) Porque según el texto aprobado en 2001 en Quebec, durante la tercera edición de la Cumbre: «Cualquier alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático, en cualquier estado del hemisferio, constituye un obstáculo insuperable para la participación del Gobierno de dicho Estado en la Cumbre de las Américas».
La Oposición venezolana, califica la convocatoria de elecciones de «narco fraude»(16-02-2018).
https://youtu.be/0FXYiQF51JA
Y eso… le ha vuelto a doler a Maduro:»No me quieren ver en Lima, me van a ver, porque llueva, truene o relampaguee, por aire, tierra o mar llegaré a la Cumbre de las Américas con la verdad de la patria de Simón Bolívar. Allí llegará la verdad de Venezuela».
Y 5) Y… Zapatero ¿un mediador?
Sin tener en cuenta la verdadera situación económica y política, el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero envió el 7 de febrero una carta a la Delegación de la oposición venezolana que participa en el diálogo con el Ejecutivo, en la que le pide suscribir el acuerdo elaborado por la comisión facilitadora de las conversaciones. Y como no firmaron, comenta: «de manera inesperada para mí, el documento no fue suscrito por la representación de la oposición. No valoro las circunstancias y los motivos, pero mi deber es defender la verdad y mi compromiso es no dar por perdido el lograr un compromiso histórico entre venezolanos».
La eurodiputada y vicepresidenta de la Subcomisión parlamentaria de Derechos Humanaos, Beatriz Becerra le ha respondido: «He leído con indignación la carta que ha hecho llegar a la oposición venezolana después de que sus representantes rechazaran el chantaje del régimen venezolano, un chantaje al que usted llama “acuerdo”. En su carta usted carga con el peso de la responsabilidad por el fracaso del proceso de diálogo a los dirigentes opositores, mientras exonera al chavismo. Concede usted credibilidad a un régimen que la ha dilapidado mientras se muestra exigente con una oposición perseguida, encarcelada, exiliada, asesinada. Asesinada, señor Zapatero.
No tengo que hacerle el repaso de la situación en Venezuela, señor Zapatero, usted la conoce muy bien. Hace tiempo que dejó de ser una democracia, solo hay represión, encarcelamiento, inhabilitaciones y vulneración de las leyes y de la Constitución, todo ello rodeado de incompetencia y corrupción. Resultado: una crisis social y económica que hiela la sangre de quienes amamos a Venezuela.
En lugar de dar un paso atrás, el régimen organiza unas elecciones fraudulentas para pasar de la dictadura actual a una de partido único, estilo cubano. Y usted, señor expresidente, le da cobertura, le da una plataforma aparentemente digna, se presta a lavarle la cara. Usted no es un mediador: trabaja para una de las partes, para un Gobierno que, le recuerdo, acaba de retirar a su embajador de España creando una crisis diplomática con nuestro país, con el suyo, señor Zapatero.
Beatriz Becerra, «Carta abierta a Zapatero sobre Venezuela”, El País, 8 de febrero de 2018.
Pariendo de la buena intención de Zapatero, es curioso es que no se haya producido la menor autocrítica, por esta situación. Es más, para la mayoría de los ciudadanos, la sorpresa no ha sido tanto la carta de Zapatero, sino la salida en tromba, de los exministros de Zapatero, de numerosos altos cargos de su etapa y de los exlíderes sindicales, suscribiendo un MANIFIESTO en apoyo de su labor de mediación en Venezuela y lamentan las «injustas» descalificaciones de que está siendo objeto a la vez que reclaman para él «respeto y reconocimiento».
La ministra Cayetana Aljovin de Perú, aclara la postura del Presidente peruano y la del grupo de cancilleres a la Cumbre de las Américas, después de que Maduro convocara elecciones presidenciales sin garantías democráticas y la negativa de la Oposición venezolana a firmar lo que quería Zapatero.
https://youtu.be/6uidxoOk_Lg
José Manuel Belmonte