Un año más, alrededor del día 3 de febrero, festividad de san Blas, las cigüeñas más rezagadas van llegando a Alcalá de Henares. En esta época, procedentes de las áreas de destino migratorio, llegan a nuestro entorno más de un centenar de parejas de la especie Ciconia ciconia, que ocupará los nidos de otros años e iniciará la etapa de reproducción y cría de sus vástagos. Esta etapa está favorecida por la existencia de comida en el entorno, esencialmente de los depósitos de residuos a cielo abierto.
El último censo de la población de cigüeña blanca (2019) en Alcalá de Henares habla de una ocupación por parejas de 122 de los 144 nidos existentes. De estas parejas, solo 82 consiguieron una productividad positiva (incubaron puesta), según han informado fuentes municipales en un comunicado.
Alcalá mantiene desde hace años un vínculo especial con estas grandes zancudas gracias a los numerosos edificios, torres, espadañas, muros y murallas elevados de nuestro casco histórico.
Se han llevado a cabo actuaciones de diversa índole para su conocimiento, guías y folletos, así como rutas por el casco histórico para descubrir sus nidos y sus características. La ruta de las cigüeñas está disponible en el siguiente enlace de YouTube:
La población de cigüeña blanca se recuperó en los años 90 gracias a la facilidad de obtención de alimento cerca de las ciudades, a lo que se añadió un aumento de la concienciación y la protección de este emblemático animal.
Los nuevos tiempos y las nuevas políticas de recuperación de materias primas de los residuos que derivan en un cierre próximo de los vertederos de la región, motivará un ajuste de las poblaciones de cigüeñas en los años venideros.
Hay que recordar que esta ave está muy vinculada al folclore europeo gracias, entre otras cuestiones, a la leyenda que popularizó el cuento del siglo XIX “Las cigüeñas” del afamado autor Hans Christian Andersen. El autor transcribe la leyenda que cuenta que las cigüeñas encontraron bebés en cuevas y pantanos, los transportaron en su pico o en cestas en la espalda y los dejaban en aquellos hogares donde encontraban dulces en el alféizar.
Hoy en día, se trata de unas aves admiradas por su gran porte y su majestuoso vuelo, con una gran querencia por los lugares conocidos que las hace volver año tras año a los mismos nidos y/o zonas de anidamiento y que las ha convertido en unas vecinas cotidianas en nuestro día a día.