El camalote está controlado en todos los tramos del río Guadiana. De esta forma, la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha competado con éxito la primera fase del Plan de Choque puesto en marcha en el año 2018, según han informado fuentes del ministerio de Transición Ecológica, MITECO, en un comunicado.
El Guadiana es un río que nace en Villarrubia de los Ojos, en el paraje conocido como los Ojos del Guadiana, en la provincia de Ciudad Real, y a lo largo de 744 kilómetros (502 km por territorio español, 140 km a portugués y 100 km a la frontera común) recorre las provincias de la propia Ciudad Real y Badajoz, en España, antes de entrar en Portugal, donde recorre las regiones del Alentejo y el Algarve. Tras un recorrido fronterizo entre los dos países ibéricos, desemboca en el océano Atlántico entre los municipios de Ayamonte (Huelva, España), y Vila Real de san Antonio (Portugal).
La Confederación Hidrográfica del Guadiana lleva más de 15 años luchando contra el camalote, desde que en 2004 se detectara por primera vez la presencia de esta especie invasora en el río Guadiana.
Durante este tiempo, el jacinto de agua ha llegado a cubrir más de 185 kilómetros del río, lo que ha supuesto un enorme esfuerzo de retirada de plantas a lo largo de más de 630 kilómetros de orillas en todo el tramo.
En total, desde que esta especie apareciera en las aguas del Guadiana, se han retirado más de 1,5 millones de toneladas de camalote, el 50% de las cuales se ha extraído durante los últimos dos años y medio.
Para ello, se han invertido 50 millones de euros. Estas operaciones de limpieza y control han impedido la eutrofización en las aguas del Guadiana, evitando la pérdida de calidad en las mismas y el colapso de los sistemas de canales de riego de las zonas adyacentes con el consiguiente daño económico que ello hubiese ocasionado.
En estos quince años, la evolución de los trabajos ha pasado por distintas fases, con altibajos en el ritmo de limpieza que han determinado el resurgimiento del camalote, fundamentalmente en aquellos periodos donde, por diversos motivos, se ha reducido la inversión económica para combatir su propagación.
La experiencia ha demostrado que la lucha contra esta especie invasora necesita de trabajos continuados y constantes de distinta naturaleza, especificidad y complejidad técnica para su control y posterior erradicación.
En octubre de 2018 se pone en marcha un plan de choque dirigido a la limpieza integral del río. Esta actuación se realizó en conformidad con la estrategia diseñada por técnicos y expertos que aportaron su experiencia y conocimiento y con la máxima de garantizar la continuidad y la disponibilidad de medios en todo momento. Este Plan de choque marca un antes y un después en la lucha contra esta especie invasora.
Durante este tiempo, la extracción de la planta se ha realizado alternado medios mecánicos (que han retirado grandes acumulaciones de camalote) y manuales (a través de vadeadores y embarcaciones, para la extracción en aquellas zonas de difícil acceso y orillas), apoyados en la gestión de las infraestructuras existentes y evitando en todo momento la utilización de medios químicos y biológicos.
En esa labor de extracción se han utilizado, además, equipos especializados creados para este fin, como cosechadoras, anfibios y barreras fijas y flotantes que han sido infraestructuras claves y necesarias para el control de la propagación de esta especie invasora.
En concreto, para realizar la extracción de camalote se han utilizado más de 5.000 metros de barreras flotantes, más de 30 embarcaciones adaptadas y un dispositivo permanente de más de 100 operarios especializados. En este periodo, se han protegido las infraestructuras de riego y los cultivos de regadío asociados, además de evitar la entrada masiva de la planta en aguas portuguesas.
Una vez alcanzado este objetivo, el plan de choque entra en una fase de vigilancia y alerta temprana. En este periodo, las labores de vigilancia (tanto del río principal, como de enconadas, islas y charcas laterales) serán de vital importancia para impedir la aparición de nuevos focos. En la actualidad, existen bancos de semillas dispersos pero localizados, que deben ser vigilados para no echar por tierra el inmenso trabajo y la inversión realizada hasta el momento.
Además en esta fase, se desarrollarán actuaciones complementarias como la realización de estudios de investigación y acciones de cooperación técnico-científicas para dotar a la Confederación Hidrográfica del Guadiana de bases sólidas de conocimiento para la toma de decisiones ante los problemas que ocasionan las invasiones biológicas. Asimismo, se realizará un seguimiento de la eficacia de las acciones de control y erradicación ejecutadas y se analizarán actuaciones encaminadas a la prevención de futuras afecciones.
Todas estas acciones irán acompañadas de campañas de información, educación y sensibilización para concienciar a generaciones presentes y futuras del valor medioambiental del Guadiana.
En esta estrategia de trabajo, coordinada por la Delegación del Gobierno en Extremadura, han participado el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, a través de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, el Ministerio de Defensa, a través de la Unidad Militar de Emergencia (UME), y la Unión Europea.