Decepción en las filas populares. Castilla La Mancha era la joya de la Corona del PP. Arrebatada al PSOE en 2011 tras 28 años de régimen socialista bajo los gobiernos de José Bono y José María Barreda, ha sido un delfín de ambos, el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, el que hará hincar la rodilla en tierra a la número 2 del Partido Popular.
Crónica de Roberto Mangas
Eso sí, para ello sus 14 diputados regionales tendrán que pactar con los tres de Podemos, que a la vista de lo ocurrido en Andalucía y con las elecciones generales a seis meses vista, podría no ocurrir. Además, el Estatuto de Autonomía de Castilla La Mancha es el único que recoge, desde su fundación, que en caso de no haber acuerdo entre los grupos políticos, no haría falta ir a unos nuevos comicios, sino que resultaría nombrado presidente de la Junta de forma automática el candidato de la lista más votada.
Pero, de darse el pacto entre PSOE y Podemos, de nada servirán los actuales 16 escaños de Cospedal.
La reducción del número de diputados en el Parlamento regional, aprobada a mitad de la legislatura, ha terminado perjudicando al grupo popular, sobre todo en Guadalajara, donde antes se elegían 8 diputados y ahora cinco. En 2011, el PP cimentó su mayoría absoluta en la capital alcarreña, con 5 diputados frente a los tres del PSOE. En 2015, ha empatado a dos con el PSOE y ha cedido el quinto a Podemos, lo que, quizá, le ha hecho perder la Junta.