El Heraldo del Henares
Antes de nada, tomemos algunas de las reflexiones que el Dr. D. Jorge Guerra González ( Perito Judicial en el ámbito de la psicología, investigador, Mediador, Abogado del menor, guardador del régimen de visitas ) realiza en su último artículo: La ruptura intencionada e injustificada del vínculo entre padres e hijos, comúnmente llamada alienación parental (AP), es probablemente el último caso de maltrato infantil todavía ignorado. Como resultado, aún se desampara a las víctimas y se blanquea a quienes las agreden.” “A Sus Señorías legisladoras les debe parecer peregrina la idea de que haya adultos capaces de todo por otra parte, que en medio de un conflicto parental exacerbado interfieran manipuladoramente en la formación de voluntad de los menores.” “Todo está ahí, y desde hace años, para el que lo quiera ver. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) parte de la existencia de la AP y de la obligación de los Estados signatarios de impedirla (art. 8 Convenio Europeo de Derechos Humanos (LA LEY 16/1950) (CEDH), Derecho al respeto a la vida privada y familiar). Y debería interesarnos su opinión, pues en 1979 España ratificó la CEDH (LA LEY 16/1950) (1950) y el TEDH es su máximo intérprete.”
En vista de los argumentos aquí expuestos por el Dr. Guerra, y del sentido común, parece evidente que la AP sí existe. Y que es un terrible tipo de maltrato infantil en el que algunos progenitores, padres o madres, en unas circunstancias de una separación conflictiva y producto de una enajenación, por motivos que pueden ir desde el odio, el despecho, la venganza o simplemente intereses espurios para obtener ventajas judiciales a la hora de quedarse con el domicilio familiar o percibir un pensión alimenticia, manipulan, interceden y hacen partícipes a sus hijos del conflicto, para, influyendo en su voluntad por medio de chantajes y presiones emocionales, ponerles en contra del otro progenitor, cortando todo vínculo con él, llegando en los casos más extremos, a conseguir que los hijos lleguen a odiar al otro progenitor sin causa justificada.
No obstante, si quieren más pruebas de la existencia y secuelas que deja la AP lo mejor es que lean el magnífico artículo del Dr. Guerra: “Yo (me acuso) alienación parental hecha fácil”. Donde disecciona de forma magistral en que consiste la AP, refutando punto por punto, con argumentos científicos y empíricos, todas las teorías e ideas que niegan su existencia.
Pero yo en esta carta he preferido centrarme en el motivo o causa, política y electoralista, evidentemente, por el que se ha negado la AP en España. Ya que el Dr. Guerra debido a su prudencia y buena fe, cree que a nuestros legisladores “les metieron un gol” y que votaron de oídas al aprobar el art. 11.3 de la LO 8/21 que niega la AP, al resultarle inconcebible que alguien en su sano juicio pudiera votar a favor de semejante bodrio. En esto, dicho con todo el respeto para alguien que no vive en España, hay que “reprocharle” al Dr. Guerra un desconocimiento de la clase de politicastros que pululan por el Congreso español y de lo que son capaces de hacer por unos cuantos votos.
Y para muestra, aunque nos salgamos un poco del tema, un botón. Solo hay que recordar como la basura política y mediática de este país fue capaz de lo más bajo y más vil, al utilizar como carroñeros el asesinato de unas niñas a manos de su padre en Tenerife, para inventarse el nuevo término de “violencia vicaria machista”, con el único objetivo de afianzar su relato político y seguir sacando un rédito electoral, los políticos, y económico, los medios de comunicación gracias a la publicidad institucional.
Y miren, para refutar científica y empíricamente una falacia política como es la “violencia vicaria” no hace falta ser ni científico ni psicólogo. Basta con no ser un malnacido (como los políticos y el resto de la basura que sacan un beneficio de estas tragedias) o un tonto de baba (los ignorantes que se la creen). Ya que debe ser la primera teoría científica en la historia, en la que su creadora, la “psicóloga”, más bien habría que definirla como mamadora de subvenciones, Dª Sonia Vaccaro, elimina en la ecuación para estudiar los filicidios precisamente el factor que más filicidios comente, es decir, las madres. ¡¡¡Qué gran científica y psicóloga es la Sra. Vaccaro!!!
Como podrán imaginarse con una forma tan sui generis de “hacer ciencia” cualquiera podría inventarse una nueva teoría como la de la Sra. Vaccaro. Por ejemplo, vamos inventarnos una en la que solo cuenten los menores asesinados por sus madres y le llamamos, por ejemplo…. “violencia macaria”. Pero evidentemente eso no contemplaría toda la realidad, no sería ético, ni tendría el más mínimo rigor científico, ni criminalístico para estudiar los filicidios y proteger a los menores. Ya que solo un malnacido se prestaría a hacer semejante bazofia, simplemente con el fin contentar y dar un “halo científico” a una idea puramente política y propagandística por un mero interés electoral y económico.
Y no lo digo yo, solo tienen que ver las estadísticas oficiales del gobierno sobre los filicidios cometidos desde el año 2007 al 2022.
Y ya les digo yo que, viniendo del gobierno, dichas estadísticas estarán “cocinadas”.
Más elocuentes son aún los resultados del último año en el que sólo se han contabilizado oficialmente 9 de los 35 filicidios perpetrados. Los 9 cometidos por los padres, los otros 26 menores asesinados, por sus madres, no existen.
Es decir, que cuando en la televisión o en la prensa les cuenten que un padre ha matado a su hijo/a/e y lo vendan como violencia vicaria, piensen que les están ocultando unos 2 o 3 hijos/as/es que habrán sido asesinados por sus madres.
Y con la AP funcionan igual, el modus operandi es el mismo: ante la realidad, los hechos y la evidencia científica, propaganda política y ocultamiento de la realidad. Con la gravedad de que la AP provoca, no decenas, sino decenas de miles de víctimas anualmente. Según el Dr. Guerra solo en Alemania la AP afectaría, y a la baja, a entre 10.000 y 20.000 menores anualmente.
Actualmente, por desgracia, volvemos a tener de rabiosa actualidad el caso mediático de Juana Rivas. Una delincuente, maltratadora y secuestradora que ha sido izada a los altares de la propaganda política, siendo indultada y utilizada como ejemplo y adalid de madre protectora. Algo que en cualquier país normal resultaría absolutamente demencial y repugnante. Y aviso para navegantes, como no se de mucha prisa la justicia italiana en reclamar la devolución del hijo menor de Juana Rivas, que ahora mismo está en manos de esa condenada y seguramente de sesudas psicólogas tipo la Sra. Vaccaro, contando con el vergonzoso aval judicial de un juzgado de Granada, dentro de no mucho oiremos un audio de este pobre chaval donde dirá que su padre es el diablo. Al tiempo.
Pero vayamos al fondo y lo más grave del asunto, como es que en esta locura propagandística y política en la que está sumida este país y en la que la realidad y la ciencia ya no cuentan, sino el relato, se ha sumado ( y ahí tienen el ejemplo del juzgado de Granada que se opone a la devolución del hijo menor de Juana Rivas al padre que tiene la custodia en Italia ) por la cuenta que les trae y si quieren conservar sus puestos e ir escalando en la carrera judicial, toda la fiscalía de este país y prácticamente la totalidad de la judicatura. Quiero imaginar que todavía quede algún juez independiente y con un poco de decencia.
Debe ser verdaderamente vomitivo ser juez o fiscal y saber que estás jugando con la vida de un menor, y pongamos de nuevo como ejemplo el caso de Juana Rivas en el que existen innumerables informes periciales-forenses que la catalogan como un auténtico monstruo y un verdadero peligro para sus hijos, pero que por miedo y un interés personal para no tener problemas y seguir escalando en la carrera judicial, siguiendo la senda de lo políticamente correcto y de la perspectiva de género, saber que tu decisión va a destrozar la vida de un menor. Cabría preguntarle a la jueza o juez de Granada y a otros cientos de jueces y fiscales, así como, a nuestros políticos si comulgan con los preceptos y la doctrina judicial dictada por el TEDH que reconoce la existencia de la AP. A la vista de los hechos parece que no.
Y esto por desgracia, no pasa solo en el caso de Juana Rivas. Si me apuran, debido al conocimiento que todo el mundo tiene del mal proceder de esa delincuente, los jueces y fiscales lo tendrían más fácil para proteger a ese niño y apartarlo definitivamente de su madre. Pues ni aun así. Ahora imaginen los seguramente más de un millón de procedimientos de custodia que habrán sido trasladados y resueltos de juzgados de familia a juzgados de violencia género a través de denuncias instrumentales desde el año 2004. En los que estos juzgados de violencia de género seguramente no habrán concedido la custodia a los padres varones ni en un 0,01%. ¿En cuantos de esos miles y miles procedimientos de custodia anónimos, sin repercusión mediática y resueltos en juzgados de violencia de género hubo episodios de AP y otorgaron la custodia a madres alienadoras? Nunca lo sabremos.
Lo que sí sabemos es que ningún otro país ha negado en sus leyes la existencia de la AP. También sabemos que el número de abandonos y fracaso escolar en España es el más alto de Europa y también sabemos que el número de menores que requieren tratamiento psiquiátrico y psicológico está aumentando preocupantemente, así como, el número de suicidios en menores y en varones. ¿Casualidades?:
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Los pediatras alertan de la situación de «emergencia» en la salud mental infanto-juvenil.
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Cuando pasen los años, por desgracia creo que todavía tendrán que ser muchos, esto será motivo de estudio y la sociedad española se preguntará ¿Cómo se pudo llegar a esa locura colectiva en la que se cometieron tales aberraciones judiciales e injusticias con los menores dejándoles totalmente desprotegidos? En esta escena de una obra maestra como “Vencedores o Vencidos” se contesta perfectamente a esa pregunta. Extrapolándolo, claro está, a sentencias judiciales civiles dictadas en España, más concretamente en juzgados de violencia de género, en las que se dirimía el bienestar de un menor. Y en donde sus señorías, a sabiendas, no eligieron lo mejor para ese menor o simplemente les dio exactamente igual su vida. Que hay mucho tonto y hay que explicarlo todo:
Por desgracia creo que jamás habrá unos “Juicios de Núremberg” para juzgar y condenar a los principales culpables que han permitido, fomentado e incluso aplaudido a los agresores que han ejercido AP destrozando la vida de tantos cientos de miles de menores. Empezando, como se hizo en Núremberg entre los años 1945 y 1946, por un juicio a los principales responsables, los políticos que aprobaron esas leyes, otro, para los jueces y fiscales que prevaricando tomaron decisiones en contra del favor filii, otro, para psicólogos y trabajadores sociales que traicionando su juramento hipocrático no actuaron ni miraron por la salud de los menores, y finalmente, otro para un colaborador necesario para que se hayan cometido estas aberraciones, como son los medios de comunicación que han dado publicidad a toda esta farsa ocultando la realidad.
Y finalmente a esos incrédulos o tontos de baba que siguen sin querer ver les diría, parafraseando al Dr. Guerra: “Ya lo sé. No me creen. No puede ser cierto, dirán. Otro loco con su tema, o con su novedosa teoría conspiranoide. Y es verdad que uno puede quedarse en la inopia, toda la sociedad, si se quiere, hasta que un día le pilla a uno este tren de manera inesperada, dándose cuenta que, efectivamente, esto le puede pasar a cualquiera. Entonces sí que le habría gustado que se hubiese hecho algo antes. Pero ahora ya es tarde. Ya está viviendo en sus carnes las escenas que acabo de describir. Acabará engullido por la ignorancia, por la incomprensión a su alrededor y sentirá impotencia ante la actitud indiferente de sus semejantes – si no despectiva o desconfiada: «si a este/a le rechazan sus hijos, algo habrá hecho».” (ver artículo completo del Dr. Guerra en este enlace).
Y, si no, extrapolándolo a otros ámbitos judiciales igualmente politizados y propagandísticos como la violencia de género o la Ley del Sí es Sí, que le pregunten a Rubiales, a Errejón, o al tal Monedero como les pillo ese tren. Aunque siempre hay excepciones, al hijo de Conde-Pumpido o al ex ministro socialista Juan Fernando López Aguilar, no les pillo bien el tren. Siempre hubo clases, se ve que ellos tenían mejor padrino. Y luego dicen que la justicia es igual para todos.
Fernando Arias Clemente. Guadalajara
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