En ocasiones, es necesario sentarnos y ser consciente de aquello que hacemos bien, pero más importante es valorar si existe algo que estamos haciendo mal, y esto no lo está haciendo el Gobierno de Pedro Sánchez ni el de Emiliano García-Page.
Han pasado tan solo unos días desde que ha sido evidente la nefasta Ley de Educación tras los resultados del Informe PISA, y es conocido que la situación vivida ha dejado su marca en los resultados de todos los países, aunque si bien es cierto, no solo se deben a este hecho, como así lo recoge este informe.
Matemáticas, ciencias o lectura, tareas pendientes a trabajar pues, desde que existen datos, en cada una de estas áreas nos encontramos por debajo de la OCDE y la UE. Unos resultados que para nada son para sentirse orgullosos.
Repito, evidentemente las consecuencias del COVID han anticipado unos resultados esperados, pero, ¿es solo este el motivo? No lo creo. Una educación basada en el alumno, donde cumplir un currículo pase a un segundo plano y donde sean estos y sus motivaciones, las que determinen el aprendizaje favorecerá una consolidación del aprendizaje más adecuada. Esto se verá reflejado en las diferentes herramientas con las que contará el alumno en el análisis, interpretación y reflexión de los conocimientos. Así mismo, un profesorado motivado y cómodo en sus funciones permitirá una mayor implicación y facilidad para crear entornos de aprendizaje enriquecedores, pero estamos abocados a cada vez más burocracia, ratios elevadas y exigencias curriculares. No se puede dar una atención adecuada con estas premisas y sin dar la importancia que merecen nuestros docentes.
No puedo dejar de mirar los resultados en mi región, Castilla-La Mancha, que se encuentra en la cola de las comunidades a nivel general. Y esto no se trata de ser mejores o peores, sino de evolucionar y valorar si las cosas se están haciendo bien y comparados los datos con otros resultados previos, no lo parece. En áreas como lectura y ciencias, la bajada ha sido tan significativa que hemos pasado de tener los mejores resultados a cerrar las listas; así como en matemáticas, con una bajada de hasta 42 puntos.
Una vez más, queda evidente que existe una brecha entre las comunidades y que los conocimientos adquiridos por unos u otros, no se asemejan a un mismo nivel.
Podemos seguir comparándonos con otros países y decir si somos mejores o peores, pero las circunstancias de cada uno de ellos son diferentes y tenemos que comenzar a mirarnos a nosotros mismos si queremos tener a unos jóvenes formados y preparados para la sociedad en la que vivimos. Esto no es posible con una Ley que impulsa la mediocridad y no reconoce el esfuerzo.
Las evidencias de estos resultados generales no nos pueden servir como justificación de nuestros actos y es preciso que se hagan políticas de consenso con todos los agentes implicados, porque lo que de verdad importa son nuestros jóvenes.
Estas diferencias tan significativas entre comunidades, no hace más que evidenciar las desigualdades y la importancia por velar por este derecho.
El Gobierno Regional de Emiliano García-Page y el Gobierno Nacional con Pedro Sánchez están más pendientes de dar una buena imagen, mejorar las tasas de promoción y reducir las de abandono escolar, dejando de lado que los jóvenes adquieran unos buenos conocimientos.
La cultura del esfuerzo y el conocimiento, ratios adecuadas y un profesorado bien tratado son la clave para volver a enfocarnos hacia la excelencia de nuestros jóvenes.
Políticas del Partido Popular de Castilla-La Mancha, junto a Paco Núñez, son el claro ejemplo de lo que sí se debe hacer: escuchar a los docentes y ver desde sus ojos las necesidades reales de nuestros centros.
Artículo de opinión Estefanía Mellado Martínez, vicesecretaria de Educación y Cultura de NNGG de Castilla-La Mancha
NOTA DE LA REDACCIÓN: EL HERALDO DEL HENARES acepta el envío de cartas y artículos de opinión para ser publicados en el diario, sin que comparta necesariamente el contenido de las opiniones ajenas, que son responsabilidad única de su autor, por lo que las mismas no son corregidas ni apostilladas.
EL HERALDO DEL HENARES se reserva la posibilidad de rechazar dichos textos cuando no cumplan unos requisitos mínimos de respeto a los demás lectores o contravengan las leyes vigentes.