Sr. consejero de Sanidad de Castilla La Mancha:
Me presento, mi nombre es Juan Antonio Mayoral Hernández, soy PRESIDENTE de NAECE (NUEVA ASOCIACIÓN DE EXHBIDORES DE CINE DE ESPAÑA), con esto quiero decir que represento a una parte importante de la exhibición en Salas de Cine de este país y en particular a muchas empresarios de Castilla La Mancha, incluido yo mismo.
Ante las medidas tomadas por la Consejería a la cual usted representa, me permito la libertad de enviarle una disertación a las mismas, que espero que le hagan reflexionar y pueda servir para derogarlas, antes de que nuestro sector se vea obligado a denunciarles ante la Justicia pertinente:
Una vez acabado el Estado de Alarma, y como era de esperar, el caos está servido. Cada una de las Comunidades Autónomas se ha apresurado a sacar sus propias normas sobre medidas de prevención y control y, a la vista de todas ellas, debe ser que el virus se propaga de forma diferente por regiones o incluso por tipo de locales aunque la actividad sea en esencia la misma.
Un caso llamativo es el de Castilla La Mancha en lo que se refiere a la actividad en cines, teatros y actividades similares. El artículo 30 del decreto 55/2021, publicado de urgencia el pasado sábado día 8, establece un aforo máximo del setenta y cinco por ciento con entrada preasignada y manteniendo la distancia de seguridad, prohibiendo el consumo de productos de alimentación e ingesta de bebidas en el interior de las salas.
Sin embargo, en su artículo 23, referido a los establecimientos de hostelería, restauración y actividades de ocio y similares, se permite una ocupación máxima del setenta y cinco por ciento del aforo en interior de locales y, como no podía ser de otra manera, autorizando el consumo de productos de alimentación así como la ingesta de bebidas.
Se podría justificar esta manifiesta contradicción en cuanto al consumo de alimentación y bebidas en locales cerrados, aduciendo que la actividad principal de los cines y locales similares no es la de venta de estos productos, pero esta justificación no haría mas que poner de manifiesto el desconocimiento de la actividad de estos locales, en especial de las salas de cine.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que las salas de cine, para desarrollar su actividad pueden llevar a cabo una doble declaración censal en el alta de actividades económicas, por una parte la referida a exhibición cinematográfica y por otra la de café-bar. Tal vez sea por esto que el citado Decreto del Gobierno de Castilla La Mancha no prohíbe específicamente la venta de estos productos, sino su consumo dentro de las salas. En definitiva, se permite vender para llevar, lo cual no deja de resultar un tanto irónico.
En segundo lugar, privar a las salas de cine de esta fuente de ingresos, cuando la asistencia de público está en niveles del treinta por ciento de lo que sería su actividad normal, es condenarles a la ruina de forma irrevocable.
Por otra parte, uno se pregunta, ¿qué evidencia científica hace pensar que la propagación del virus sea más activa cuando se come o se bebe dentro de una sala de cine que cuando se hace en el interior de un bar o un restaurante?
En una sala de cine no hay contacto físico entre las personas, se guarda la distancia de seguridad, no se habla mientras se ve la película, no se comparten bebidas o comidas, hay ventilación y renovación del aire de forma permanente y, lo que es más importante, durante toda la pandemia no se ha detectado ni un solo brote procedente de una sala de cine. EL CINE ES SEGURO, se ha venido diciendo desde todos los estamentos públicos y privados. ¿Por qué criminalizarlo ahora como si el hecho de comer unas palomitas o ingerir una bebida en solitario en tu butaca mientras ves una película pudiera significar una peligrosa fuente de contagio?
Por favor, señores gobernantes, demuestren un poco de sentido común, analicen con meticulosidad cada una de las medidas que dictan y piensen que detrás de cada una de esas medidas, además de vidas que salvar, hay economías que preservar.
Nunca es tarde para rectificar si con ello se logra evitar un mal mayor.
Juan Antonio Mayoral Hernández, presidente de Nueva asociación de exhibidores de cine de España, Naece
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