Queridos niños de Primera Comunión: Se va acercando el día tan esperado. Un día señalado, un día de fiesta. Durante muchos meses os estáis preparando para recibir a Jesús por primera vez.
La Primera Comunión es una gran fiesta no solamente porque estrenáis vestidos y trajes. Los banquetes y regalos son como el papel que envuelve los caramelos: son buenos, pero lo más importante es lo que hay dentro. Y dentro de la Primera Comunión está Jesús que se deja comer a besos. Vuestro corazón quedará tocado porque sentiréis el amor de Jesús. Jesús os quiere y desea que seáis felices con Él y junto a Él.
Vuestros padres os han acompañado a las catequesis y han tenido reuniones con los sacerdotes y los catequistas.
Vuestros abuelos viajarán para acompañaros y poder felicitaros con besos y abrazos. A lo mejor vais a ir a su casa en el pueblo para pasar unos días en familia.
Habéis conocido más y mejor a Jesús. Habéis leído en la Biblia sus palabras, os han gustado mucho sus milagros y sobre todo su modo de vivir con la gente sencilla. Sabéis que su corazón es humilde y lleno de misericordia. Cuida a todos con paciencia, con cariño y amor.
Una vez un niño me preguntó: “¿Por qué se llama Primera Comunión si no hay segunda?”. En realidad, hay una segunda, y una tercera y muchas más. A lo mejor, en las siguientes ya no están todos vuestros familiares y ya no hay banquete ni regalos. Pero Jesús quiere acompañaros siempre y estar muy cerca de vuestros corazones.
Las siguientes comuniones son tan importantes como la primera, porque Jesús llega hasta vosotros y pide que le conozcáis cada día más y le améis siempre.
Cuando tenéis amigos, os gusta hablar con ellos, pasar tiempo juntos, contaros cosas unos a otros. También se necesita cuidar la amistad con Jesús escuchando sus palabras, hablándole en la oración, pidiéndole por vuestras familias, por la paz, para que no haya guerras.
Os han dicho en la catequesis que no olvidéis a los niños que pasan hambre, que no tienen libros, ni pinturas, ni zapatos, ni balones, ni muñecas, que no van al colegio, que han tenido que huir de sus casas por las guerras. Algunos no conocen a Jesús. Pero Jesús también quiere ser su amigo.
Sabemos que Jesús quiere entrar en nosotros, en nuestro corazón. Y hemos de hacer lo posible para que nuestro corazón sea bueno y hermoso.
Jesús os regala la alegría verdadera, la alegría que no acaba con los juegos, sino que entra dentro y os hace ser buenos.
Rezo mucho por vosotros y por vuestras familias. Sé que también rezáis por mí. Muchas gracias.
¡Felicidades! Que disfrutéis el día de vuestra Primera Comunión, que sigáis yendo a Misa los domingos y que no os canséis de escuchar todo lo que podáis sobre Jesús y su Madre, la Virgen María, que os quiere mucho.
Julián Ruiz Martorell, obispo de Sigüenza-Guadalajara
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