El Heraldo del Henares
El próximo día 4 de octubre, Dios mediante, el papa Francisco procederá a la apertura de la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Este encuentro de obispos, sacerdotes, consagrados y fieles laicos de todo el mundo pretende establecer un diálogo fraterno entre ellos, para que el Santo Padre pueda ofrecer propuestas concretas sobre la sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia.
Nuestra diócesis ha ofrecido en su día respuestas a las cuestiones que nos formulaban desde la Secretaría General del Sínodo. En la actualidad, se nos ofrece nuevamente la posibilidad de participar en la asamblea sinodal con nuestra oración. Por eso, además de orar por el fruto del Sínodo Diocesano, pedimos también al Espíritu Santo que ilumine con la claridad de su luz al Santo Padre y a los restantes sinodales en sus deliberaciones.
La oración es, sin duda, la mejor forma de participar en el sínodo, pues, como nos decía el papa Francisco, “sin oración, no hay sínodo”. Por ello, todos los miembros de la Iglesia hemos de unirnos a los participantes en la asamblea sinodal con la súplica al Espíritu Santo para que acierten en el discernimiento de lo que Dios pide hoy a la Iglesia. Además de la oración de escucha, que nos permita poner un freno a las prisas para escuchar la Palabra de Dios y la voz del Espíritu, es preciso que practiquemos también la oración de adoración para situar a Dios como centro y fundamento de nuestra vida y misión.
Juntamente con la oración de escucha y adoración, debemos practicar también la oración de intercesión. En la misión evangelizadora y en la actividad pastoral, lo más importante no es hacer lo que a nosotros nos gusta o nos parece conveniente, sino descubrir en cada momento la voluntad de Dios para ponerla en práctica.
Finalmente, no podemos dejar de dar gracias a Dios, reconociendo que, en la vivencia de la fe cristiana y en la acción evangelizadora, Él siempre nos precede y acompaña con su gracia y con los dones del Espíritu. Esta oración de acción de gracias nos ayudará a no replegarnos sobre nosotros mismos, sino a salir en misión al encuentro de los hermanos para descubrir las maravillas que Dios sigue realizando cada día en su Iglesia.
Teniendo en cuenta la importancia de la oración en nuestra vida cristiana y en la misión de la Iglesia, os invito a todos los diocesanos a orar por el fruto del sínodo universal y de nuestro sínodo diocesano. De un modo especial, pido a los sacerdotes que inviten a sus comunidades a orar, en comunión con la Iglesia universal, durante la celebración de la Eucaristía del próximo 1 de octubre, XXVI domingo del tiempo ordinario.
Con mi bendición, feliz día del Señor.
Atilano Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara
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