Ecologistas en Acción de Guadalajara denuncia el uso indiscriminado de herbicidas y otros biocidas en la ciudad de Guadalajara, que se está esparciendo por parques, aceras, calles y otros espacios públicos, sin respetar la normativa vigente de información a la población y aplicación. El uso de estos productos altamente peligrosos para la salud de las personas y los animales, sigue siendo práctica habitual por el Ayuntamiento de la capital (Premio Atila 2018), sin hacer el mínimo gesto por probar o cambiar este incesante envenenamiento por otras prácticas menos o nada lesivas para el medio ambiente y la salud pública, como desde esta organización hemos propuesto en varias ocasiones. El uso de acetato de vinagre, desbroce mecánico o manual o la utilización de métodos térmicos.
Pero lo que todos deberíamos hacer es cambiar el término de “maleza o mala hierba” por una visión positiva de la existencia de esas plantas o hierbas que nos rodean y los aspectos que conllevan. Por ejemplo, el nacimiento de hierbas es indicador de que el suelo está vivo y no contiene venenos. La vegetación ayuda a equilibrar y descontaminar el aire y el agua. Las hierbas protegen al suelo, evitan la compactación, mejoran la retención de agua y regulan la temperatura. Las hierbas son un excelente abono verde gratuito y por tanto su presencia ayuda a mejorar la fertilidad del suelo a la vez que se reduce el uso de fertilizantes. Se pueden generar cubiertas vegetales muy bien adaptadas al medio y con crecimiento rápido a partir de las hierbas espontáneas. O las cubiertas vegetales, también en el contexto urbano, son el hábitat para mariposas, mariquitas, grillos o pájaros, entro otros.
El 90% de los herbicidas utilizados en nuestro país, bajo 125 marcas aprobadas, contienen como principio activo el Glifosato.
En marzo de 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado al Glifosato como materia activa “probablemente cancerogénica” tras la publicación por parte de la Agencia de Investigación sobre el Cáncer (IACR) de un amplio estudio que demuestra que esta sustancia favorece la aparición de Linfoma No-Hodgkin en humanos y causa daños en el DNA además de provocar cáncer en animales de laboratorio. En concreto, los estudios publicados por 17 expertos señalan la relación de esta sustancia con 4 tipos de cáncer: hepático, riñón, páncreas y linfoma.
Los riesgos han sido evaluados basándose en estudios de exposición agrícola llevados a cabo en particular en Estados Unidos y Canadá, así como en animales en laboratorios. Pero la IARC, indica haber tenido en cuenta igualmente los trabajos de la agencia estadounidense de protección medioambiental que, tras haber clasificado el glifosato como “cancerígeno posible para el hombre” en 1985, dio marcha atrás en 1991.
Respecto a la campaña de podas y talas de este año, del ayuntamiento Atila 2018, las prácticas y técnicas utilizadas, siguen apostando por la tala o exceso de poda, tratamientos indiscriminados que acaban con especies, y sobre todo, la falta de una ordenanza municipal que regule estas prácticas, con técnicas adecuadas y personal cualificado. Esta ordenanza también debe incluir un inventario del arbolado urbano, las especies adecuadas para plantar en los espacios públicos de la ciudad y campañas de formación, información y sensibilización.
Guadalajara es una ciudad con árboles enfermos, especies no adecuadas y prácticas indiscriminadas que afectan a la flora urbana y su paisaje.
Ecologistas en Acción de Guadalara
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