El presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, Francisco Pérez Torrecilla, considera positivo que comience a valorarse la posibilidad de construcción de la mayor desaladora del mundo en Escombreras, Cartagena, en la Región de Murcia, pero considera imprescindible acabar antes con el injusto Trasvase.
Hace apenas una semana, el diario La Verdad de Murcia publicaba la noticia: un grupo de empresarios analiza la viabilidad de una planta de 352 hectómetros anuales y 1.200 millones de inversión que estaría ubicada en Escombreras. Para el presidente de los Ribereños, “es el único camino a seguir, el Trasvase no es la solución a los problemas de agua de Murcia”. “Ningún trasvase lo es”, afirma rotundo.
Sin embargo, el pasado miércoles La Verdad volvía publicar sobre el tema y, aunque en el aspecto positivo indicaba que ya hay cerca de un centenar de empresas interesadas en el proyecto, los empresarios murcianos no contemplan la posibilidad de terminar con el injusto Trasvase que amenaza la salud del río Tajo, el más largo de la Península.
“No hay vuelta atrás, el Trasvase Tajo-Segura debe desaparecer si queremos mirar por la salud de uno de nuestros ríos más emblemáticos y ser justos con una comarca que ya ha sido, con creces, suficientemente esquilmada; deben contemplar alternativas y esta puede ser una solución, pues los estudios previos afirman que el precio del agua estaría dentro de mercado”.
No obstante, Pérez Torrecilla, advierte que el Trasvase “hay que pararlo antes”. Aun siendo viable y consiguiendo financiación, esta desaladora tardaría mínimo un lustro en ver la luz.
“Para entonces, a este ritmo, los embalses de Entrepeñas y Buendía, así como el río Tajo, tan sólo serían un amargo recuerdo y una enorme cicatriz en el rostro de la Península Ibérica con el que desaparecerían también nuestros pueblos”.
Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía
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