El Heraldo del Henares
El fin de 2017 se ha saldado con nuevos recortes por parte de Montoro a los ministerios, comunidades autónomas y ayuntamientos. Una situación que, si nos fijamos en la administración local, se acerca ya lo insostenible. Toda vez, como recuerdan desde IU, que los consistorios están ahorrando dinero cada año y generando un superávit que, por el contrario, no consigue el gobierno central.
Así, el concejal de IU en el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo, Manuel Gallego, resumía la situación en una frase: “consejos vendo que para mí no tengo.” Y es que la situación se sigue complicando, según Gallego, “porque la administración local, que al final es la que termina haciendo frente siempre en un primer momento a los problemas de las y los vecinos, tiene las manos cada vez más atadas y, en ocasiones, es difícil disponer incluso del dinero procedente de remanentes.”
Para Gallego, “bajo el mantra de ser sostenibles no puede esconder la aplicación obligatoria de una ideología que busca, en última instancia, hacer más pequeñas e ineficaces a las instituciones en favor de la empresa privada que, a la larga, sale más cara y escapa del control público.”
Además, Gallego ha explicado que “la sensación de que la ley se utiliza cómo y dónde se quiere, dependiendo posiblemente de colores políticos, no ayuda a tener confianza en el Gobierno Central ni en la legislación.”
“Debemos caminar hacia el gasto razonable y, sobre todo, que este gasto esté enfocado al beneficio de la mayoría social. No podemos, ni queremos, defender en los ayuntamientos los intereses de las clases dominantes, sino disponer de lo suficiente para mejorar los servicios públicos de Cabanillas, atender a quienes, por las circunstancias que sean, necesitan un apoyo en un momento concreto, y mejorar, a través de la política municipal y con la atenta supervisión del vecindario, la vida de la gente.”
Manuel Gallego, concejal de IU en el Ayuntamiento de Cabanillas del Campo
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