Castilla-La Mancha fue la única comunidad autónoma donde subió el paro en el mes de marzo, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. De hecho, la región, que cuenta con un total de 188.240 desempleados, rompe con la tendencia nacional de creación de empleo, ya que el paro bajó en todas las comunidades excepto en Ceuta (32 parados más) y la propia Castilla-La Mancha (301).
La dinámica es muy negativa en la región, ya que en los tres primeros meses de 2018 se han destruido 9.671 empleos. El mercado laboral de Castilla-La Mancha es muy volátil, con una enorme estacionalidad y dependencia a determinados ámbitos económicos: ni siquiera el volumen del sector servicios (965 parados menos) en un mes con un importante componente turístico con motivo de la Semana Santa ha sido capaz de paliar la subida del número de desempleados en agricultura (450), construcción (378) e industria (108).
La diferencia entre provincias también demuestra diferentes fotos de atracción. Mientras el paro desciende en Cuenca (291 parados menos), Guadalajara (239) y Albacete (64), aumenta en Ciudad Real (680) y Toledo (215).
A todo ello se suma que el 89,8% de contrataciones realizadas en marzo fueron temporales, la bajada del número de afiliados a la Seguridad Social (219) y la subida del paro femenino (61,8%). Para la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que Castilla-La Mancha sea la única comunidad autónoma donde ha subido el paro muestra la fragilidad y precariedad del mercado laboral de la región, más allá de que los datos interanuales muestren una bajada global del 6,1% del número de desempleados. CSIF estima que la Junta de Comunidades debe replantear sus políticas de empleo, las cuales deben estar encaminadas a cambiar el tejido empresarial e industrial de la región en lugar de intentar maquillar resultados con Planes subvencionados.
Sindicato CSIF-CLM
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