La Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO CLM denuncia incumplimientos y deficiencias en materia de seguridad y salud laboral y ha solicitado al Juzgado de Instrucción de Guadalajara personarse como acusación particular en un juicio por el incendio de la planta de residuos en Chiloeches (Guadalajara) en agosto del año pasado.
La protección de los derechos del personal, incumbe legal y estatutariamente a este sindicato, en este caso en lo que respecta a la salud laboral e integridad del personal empleado público que intervino en las tareas de control, extinción vigilancia y restauración de las zonas afectadas, en concreto, el Cuerpo de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha y de los Bomberos del Consorcio de Extinción de Incendios y Salvamento (CEIS) de la Diputación de Guadalajara.
Los distintos servicios de emergencia que intervinieron en la extinción del incendio estuvieron expuestos a residuos peligrosos no identificados y a los agentes resultado de su combustión. Esta exposición también pudo ser sufrida tanto por los empleados de la planta de residuos en la fase previa al incendio, como por las personas voluntarias que actuaron durante la extinción del incendio y por los trabajadores que realizaron laborales de limpieza posteriores, por lo que pudieran haber concurrido distintos delitos contra los derechos de los trabajadores, y en todo caso, pudieran haberse originado perjuicios derivados de su intervención.
Se produjo una exposición a unos riesgos que se desconocían, ya que ningún organismo era capaz de informar de las sustancias químicas que contenía la instalación, las cuales se encontraban en combustión generando sustancias no tipificadas ni controladas por ninguna administración, señala el responsable del Sector Autonómico de la FSC de CCOO CLM, Ramón González.
Por parte de las administraciones responsables de los Cuerpos de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha y de los Bomberos del CEIS no se aplicaron protocolos de actuación ni medidas preventivas en la extinción de incendios forestales, en un caso, y urbanos, en otro, poniendo en riesgo su seguridad y salud laboral.
Ambas administraciones ya fueron objeto de sendos requerimientos, con anterioridad al incendio, por parte de la Inspección de Trabajo, que calificó de «graves» sus incumplimientos y les solicitó que dieran cumplimiento a distintas deficiencias detectadas en los equipos de protección individual y los procedimientos de mantenimiento de los mismos; así como para que procedieran a entregar la totalidad de los equipos de protección individual a los Agentes Medioambientales y para que se revisara e implementara la evaluación de riesgos laborales en el caso de los Bomberos del CEIS.
El incidente que se inició como un incendio en una nave industrial, en las instalaciones de KURT Medioambiente, no tardó en convertirse en un incendio forestal cuando los residuos tóxicos en llamas que salían de recinto precipitaban ladera abajo por el lecho del barranco en dirección al río Henares, cuyo cauce finalmente alcanzaron. Mientras los servicios de Bomberos coordinaban la emergencia y actuaban en el entorno de la nave industrial, los equipos de extinción de incendios forestales dirigidos en primera línea por Agentes Medioambientales actuaban en la zona forestal.
Los Agentes Medioambientales actuaron durante más de 24 horas frente a gases orgánicos e inorgánicos sin la protección necesaria para las vías respiratorias, no se les entregó en ningún momento a pesar de formar parte del equipo de protección individual. Teniendo que usar durante la intervención mascarillas de papel que solo actúan frente al polvo o las cenizas y no contra los gases emanados por la combustión de sustancias toxicas, denuncia González.
Además, «los Agentes Medioambientales, que actúan como mando directo al frente de los equipos de extinción forestal, estuvieron durante las labores de extinción en contacto directo con lodos tóxicos que estaba provocando el incendio forestal. Pese a que de manera taxativa su evaluación de riesgos laborales obliga a la Administración a recoger las ropas y equipos y encargarse de su descontaminación o destrucción en su caso, la Junta de Castilla-La Mancha hizo caso omiso de esta obligación, de modo que tuvieron que llevarse la ropa contaminada a su casa y lavarla en la lavadora en la que lavan su ropa personal y la de sus familias», denuncia González.
Igualmente, «los vehículos usados en las labores de extinción no se descontaminaron en ningún momento, siendo utilizados por estos trabajadores y el resto de agentes de la demarcación territorial durante meses antes de ser sometidos a la limpieza rutinaria».
Una vez extinguido el incendio, durante las labores de descontaminación de la zona, los Agentes Medioambientales que tuvieron que ejercer in situ la inspección y control de las labores, entraron de nuevo en contacto con contaminantes sin mascarillas y teniendo que lavar su ropa personalmente.
En el entorno urbano, también se dieron deficiencias e incumplimientos en materia preventiva. El plan de prevención de riesgos laborales del CEIS Guadalajara, -obligatorio para toda empresa o administración-, existente en aquel momento interpretaba de manera errónea y peligrosa para los trabajadores la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, excluyendo del amparo de esta ley a los bomberos del CEIS cuando estaban fuera del centro de trabajo, es decir, en todas sus intervenciones, incluida la del incendio de Chiloeches.
Tampoco se llevó a cabo el protocolo de trabajo en emergencias con presencia de mercancías peligrosas, el cual, aunque a juicio de los delegados de prevención de CCOO deja bastante que desear en lo que a seguridad y eficacia se refiere, debió ejecutarse.
El área de descanso y avituallamiento se situó en la zona caliente, esto es, donde se llevaba a efecto la actuación del incendio, cuando debería haberse situado en la zona fría, lejos de toda influencia del incendio.
El sindicato denuncia que se evidenció en este incidente la falta de personal. A pesar de que estaba la dotación de bomberos ampliada, por meses de verano tan solo 15 estaban de servicio cuando se declaró la emergencia. Por lo que fue necesaria la intervención de 22 efectivos fuera de sus turnos de guardia en sus periodos de descanso. Siendo además necesario el auxilio de cuerpos de bomberos de otras administraciones, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Guadalajara.
En ningún momento se dio orden de utilizar los trajes NRBQ, que protegen contra riesgos radiológicos biológicos y químicos, permitiendo la intervención de los trabajadores en primera línea sin esta protección.
La descontaminación de los equipos de protección individual y de los trabajadores en la emergencia para acceder a las áreas de descanso y avituallamiento fue deficiente. El lavado y descontaminación de los equipos de protección individual la tuvieron que realizar los trabajadores en las lavadoras de los Parques de Bomberos, que vierten a la red de alcantarillado de las localidades en que se ubican. No existen protocolos de descontaminación de estos equipos.
Se produjo también descoordinación en la transmisión y ejecución de las órdenes.
Por otro lado, pese a las solicitudes realizadas por los trabajadores afectados y por los delegados de prevención en sus respectivas mesas de negociación, no se procedió a realizar ningún examen de salud hasta pasados cuatro meses de la catástrofe y solo se sometieron a él los trabajadores que lo quisieron voluntariamente.
Ante todo ello, la FSC de CCOO CLM pide a la Consejería de Agricultura y a la Diputación de Guadalajara que adopten cuanto antes las medidas necesarias para solventar estas deficiencias, para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores.
FSC de CCOO CLM
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