El destino quiso que me reencontrara con un gran deportista y mejor persona después de muchos años sin saber de él. Las redes sociales fueron el instrumento que sirvió de altavoz al llamamiento de Teo, su familia y los bravos del mítico F.S.Molina para acudir a la presentación del libro de Fernando Romero Chicharro, «Nuko«, en mi querida Molina.
Una vez más se demostró que las amistades forjadas en el deporte suelen ser las más sinceras y duraderas.
Ademas de la emoción que supuso el reencuentro con ese grupo de molineses que hicieron historia en el deporte de Molina y de Guadalajara , volver a abrazar a Nuko después de ojear su tremendo libro supuso una inyección de adrenalina para afrontar la vida y darnos cuenta de que por muy grandes que sean tus problemas, por muy difícil que sea tu situación hay personas que han vivido y viven situaciones mucho peores que suelen acabar inexorablemente en una muerte precipitada.
Y además se atreven a contarlo. Nuko, «el chico de la eterna sonrisa» , aquel grandísimo portero de fútbol sala que parecía inexpugnable en los lanzamientos de doble penalty y que llamó la atención de alguno de los mejores equipos de España en la década de los 90, arrastraba un Vía Crucis interior que le cambio la vida.
En pocos meses y sin saber cómo, apareció en tres de sus hermanos, en su madre y en otros miembros de su familia, una terrible «enfermedad rara» de la que poco o nada se sabía.
Ana Mari, su hermana, la que da título al libro, se convirtió entonces en el motor de su vida. La sonrisa de su hermana fue la espoleta que llevo a Nuko a contar su sufrimiento y a decidir que no se rendiría. A pesar de saber el resultado final del partido más difícil de su vida, él no quiso rendirse y decidió seguir luchando para ayudar a otros enfermos y sus familias no solo de España sino del resto del mundo a los que les «habia tocado» está enfermedad.
La senda que transcurrió entre la sonrisa de Ana Mari y el dolor de Nuko sigue siendo hoy un tortuoso camino por falta de ayudas para la investigación.
Nos ha tocado vivir una época en la que parece importar más a muchos de los que mandan el bienestar de un perro o no matar a una rata que dedicar más recursos a la investigación de estas denominadas «enfermedades raras» en las personas , que cada vez son menos raras por su incremento entre la poblacion.
Estoy seguro que este desgarrador libro de Nuko va a marcar un antes y un despues en la guerra contra esas llamadas enfermedades raras. Al menos entre los que conocimos a Nuko.
En «La sonrisa de Ana Mari» Nuko, el chico de la eterna sonrisa, se desnuda ante todos con un relato tremendo, estremecedor e impactante, con el que lanza una llamada de auxilio en busca esperanza y ayuda para familiares y enfermos de esta y otras de esas enfermedades.
Una de esas enfermedades «raras» se llevó hace unos meses a mi querida Nati. Mi admirado Nuko: Como te dije en nuestra querida Molina de Aragón, me tienes a tu lado en esta batalla. La sonrisa de tu hermana algún día, quizás lejano, todavía, será la sonrisa de todos. Estoy seguro.
Jesús Sanz Gaitán, Guadalajara
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