Uno: Se coge antes a un alcalde mentiroso que a un cojo:
Esto leyó el Alcalde de Mondéjar en un pleno municipal de 2020: ‘Reconocemos la labor de asesoramiento y control del secretario-interventor en los distintos procesos administrativos y en especial la documentación referida a licitaciones, expedientes, redacción de pliegos, certificaciones, proyectos, convenios, subvenciones cuya elaboración y desarrollo se efectúa de conformidad con la legislación vigente según sus directrices para aplicarlas al presupuesto y con la dotación suficiente para hacerlas efectivas, según remanente de tesorería…’.
Resulta que el Ayuntamiento de Mondéjar no ha convocado jamás una subvención legalmente, al menos desde la entrada en vigor de la ley de subvenciones hasta que yo denuncié esa situación -añadida a la contratación ilegal de letrados y procuradores y a la tramitación de expedientes urbanísticos que se amañaban con escritos que fraudulentamente se hacían pasar por informes técnicos preceptivos que firmaba fraudulentamente el arquitecto Sardinero- .
A fecha de hoy no figura publicado nada en materia de subvenciones –ni Plan Estratégico ni convocatorias ni concesiones en la Base de Datos Nacional de Subvenciones.
Y todo ello en el debe del actual alcalde de Mondéjar y presidente de la diputación de Guadalajara.
Dos: La peculiar relación del alcalde de Mondéjar con las subvenciones
Adelantando: que ha omitido aprobar un Plan Estratégico de Subvenciones del que nada figura en la Base de Datos Nacional de Subvenciones.
De acuerdo a notificaciones sobre el particular se constatan gastos con cargo al presupuesto que superan los 120.000 euros anuales.
Por delante, como es norma en determinados alcaldes, una subvención a la parroquia por importe de 40.000 euros, siendo que a la vez la Diputación, presidida por el mismo alcalde, le concede al Obispado cientos de miles de euros cada año, aparte las de Cáritas y otros chiringuitos del avispero católico.
Fernando Jabonero Orasio. Guadalajara
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