La incapacidad para gestionar la sanidad de Castilla-La Mancha por parte de los dirigentes de nuestra región ha tenido estos días su máxima expresión con las manifestaciones realizadas por el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, quien afirmaba que “si queremos que el sistema de salud sea sostenible, tenemos que procurar enfermar menos”.
Esta lamentable afirmación tiene su por qué. La Atención Primaria está colapsada por las nefastas decisiones que ha adoptado el Gobierno de Emiliano García-Page, que han provocado un sismo estructural de dimensiones que todavía no conocemos, pero que preocupan, y mucho, a todos los profesionales y, por supuesto, ocasionan retrasos en la atención ordinaria como jamás habíamos visto en nuestra región.
El 17,2% de los pacientes que en el año 2022 necesitaron acceder a la Atención Primaria en Castilla-La Mancha no pudieron hacerlo, según la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
Ese colapso en la Atención Primaria desborda las Urgencias, tanto las ambulatorias, como las hospitalarias, con la consiguiente acumulación de pacientes esperando para ser atendidos y con un aumento exponencial de la carga asistencial para nuestros profesionales. Profesionales que, además, llevan siendo engañados durante años con la recuperación de los reconocimientos de grados de la Carrera Profesional.
El máximo exponente de la frase del consejero se refleja en el incesante aumento de las Listas de Espera de nuestra región. En Castilla-La Mancha hay 106.434 pacientes esperando para ser atendidos. Muchos más si consideramos las manifestaciones que realizan los propios profesionales de la sanidad. Hay 36.584 pacientes esperando una operación y el 30% de todos ellos, lleva esperando esa intervención quirúrgica más de 6 meses; 62.890 pacientes esperan ser atendidos por un especialista y 6.960 esperando una prueba diagnóstica. Datos que evidencian, bien a las claras, que la situación se les ha ido de las manos a los dirigentes socialistas.
“Si queremos que el sistema de salud sea sostenible, tenemos que procurar enfermar menos”. La retórica política que utiliza el consejero de Sanidad parece tratar de justificar su incapacidad para solucionar todos estos graves indicadores. Si lo que pretende es poner en valor una sanidad preventiva, no ha estado nada acertado, puesto que, si la sostenibilidad del sistema sanitario regional corre peligro, es la consecuencia directa de 8 años del Gobierno de Emiliano García-Page, en los que no se han puesto al servicio del sistema los recursos necesarios.
La prueba evidente del fracaso político del consejero de Sanidad al respecto de la gestión sanitaria, se manifiesta cuando trata de trasladar la responsabilidad de la sostenibilidad del sistema sanitario regional a los ciudadanos. Pero si uno es el responsable directo, quien lo mantiene en el puesto es corresponsable de la situación. Emiliano García-Page debería cesarlo de forma inmediata.
Juan Antonio Moreno, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario del PP en las Cortes de Castilla-La Mancha
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