¡Basta ya de victimismo, de odio infundado y de “España nos roba”! Cualquier persona que haga un recorrido histórico sobre la historia de Cataluña puede comprobar que los catalanes siempre ha sido un pueblo beneficiado por los distintos gobernantes que ha habido en nuestro país, España (Mal que les pese a algunos).
En el siglo XIX el mundo rural languidecía por los aranceles que el gobierno central estableció para proteger la industria emergente del corredor mediterráneo. Los campesinos, con los impuestos liberales dejaron de pagar en especie por pagar en líquido. Algo obvio en la modernización del sistema impositivo de cada país. El campo se veía abocado a desaparecer ante las fábricas, la vida en las ciudades se tornaba más ventajosa que la de los pueblos. El futuro y el porvenir cambiaban de ubicación. La industria del algodón catalana y la siderurgia vasca eran protegidas por el Estado y atraían a miles de personas a sus puertas en busca de trabajo y de una mejor vida.
Ya por aquel entonces, el lobby catalán impuso, tras numerosas quejas, unos aranceles proteccionistas al Estado para que sus productos no compitieran con los extranjeros y secuestrar así la libertad para que un español medio pudiera comprar lo que le viniera en gana, independientemente de donde se hubiera fabricado el producto.
Cataluña siempre ha estado adelantada al resto del país gracias al apoyo estatal a su industria, de la que sacaban unas ganancias sustanciales. Siendo catalanes y vascos el motor económico de España. Su progreso les convertía en pioneros para apostar por inventos que revolucionarían la época y nuestras vidas. Como muestra, la primera línea férrea de España fue la de Barcelona – Mataró en 1848. A Guadalajara, por ejemplo, la línea férrea llegó en 1853, cinco años más tarde.
Si hablamos de la gestión municipal, los catalanes allá por el siglo XIX podían apostar por servicios que mejoraban la calidad de vida de los vecinos y que en la Meseta no podíamos ni imaginar, ni disfrutar. La primera ciudad con alumbrado eléctrico fue Gerona ¿Saben ustedes cuando llegó a tener alumbrado eléctrico la ciudad de Guadalajara? Nada más y nada menos que dieciséis años después, en 1897. Las comparaciones son odiosas, pero ahí están.
Ya en el siglo XX continúan los chollos hacia Cataluña. El tan recurrente y mencionado dictador por los golpistas y por la izquierda española para que cuadren muchos de sus alegatos de disconformidad con el gobierno, Francisco Franco; establece por Decreto que solamente Barcelona y Valencia pueden albergar ferias internacionales. El dictador benefició a Barcelona para que el flujo comercial y turístico que acompañaban a las mencionadas ferias fuera a Cataluña en detrimento del resto de ciudades españolas. Pero ahí no acaba todo, las primeras autopistas que se crearon fueron las de Cataluña; la fábrica de SEAT, se lleva a Barcelona. Los únicos Juegos Olímpicos que ha albergado nuestro país y que costeamos todos, en efecto, tuvo su sede en Barcelona. Todas las capitales catalanas están comunicadas por el AVE, haciendo más cómodo y sencillo el flujo de pasajeros entre ellas y generando relaciones comerciales y laborarles de manera más fácil que en el resto del país.
Cataluña, por su poderío comercial e industrial antes y por sus chantajes políticos ahora, siempre ha ido delante del resto de regiones a la hora del gasto público y del “cariño” legislativo.
Sin ir más lejos, entre los años 2006 y 2015, época que todos sufrimos en nuestras carnes gracias a la dichosa crisis. Cataluña fue la Comunidad Autónoma que más inversión en obra pública recibió. 8.283 millones de euros. Las dos Castillas, territorios que son más amplios y más necesitados de inversión, en cambio, apenas suman 8.000 millones de euros. El agravio comparativo es fulminante.
Pensar que lo sucedido el 1 de octubre es porque “España les roba” o porque se sienten oprimidos por cualquier gobierno que esté en la Moncloa es una falacia que solo los lunáticos y fanáticos que conforman las hordas de los golpistas que hoy campan a sus anchas por las calles de Cataluña se creen.
Cataluña debe mucho (TODO) a España sobre su desarrollo y debe mucho a los españoles por soportar siglos de ventajismo y prebendas hacia “lo suyo”. Su crecimiento y auge económico se debe en gran parte, al envío de millones de euros para su desarrollo que podrían haber ido a parar a otras tierras como Guadalajara. Y no me pongo tan torero como ellos y digo que “Cataluña nos roba”. Aunque a lo mejor, debemos de ir pensando en decirlo.
Lucas Castillo, presidente de NN GG Guadalajara
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