Este pasado sábado tuvo lugar en Almaraz un gran manifestación contra el cierre de su Central Nuclear. La Plataforma Sí a Almaraz ha unido a casi todo el campo extremeño porque no renuncian a la Central Nuclear ni van a abandonar a sus trabajadores porque no encuentran motivos para cerrar una de las mejores centrales nucleares del mundo que es un ejemplo de seguridad, fiabilidad y profesionalidad y que se encuentra en las mejores condiciones técnicas para seguir operando, incluso hasta los 80 años; siendo además una fuente de generación de empleo estable de larga duración en una zona rural y altamente especializado que genera 3.000 puestos de trabajo, además de las 1.200 personas adicionales que se incorporan en cada recarga.
España es el único país del mundo que quiere cerrar nucleares; ¿qué intereses ocultos hay en esta decisión? Mientras que en todos los países la energía nuclear ha comenzado a vivir una expansión y están ampliando la vida operativa de los reactores operativos o invirtiendo en nuevos proyectos de reactores.
Mientras que los gigantes tecnológicos estadounidenses como Google, Amazon y Microsoft invierten en energía nuclear; mientras que países como Finlandia, Bélgica, Italia y Francia han multiplicado su inversión para poner en marcha nuevos reactores; mientras que la Unión Europea ha modificado su taxonomía sobre energías limpias (saben lo que se juegan) y ha incorporado la nuclear como una valiosa contribución a la descarbonización de la economía; mientras ocurre todo esto, en España por el contrario se irán apagando nucleares.
Parece que no hay marcha atrás en ese Plan General de Residuos Radiactivos que se aprobó en Consejo de Ministros el 27 de diciembre del 2023 que conlleva el cierre de las centrales nucleares españolas entre los años 2027-2035 y también cambios en la forma en que se almacenarán los residuos radiactivos. El coste en dependencia energético de otros países será tremendo al igual que el coste humano al perder miles de puestos de trabajo de personal altamente preparado.
España va contra corriente y su tendencia a contar con la energía nuclear es contraria a la mundial porque el Gobierno de Pedro Sánchez así lo ha decidido, a pesar de que en España existen actualmente siete centrales nucleares en operación que proporcionan el 20% de nuestra generación eléctrica. ¿Cómo pensarán que vamos a ser soberanos energéticamente y poder alimentar todas nuestras necesidades energéticas? Este es un ejemplo más de la soberbia y de que el necesario consenso político y social, que el empleo rural y nuestras necesidades más básicas les importa muy poco o nada, así como una previsible subida de precios de la energía que indefectiblemente llegará para todos los españoles.
Esta decisión, este calendario de cierres es un gran error y no solo en lo energético o en lo económico, también en lo social y en lo medioambiental; y todo porque Pedro Sánchez tiene que pagar con esta decisión y con esta posición ideológica a sus socios de gobierno para mantenerse en el poder, importándole nada el daño que nos va a hacer y sabiendo que mientras que las renovables crezcan y lleguen nuevas fuentes energéticas, necesitamos lo nuclear para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico español y para evitar posibles crisis energéticas y dependencias en el futuro.
Así que el futuro de Almaraz parece no tener marcha atrás y empezará a enfriarse este año para dejar de producir electricidad, definitivamente, en 2027. Y Trillo, aquí en nuestra querida Guadalajara, a pesar de ser la central nuclear más moderna de España y de recibir la autorización para operar sus últimos diez años también tiene fecha de caducidad señalada si nada cambia y será la última central nuclear en cerrar. Renunciar a la energía nuclear dentro del momento de transición energética que vivimos y de las necesidades de demanda es pegarse un tiro en el pie. El gran reto que tenemos ahora en este asunto es atender a la creciente demanda de electricidad.
Antonio de Miguel Antón, miembro de la asociación por la Democracia y la Convivencia, ADC. Guadalajara
NOTA DE LA REDACCIÓN: EL HERALDO DEL HENARES acepta el envío de cartas y artículos de opinión para ser publicados en el diario, sin que comparta necesariamente el contenido de las opiniones ajenas, que son responsabilidad única de su autor, por lo que las mismas no son corregidas ni apostilladas.
EL HERALDO DEL HENARES se reserva la posibilidad de rechazar dichos textos cuando no cumplan unos requisitos mínimos de respeto a los demás lectores o contravengan las leyes vigentes.